Atada a otro ancla | Mis escritos XII | Poema

Atada a otro ancla

Esa mirada, ese humor negro,

tus palabras convertidas en canción...

Con esos acordes, en ese momento,

te volviste dulce, más que encantador.

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Me torno demente, enajenada,

orate sin cauce que pueda seguir.

Imbuida del amor en tus palabras...

Lunática, ida, me tienes así.

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Pero forzada, seguí tus pisadas

queriendo pedir prestado un beso

que aún sin beber, me embriagaba

y me calaba profundo en los huesos.

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Así, mi cuerpo ruega por tenerte,

y sin darme cuenta, estoy en trance.

Mi alma de necia sueña con verte,

aunque te encuentres fuera de mi alcance.

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Ósculo corruptor, también corrupto,

dador de vida, a la vez maldito.

Que vivió por menos de un minuto

pero me llevó a miles de sitios.

. . .

“Ahí estaba él, ahí estaba yo, y allí estábamos ambos, esperando poder compartir algo más que el aire que nos rodeaba, y unirnos por algo distinto a lo mismo que nos separaba.”

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Fuente de imagen: Pascal en DeviantArt