En momentos de caos, la inspiración se hace presente. Comencemos.
Fotografía tomada con mi Huawei P8 Lite
Uno como ser humano se enfrenta a muchas primeras veces en su vida. Momentos que forman parte de todo lo que implica crecer. Palabra que a muchos puede aterrar pero créanme es necesario hacerlo.
Mi mamá me cuenta que la primera vez que caminé fue al cumplir un año de edad. Mi papá iba entrando a la casa y yo una gorda hermosa (cuenta ella) me levanté y fui directo a sus brazos. Listo, Mariandrea, ya camina.
Recuerdos exactos de como me enfrente a kinder y primaria no tengo. Sólo los cuentos de mi mamá dejando en evidencia que desde chiquita me gustaba hablar MUCHO. Claro está, lo buena estudiante también decía presente.
Nuestra primera casa, wow esto si lo recuerdo. Tenía 8 años. Nos mudamos un 22 de diciembre. Todos emocionados. Ya no íbamos a dormir los cinco en un solo cuarto. Además tendríamos patio y jardín en casa. Se sintió súper esa primera noche.
A los 12 años me tocó la puerta la señora menstruación. Un drama total. Mucho rojo para mi gusto. Pero que me indicaba que pasaba de niña a "mujer" aunque siguiera jugando al escondite, toki toki, el perrito y stop con mis amigos.
A los 14 ya tenía mi primer novio. ¿Cómo se besa? ¿Cómo me veo bonita para él? ¿Cómo le digo a mi mamá? O peor a mi papá. Eran los temas del momento.
Mis 15 años. La gran fiesta donde bailabamos el vals y me presentaban a la sociedad. Edad también donde entendí lo que era perder la virginidad. Por cierto, nadie te dice si te duele o no. Que tanta probabilidad hay de que quedes embarazada, contraigas una ETS. O en el peor de los casos, que simplemente no te guste. Y que a lo mejor con quien será tu primera vez, no pases el resto de tu vida.
A los 18. Graduada del colegio. Entrar a la Universidad. Tomar transporte público sola, inscribirte en el CNE, tener tu primera elección, irte de fiesta a la disco (puede que sea antes de los 18) emborracharte, besarte con quien no conozcas, tener sexo casual, conocer gente nueva, odiar a tus padres a morir. Toda una travesía esa edad.
Llegan los 23. Te graduas, consigues un trabajo en tu campo. En mi caso fue al reves. Conseguí el trabajo de mis sueños y luego me gradué. Entiendes que la vida te va concediendo el honor de lograr todo lo que quieras. Vivir con las consecuencias buenas y malas de tus actos. Pero sobre todo te esta dando la opción de crecer como persona, profesional, hija y mujer.
A los 25. La independencia tocó a mi puerta. En realidad, a los 24 años, me mudé con mi novio. A los dos meses nos casamos. Juntamos sus cosas y mis cosas. Nos metimos en creditos hasta morir. Aprendimos a hacer mercado, limpiar, organizar gastos y no menos importante cocinar (esa parte solo aplica para mi). ¿Nos daba miedo? Si. Pero era una oportunidad y valía la pena ir por ella.
Llegamos finalmente a los 26 años. Nos mudamos a otro país. Al mes a otro más. Dejamos todo en nuestro país. Mi cama, mi nevera, mi juego de comedor, mi trabajo y a mi gente. Nos vinimos a intentar seguir creciendo como personas, profesionales y familia.
Ahora me enfrento a otra primera vez en mi vida: Ser mamá. (Aún no. Pronto) Les repito. ¿Da miedo? si. Pero cada día miro con todo lo que he podido y se que con esto también podré.
PD: No hay nada más bonito que dejar volar a quién amamos. Uno no crece por las experiencias ajenas sino por las propias. Aconsejar es lo más que podemos hacer por los demás. Que tu miedo no ponga en stop los sueños de los demás y menos a los tuyos. Esto me lo enseño mi mamá.
Nos seguimos leyendo...
Todas las primeras veces son siempre llenas de incertidumbre y nervios en la panza. Un abrazo, Mari. Serás una mamá estupenda sin duda.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Gracias por la buena vibra y los deseos. Amén. Un abrazo bella.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit