Una Arepa me demostró el valor de las cosas.

Esta historia es real, leanlo hasta el final.

era diciembre del año pasado... Recuerdo que mi madre y yo regresábamos de intentar hacer compras para la comida navideña... Ciertamente teníamos cierta frustración porque a diferencia de años anteriores, esta navidad no tendría esos alimentos tan tradicionales, obviamente por causas de indole economico, sin embargo, tampoco era tan mal, teniamos lo que se conoce como pan de jamon y ensalada.

Recuerdo que veniamos discutiendo un poco porque yo quería comprar unos aliños para hacer hallacas y mi madre no me lo permitió porque estabamos muy cortos de presupuesto, entonces, ya saben, cuando uno quiere algo y no puede tenerlo... entonces estaba algo amargada, pensando en navidades pasadas, comparandolas con estas, maldiciendo en mi interior mi "Desgracia".

estabamos a un par de minutos de casa, y pasaron tres chicos de unos... 5 o 6 años, eran chicos de la calle, algo sucios y desarreglados, no era nada inusual, a veces piden comida los niños en la calle, este era el caso, los chicos nos detuvieron, nos pidieron permiso y por favor si teniamos algo de comida para ellos... Nosotras teniamos problemas con nuestra propia comida asi que nos negamos (aunque, de haber querido, podriamos haberles dado un poco de lo que sea) les pedimos perdon y les dijimos que no teniamos nada para darle, perfecto.

Llegamos a casa, estuvimos un rato allí, pero al rato me tocó salir nuevamente para comprar algo de tomar a la bodega, eso hice y bueno, de camino hacia allí, me encontré a dos de los chicos sentados en una esquina, y justamente iba llegando el tercero de ellos... caminé lento y pude observar como el tercer chico que llegó, tenia una arepa en sus manos, las sonrisas de los otros dos chicos eran increibles, me detuvé a observar la escena, el chico de la arepa la agarró fuerte y la dividió en tres trozos, los chicos entre risas empezaron a comer su pedazo de arepa... se me salió una lagrima... tres chicos eran felices con una arepa, y mientras, mi madre y yo estabamos amargadas por no poder darnos el gusto que soliamos darnos...

fuí a la arepera que quedaba cerca, compré tres arepas, y volví hacia los muchachos, le di una a cada uno.
esa navidad no tuve la mejor de las cenas, ni fue una situacion muy buena, pero me llevé de regalo una enseñanza increible.

valoren lo poco que tengan.