María, la mariposa y el conejo (Fábula)

Estando María en la orilla viendo el alto cielo, de repente sintió que algo que le tocaba el vestido, al voltear su cabeza vio un maravilloso conejo que le habló diciendo.
-¿Hola María como estás hoy?- a lo que ella con un susto salió corriendo y llegó a su casa, cerró la puerta, su cuarto y suspiró sabiendo que semejante sobresalto había acabado.

Cuando en su asombro escuchó una voz aun mas fina y delicada.
-¿Que pasa María, por qué corres? ¿por qué te asustas?
María nuevamente sintió que su corazón se le salía del pecho y con gran animo y fortaleza volteó la cabeza pero sin abrir los ojos exclamó:
-¿Que quieres? ¿Quien eres?
A lo que la pequeña voz respondió.
-Abre tus ojos, mírame y sabrás quien soy.
Tímidamente los abrió y vio una pequeña pero hermosisima mariposa de colores muy brillantes y recordó haberla visto unos días atrás-

María al comenzar a salir de su asombro expresó.
-¿Como es que una mariposa puede hablarme, y yo puedo entenderla?
-De la misma manera que me miraste hace unos días y me dijiste. "¿Si tan solo pudieras escucharme, y decirte lo sola que me siento por no tener amigos."
Esto trajo a Maria a reflexionar sobre esa pequeña platica que había experimentado esa noche de soledad y profunda desolación aun a su corta edad.

Maria se sintió mas cómoda con lo que su compañera de charla le decía sobre la enorme soledad dentro de ella.

La colorida mariposa le dijo.
-Maria hemos visto tus soledades en la orilla del río llorando, en la soledad de tu habitación, en las caminatas hacia la escuela, en esas tardes mirando por la ventana. Nosotros los animales damos un deseo cada primavera a un ser humano y vimos que en ti hay una necesidad de estar acompañada, se nos permitió conversar contigo por eso el conejo te habló hace rato.

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-Disculpa por salir corriendo -dijo Maria.
-No te preocupes ya estamos acostumbrados a este tipo de reacción.-

-¿Cómo? ¿ya habían hecho esto con anterioridad?.- Preguntó Maria asombrada
A lo que respondió su nueva amiga.
-!Claro Maria, ni te imaginas a la cantidad de niños que aun debemos acompañar porque sienten mucha soledad.

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-¿Y a quienes aun acompañan?, bueno si puedo saber.
-Claro pero igual debes guardar el secreto de que puedes hablar con nosotros y nosotros con otros niños.
A lo que Maria asintió con con la cabeza.

Cuando comenzaban a hablar, tocaron las ventana del cuarto y al abrir la cortina, se dio cuenta que era el conejo, ella tímidamente abrió la ventana y este muy cansado entró exclamado.-
-!Vaya que corres María! aun con mi velocidad estoy muy cansado, ya no estoy para andar persiguiendo niños de arriba a abajo, pero ¡¡ahh¡¡ aun recuerdo a la pobre Cecilia Silver, esa si sabía correr, pero claro yo era mas joven y podía perseguirla y Pedrito Carrillo, ese es otro que corría como si un muerto lo persiguiera...
Bla, bla, bla, era lo que hacia el conejo desde que entró, de repente la mariposa se paró en su nariz y lentamente se puso la patica en la boca y susurro...
-¡¡shhhh!!...
El conejo respiró y calló.
María aprovechó el silencio del conejo y dijo:
-¿Te refieres a Cecilia Silver y Pedrito Carrillo de 6to año?
-Sii, esos mismos, no sabes como corren, imagínate...
En ese momento la mariposa lo miró y éste calló.
La mariposa se sentó frente a Maria y empezó a contarle
-Si, querida Maria, todos eso niños que ahora son populares y que crees tienen muchos amigos, son aun protegidos por nosotros, aun en sus corazones hay soledades, en sus cuartos siguen los momentos de oscuridad y pesadumbre. Aun los acompañamos para que no se sientan solitos y abandonados.

-Pero si ellos son los mas populares de la escuela, parece mentira lo que me cuentan.
-Por eso estamos aquí querida Maria, para que entiendas que no todo lo que puedes pedir o querer de los demás es lo mejor, siempre deseaste tener la vida de esos niños, y créenos no es nada fácil lo que viven, ya llegará el tiempo de tener amigos, no tener muchos, sino tener buenos amigos.

El conejo, la mariposa y maría hablaron toooda la noche y Maria entendió que a veces lo que vemos no es solo sino la punta de la isla.
Nuestra Maria aprendió a escoger a sus amigos según las afinidades, hoy en día juega con amigos y disfruta cada día.