Días difíciles en Venezuela, días críticos, no solo desde esta semana, no, ya llevamos varios años en estado de angustia. Angustia personal que abarca desde lo emocional, hasta lo laboral; angustia que vá desde la agonía de que un sueldo mínimo pueda no alcanzarte para el sustento propio y, el más importante, el de tu familia, contrapuesto a la angustia de la escasez y las privaciones de alimentos, medicinas, cosas que antes eran tan sencillas de conseguir y que ahora se han vuelto cuesta arriba, algo así como una montaña por la que sabes que jamás podrás escalar y mucho menos llegar a la cima.

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La calidad de vida del venezolano se ha devaluado tanto que un profesional universitario, críado en los tiempos en que yo estudié y que en esta etapa, pudiera estar pensando en su jubilación o el retiro, como el descanso en sus años dorados, tristemente tiene que pensar con angustia, que próximo trabajo deberá hacer ya en la etapa en que el retiro debería representar su bienestar económico y emocional. Una pensión de vejez no alcanza ni para completar una comida, triste pero cierto, aunado a la angustia de saber que te irás a conseguir en el camino pues, las perspectivas de que la situación mejore, es muy lejana y a veces se vislumbra como imposible. Como si fuera poco se suma un factor inesperado, pero latente y real, la crisis en los servicios básicos como la salud (hospitales en caída crítica y en agonía, sin insumos ni personal porque todos ya han emigrado), el agua y la electricidad, sobre este último tenemos dos episodios muy dolorosos en el mes de Marzo y es que, han habido dos mega apagones que han dejado todo el territorio sin energía eléctrica, paralizando completamente al país y a la vida de sus habitantes.

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La oscuridad que nos han dejado estos últimos años no solo ha sido de servicios básicos, hablamos de una oscuridad que atormenta el alma y la desgasta. Vemos como familias han tenido que separarse para buscar un mejor futuro, el que nos merecemos como habitantes dignos de un pais hermoso que ha sido destruído en sus recursos materiales y espirituales. El venezolano es fuerte, y no dudo que vamos a salir fortalecidos de esta oscura situación que hoy nos agobia y pareciera no tener final pero si lo tiene, un final en el que deberemos sacar lo mejor de esta oscuridad y sacar a relucir esa luz poderosa que nos caracteriza como seres de buena energía. Venezuela, como siempre lo he dicho en mis publicaciones, es y seguirá siendo Tierra de Gracia, la mejor del mundo, saquemos a relucir lo mejor de nuestra alma siempre y no dejemos que la oscuridad apague esa llama luminosa y positiva que llevamos dentro.

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Esta pequeña reflexión vaya para todos mis hermanos venezolanos y para aquellos que no habiendo nacido en esta tierra, se preocupan y sufren lo que nosotros sufrimos, simplemente porque nos quieren de verdad y nos tienen en sus corazones y oraciones. Gracias a ustedes por tomarse un tiempo para leerme.

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Fuente

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Los separadores azules son creación y cortesía de mi ahijado en el Concurso Padrinos de @radiosteemit, @mauricioteran .

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GRACIAS POR SU TIEMPO Y HASTA LA PROXIMA.

@marybellrg

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Fuente del separador