Ésta es una visión con un enfoque muy personal e interesado sobre la aventura del ser humano durante el transcurso de la historia. Es incompleta, parcial, y el punto de vista es europeo.
Se estructura de modo muy breve, casi telegráfico, en doce periodos.
Se muestra cómo el protagonista (en definitiva nosotros, que somos fruto de esas peripecias) se interna en los vericuetos de la aventura de la historia, aprende, sufre, avanza, se hunde, enfrenta la muerte, vence y emerge.
(Prehistoria) En un principio estaba, como el resto de seres, inmerso en la Naturaleza, atemorizado por sus normas, que no comprendía... Quizá era la única criatura que, tras el crepúsculo, temía que el sol no volviera a aparecer. Vivía en las ramas y en las cuevas. Buscaba alimento en la vegetación, pequeñas piezas de caza, sobras de los grandes depredadores... Su lenguaje es muy rudimentario.
(Primeras poblaciones) El ser humano aprende a proporcionarse a sí mismo alimento a través de sus propios cultivos y animales domesticados. Abandona el hábitat natural que compartía con el resto de criaturas. Ya no es como el resto de animales. Es diferente. Se ha proporcionado un hábitat para sí mismo, un hábitat construido “sobre la naturaleza”, en cierto sentido, "sobre-natural".
(Sumeria, Egipto) Nuestro héroe (nosotros) consigue un logro extraordinario, la escritura. Puede registrar cálculos contables y plasmar en documentos las leyes, algunas crónicas, sus cuentos... Construye edificios más grandes, más bonitos, más sólidos. Empieza a observar el cielo. Reconoce formaciones de estrellas en el firmamento. Elabora cultos complejos, religiones con mitos que despiertan la grandeza del alma humana, aunque controlada por una casta sacerdotal que dosifica el conocimiento.
(Grecia) Surgen las grandes preguntas. Aparecen corrientes de pensamiento avanzadas, doctrinas filosóficas, el embrión del conocimiento y el arte, matemáticas complejas, escultura, teatro, arquitectura... Florece la cultura y el comercio. Aparece la promesa civilizadora con aportaciones políticas revolucionarias.
(Roma) Conquistas militares. Guerras crueles y sádicas y también periodos de paz muy prolongados de los que se benefician los habitantes de enormes extensiones de territorio. Sistemas jurídicos sólidos y normas contractuales complejas. Sofisticación del sistema político y construcción de grandes obras de ingeniería civil. Aparecen las primeras carreteras que permiten transitar grandes longitudes de una manera rápida, cómoda y segura. La promesa civilizadora parece posible.
(Edad Media) El sueño de las civilizaciones antiguas se ha convertido en una pesadilla en un mundo en el que la barbarie es constante. El pensamiento cristiano, la filosofía medieval, y las grandes catedrales son el único soporte moral en una época de violencia y miseria en la que el hombre vuelve a sentirse a la intemperie. Pero ahora él es la fiera. Los monjes comprometidos son los guardianes del conocimiento clásico aunque el dogma religioso domina la vida social, ahoga al individuo y llena su alma de supersticiones.
(Renacimiento) Se vuelve a mirar hacia atrás para buscar agua clara. El espejo de la Grecia y Roma clásicas sirven como detonante para recuperar los resquicios de aquella civilización. Emergen nuevas formas de arte (pintura, música, escultura, literatura, arquitectura…) y el conocimiento se extiende al abandonar la clandestinidad de los monasterios medievales. Vuelve a florecer la cultura y el comercio. Nuestro héroe se libera de la cárcel de la superstición. Se siente protagonista de su historia.
(Edad Moderna) Los avances tecnológicos hacen posible un logro extraordinario: circunnavegar el globo, abrir rutas marítimas en todos los oceános y elaborar mapas de las tierras descubiertas. El afán de conocer queda manchado por la codicia de poder, de riquezas, de dominación de unos sobre otros. Las dinastías que gobiernan Europa explotan a sus súbditos como carne de cañón para sus juegos de guerra. La invención de la imprenta cambia las reglas del juego. Se abre una puerta de salida en la hasta ahora todopoderosa cárcel del dogmatismo religioso. La creación musical emerge con una potencia desconocida.
(Ilustración) El maquinismo libera al hombre del trabajo físico pero también oscurece su porvenir. ¿Tuvo razón el Quijote al ver futuros monstruos en los rudimentarios molinos mecánicos de viento? La constitución de los Estados Unidos de América revoluciona el pensamiento político. El conocimiento y el arte se ven impulsados por una fuerza colosal. Se impone la razón tras siglos de superstición y dogmatismo y la obra de los compositores musicales alcanza cotas de belleza estremecedora.
(Romanticismo) El alma humana se ve sacudida por el racionalismo a ultranza y por los nuevos conocimientos científicos y técnicos. Surge un movimiento que quiere retornar a la calidez, a la ternura, a la dulce tradición de tiempos más sosegados. Sin embargo, el avance imparable del maquinismo se impone con una fuerza arrolladora. El telar mecánico y la máquina de vapor cambian la sociedad. El progreso técnico promete por un lado liberación y por otro amenaza con destrucción.
(Siglo XX) Lo peor del romanticismo pasional confluye con lo peor del cientifismo frío. El resultado es desolador. La altiva Europa es arrasada por sus locuras y arrastra a América y Asia en esa vorágine de destrucción y muerte. El avance tecnológico permite al ser humano estar en condiciones de destruir el mundo, y casi lo hace en un aberrante clímax de afán de poder. Esas criaturas que hace unos pocos milenios temían el tronar del cielo y el ulular del viento toman consciencia de su inmenso poder destructor y por tanto de la responsabilidad de conservar el equilibrio de los ecosistemas.
(Siglo XXI) El ser humano aprende que la Tierra es su madre y que si se vuelve contra ella se vuelve contra sí mismo. Todavía no sabe qué hacer, todavía acecha el peligro. El desconcierto se convierte en sensación de caos. Pero su instinto le lleva a querer conservar aquello de lo que depende para existir. El planeta. Su planeta. Se da cuenta que una liebre, un elefante, un delfín, un gorrión... viven igual en la actualidad que hace millones de años. En su caso no es así. Es diferente. Su hábitat es sobre-natural, pero no puede ser contra-natural. La continuidad de la vida sobre el planeta depende de ello y su instinto de supervivencia debe imponerse sobre el afán destructor de unos pocos.
Ha dado algún paseo espacial pero ignora casi todo sobre el Universo.
¡Hola, @maygor!
Qué complicado resumir en un post los procesos que ha atravesado el Hombre a lo largo de se existencia. Yo tiendo a creer que el momento estelar por excelencia en la Historia, es la aparición de la escritura. Sin embargo, el descubrimiento del fuego es, sin lugar a dudas, vital: gracias a la cocción de los alimentos el Hombre pudo desarrollar más su cerebro y empezó a tener procesos cerebrales más complejos. El resto vino después. ¡Estelar!
Me gusta que destaques, entre los doce hitos, al Renacimiento y a la Ilustración. Creo que los cambios de "Edad" tienen un movimiento filosófico-cultural que les antecede: la escritura, el Renacimiento, o la Ilustración. La excepción es la Edad Media... y vaya que tiene sentido que los 1000 años del Medioevo no tuviesen ninguna bandera cultural.
¡Gracias por compartir tu post!
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit