Unas cuerdas que disparan tu corazón y aceleran la sangre, evocando sentimientos que solo una droga sonora puede infringir. Golpes metálicos y de cueros que te dan fuerza, te sientes invencible, no puedes parar, la adrenalina se ha apoderado de tu cuerpo.

Dulces melodías ancestrales te llevan a paisajes inhóspitos de naturaleza escarpada con suma belleza, te sientes al filo del abismo, con llamas a tu alrededor, acelerando a más de cien eres uno con la música.

Un nuevo rif marca el ritmo de tu pensamiento y hace estallar tu imaginación, sientes que hay más, que aún no lo has dado todo. Tu cabeza no deja de dar vueltas al ritmo de todo ese sentir.

Tu alma danza a un ritmo que hace temblar las paredes, estremeciendo el suelo bajo tus pies, melodía eterna que rejuvenece una vez más como si nunca hubiera muerto.

¡Esto es Rock!