En un momento dado Josefina se decidió por la carrera política y se lo contó a la tía Eulogia. Mi tía la miró con cara de horror.

-¿Y te vas a meter en ese mundo en donde te van a matar?

-Es que hoy, en cualquier mundo donde te metas te pueden matar, y yo prefiero estar en un lugar que me permita participar en leyes, justamente para que no sigan matando a las mujeres que entran al mundo del poder-dijo Josefina.

Mi tía Eulogia tenía una gran admiración, se trataba de una mujer profunda, inteligente y con mucho sentido del humor. Además, era una gozadora de la vida, le gustaba tocar la guitarra, comer bien, tomar buenos vinos, era una gran amiga de sus amigos, tenía una casa en la playa donde solía pasar los fines de semana. Estaba divorciada, tenía una hija de 25 años y un amante muy guapo. Toda una mujer moderna, perfecta para ser representante de cualquier cosa en cualquier parte.

---

-Piensas entrar en política, muy bien, pero ¿Cómo qué? - le preguntó mi tía.
-Como candidata a la presidencia- declaró Josefina dejando a mi tía boquiabierta.
-¿A la presidencia?
-Sí, señora, y he estado pensando que nadie mejor para ser mi jefa de campaña que tú.
-¿Yo? ¿Pero te volviste loca? Si yo no sé hacer nada, llevo años sentada en mi casa cocinando para el perezoso de Roberto y tratando de espantarle a la flaca de la esquina- Balbuceó mi tía, atónita con el ofrecimiento.
-Por lo mismo. Ha llegado la hora de abandonar la esclavitud y meterse en el senado, a la presidencia, donde el destino nos lleve amiga, y sí, quiero que seas mi jefa de campaña.

Para qué decir cómo cambió la vida de mi tía a partir de ese momento. Esa noche, desvelada hasta los huesos, se puso a pensar que ese era un gran desafío, ella tenía que demostrarse a sí misma que era capaz. Roberto roncaba a su lado. No pensaba decirle nada hasta mañana. Y al día siguiente, en cuanto el otro abrió un ojo, mi tía le soltó la noticia.

FUENTE

-¿Jefa de campaña? Tú no sabes cómo se hace.
-Aprenderé. Todo se aprende. Tú tampoco sabías como ser gerente de una empresa y en un momento de la vida tuviste que aprender. Y lo has hecho muy bien.
-Sí, pero tú eres mujer.
-¿Y me puedes explicar qué quieres decir con esa tontería?
-Que las mujeres nunca han sido buenas a la hora de la política.
-Pues bien, te equivocas. Mira a Ángela Merkel y a la misma Michelle Bachelet por Latinoamérica.
-Espero que lo hagas bien- le deseó Roberto, sin pensar que mi tía Eulogia no solo iba a hacerlo bien, sino que dejaría sentadas las bases para que de allí en adelante ya no fuera necesario que las mujeres se disfrazaran de hombres para ser tomadas en cuenta por el electorado.

---

---

La campaña comenzó a mediados de ese año. Y también los problemas. El primero tuvo que ver con las cosas espantosas que los oponentes de Josefina empezaron a decir sobre ella, sobre su peso, su cabello, sus anteojos que no eran lentes de contacto, sus palabras que eran demasiado espontaneas, que no se vestía de forma apropiada, que debía pintarse el pelo de rubio, y que bajo ningún motivo podía seguir tocando la guitarra, porque ¿dónde se había visto una candidata tocando un instrumento? Eso no era bueno y no daba confianza. Pero los ataques no solo tenían que ver con la manera de vestirse y con los kilos de más y con sus gustos musicales, sino con todo lo demás. Que no tenía marido. Que estaba divorciada. Que para colmo tenía un amante. ¡Cómo iban a elegir a una presidenta con amante! Que eso no se había visto ni en un millón de años. La presidenta debía tener marido, dos niñitos, un perro, y vivir en una linda casa de jardín. Josefina se tomó estos ataques muy a pecho y a la siguiente semana para contentar a medio mundo, se puso a dieta, se hizo unos lentes de contacto, abandonó sus vestidos femeninos de vuelos y se vistió de gerente general con un traje de sastre.

FUENTE

Le faltó poco para ponerse una corbata, y donde se paraba se ponía a hablar de valores familiares, como si el hecho de estar divorciada ameritaba pedir disculpas.
En ese plan duró meses, haciendo imposibles para acabar con las críticas de los contendedores-todos varones, por supuesto-perdió peso, es cierto, se tiñó el cabello, dejó la guitarra, pero andaba con una cara tan triste que daba lástima. Ya no era la misma mujer de antes. Gran parte de su encanto, su lozanía y su espontaneidad se había esfumado. Y las encuestas empezaron a bajar. Mi tía Eulogia se dio cuenta del desastre y adivinó que, si no hacían algo, y pronto, perderían las elecciones. Y fue entonces cuando pidió una hora en la radio y, en su papel de jefa de campaña, ofreció una conferencia de prensa que dejó a todo el mundo con los ojos abiertos como platillos voladores.

---

“Señoras y señores, he venido hasta aquí para hablarles de un tema que tal vez les parezca fuera de contexto, pero que no solo no lo está, si no que merece ser tocado de inmediato, antes de seguir con la campaña. Y se trata de lo siguiente. Quiero que escuchen y reflexionen sobre lo que voy a decirles: “¿Por qué creen ustedes que a los candidatos varones nunca nadie les exige que se pongan a dieta, ni que se vistan de determinada manera, ni que se echen tónicos en la cabeza para que vuelva a crecerles el cabello, ni que tengan esposa o dejen de tocar tal y cual instrumento? ¿Cuándo se ha visto que un candidato tenga que usar lentes de contacto porque se ven más estéticos que los anteojos? ¿Cuándo se ha sabido de un candidato de cualquier época, de cualquier partido y cualquier lugar que no tenga una amante? ¿Dónde se ha visto que a un guantón de esos lo fuercen a ponerse a dieta para adelgazar solo porque es candidato? Y ustedes, queridos radioescuchas, ¿han sabido de algún candidato a la presidencia que quede fuera de la competencia por tener poco pelo? De acuerdo con esto, Winston Churchill no podría haber sido el jefe del departamento inglés.

“Señoras y señores, yo les ruego que usen la cabeza para lo que es: pensar, que reflexionen sobre estos puntos, porque a partir de ahora, mi candidata, josefina de la Piedra, no hará ninguna de las cosas que ha estado haciendo últimamente para complacer a sus enconados críticos. A partir de hoy- y se los dice su jefa de campaña-Josefina se pondrá vestidos de flores, femeninos y bonitos, usará pañuelos en el cuello, aretes largos, zapatos modernos, y no hará una sola dieta más en lo que dure su campaña; a ella le gusta la buena comida, le gusta la vida, le gusta parecer mujer y no un gerente general de empresa”.

Una semana más tarde, la candidata apareció en público vestida como siempre lo había hecho antes de la campaña, la invitaron a un almuerzo y gozó con un pescado y luego un asado de cordero. Después del almuerzo le llevaron una guitarra y entonó antiguos boleros, y a la mañana siguiente, ¡oh sorpresa! Las encuestas a su favor habían subido de manera inexplicable para sus contendedores.

-¿Cómo lo hiciste? - le preguntó Roberto a mi tía Eulogia.
-Muy fácil, mi querido marido. Recordando.
-Sí, pero ¿recordando qué?
-Que más de la mitad del electorado es mujer.

FUENTE

---

---

Si te ha gustado como escribo te invito a visitar mi BLOG