EL ESPASA DE MEFISTÓFELES:DELEGAR-DESEMPLEO

Delegar: palabra madre de los eufemismos. Dádiva de marrones que el superior concede a sus subordinados, sin ceder después a estos, el mérito de solucionar los mismos.

Delicadeza: lenguaje desconocido en bares de carretera.

Delincuencia: objetivo mayor de asociaciones tales como partidos políticos, iglesias o corporaciones.

Delirio: pedazo de vida al que negar nuestras caricias por sus insignificantes choques con la mediocre realidad.

Demagogia: herramienta del político como la sierra del carpintero.

Demencia: estado mental atacante al hombre cuerdo.

Demolición: sano negocio donde los enfermos de psicopatía desfogan sus instintos.

Demonio: personaje simbólico librador de duras batallas con los ángeles, sobre todo dentro de las cabezas de los hombres. A la vista de la situación del mundo, está claro el lado del que cae la victoria.

2-molesto inquilino apalancado en tu cabeza. Como plus añadido, el gorrón logra siempre convencerte de seguir su voluntad.

Dentista: torturador bien considerado socialmente y con remuneración elevada, en comparación con sus discriminados hermanos los verdugos.

Denuncia: papelajo ignorado por la policía el 95% de las veces, teniendo la razón de su parte en el 94% de las mismas.
Dependencia: ascenso sobre una fina cuerda susceptible de ser cortada por un tercero.

Depósito: en el mundo bancario, cuenta donde los ahorradores entierran sus tesoros con esperanza de volverse los más opulentos del cementerio.

Derecho: dícese de aquello logrado a cambio de que otro renuncie a ese aquello, estando siempre encantados con la situación si caemos del lado de los receptores.

Derrumbamiento: amago y engaño producido con abundancia en nuestra vida. Este no parece materializarse nunca del todo, pero su sombra jamás se aleja completamente.

Desahogo: antesala de un nuevo ahogo.

Desapego: emoción sentida hacia aquello con que convivimos y no necesariamente queremos.

Desatascador: oficio necesario aunque ingrato, cuyo desempeño no es de ayuda a la hora de conquistar corazones femeninos.

Desazón: destino final de las almas humanas; renuncia definitiva a esa locura de nombre felicidad; característica propia de espíritus sensibles e inteligentes.

Desbandada: actitud en que incurren tus aliados cuando te ves incapaz de asignarles lo prometido. El interés goza de mayor fuerza de cohesión que el pegamento, pero una vez desaparece deja al raso desnudo las superficies antes cubiertas.

Descanso: dícese del tiempo de ocio concedido con carácter semanal cuando, en verdad, el único dotado de un valor mínimo es el descanso eterno.

Descapotable: ostentación narcisista que termina probando en su carrocería las maravillas del arte cerrajero.

Descifrar: verbo de imposible aplicación cuando hace referencia a los pensamientos y motivaciones femeninas.

Descolgado: situado detrás de otros y fracasado por ello en sus fines. Esa es la razón final por la que el descolgado termina por colgarse.

Desconfianza: precio de la lucidez; consecuencia de la experiencia en el trato social.

Desconocido: personaje de relleno a quién es común saludar en bodas.

Desdoblamiento: en las galaxias de la psicología y la personalidad, deseo de cambiar la propia vida que termina por escaparse de las manos.

Desear: verbo siempre colocado en el tiempo anterior a fracasar.

Desempleo: libertad conseguida previo pago de un estómago vacío.