IMG:https://es.wikipedia.org/wiki/Ethereum
Ethereum vivió su momento de gloria. Corría el año 2017, los precios no paraban de subir y las ICO se alojaban en sus entrañas. Había incluso, algún intrépido que aventuró que adelantaría a Bitcoin.
El deseado sorprasso no ocurrió, y Ether descendió el acantilado de la corrección. Al mismo tiempo, nuevos competidores amenazaban su reino: EOS proponía soluciones para la escalabilidad y Tron se centraba en las Dapps;
Neo, también prometía venir para dar guerra.
Parecía que a Ethereum se le acababa el mando en plaza.
Sin embargo, la marca Ethereum logró sobrevivir. En el mercado de Dapps, la mayoría de desarrolladores siguieron orientados a esta plataforma; y los juegos más exitosos se construían sobre el tetraedro. También seguía viva la Ethereum Enterprise Alliance, y Buterin no se retiraba del proyecto.
Al final, se lograba sobrevivir.
Y así, llegamos a 2019 y 2020, donde dos nuevos impulsores prometen relanzar su precio. Estos, tienen por nombre stablecoins y Defi.
La mayoría de las stablecoins, eligen la blockchain de Ethereum como lugar donde echar raíces; al igual ocurre con las plataformas Defi. Hay un mercado de 7000 millones de dólares en las criptomonedas estables, y 1000 en las finanzas descentralizadas.
Y subiendo.
Mientras que Bitcoin va camino de estandarizarse como valor refugio, Ethereum puede seguir los pasos del estándar para las aplicaciones blockchain. Ha sobrevivido a las tempestades que pretendían relevarla, y ahora le llega su momento de gloria.
Buen viaje al cielo.