Como dije en mi artículo anterior, siempre he sido bastante escéptico. Desde muy joven he intentado racionalizar y buscarle una explicación basada en la lógica, aunque admito que no siempre he tenido éxito. Algunos me han dicho que esto le quita diversión a la vida, yo opino todo lo contrario; al igual que descubrir cómo un mago realiza su truco, el descubrir la razón por la que pasan muchas cosas que pueden parecer sobrenaturales le agrega una dimensión extra y hace que se puedan apreciar de mejor manera. Si un acontecimiento resulta difícil de explicar, generalmente sus mecanismos internos son más interesantes que el suceso en sí, y descubrirlos puede ser toda una experiencia.


Quizás esta es una de las razones por las que amo la medicina y me gusta tanto la psicología; es sumamente interesante descubrir la razón detrás de cosas que nuestro cuerpo o mente hace y sobre las que casi nunca pensamos, como bostezar, sudar, reír, o creer que ella te amaba (nunca lo hizo). Y si lleno mi cerebro de toda esta información que, siendo honestos, resulta relativamente inútil en la mayoría de los casos, lo mínimo que puedo hacer es compartirlo con ustedes, mi querida audiencia (a cambio de un pequeño incentivo monetario. Hablar sobre curiosidades innecesarias y ser pagado por ello, Steemit es verdaderamente maravilloso). Hoy les traigo la explicación detrás de un suceso que nadie quiere experimentar, pero sobre el que todos hemos sentido curiosidad: las experiencias cercanas a la muerte.

La Verdad Tras las Experiencias Cercanas a la Muerte

Todos nos hemos preguntado si de verdad hay una vida después de la muerte, sea esta un paraíso con 7 vírgenes para cada hombre, un limbo en el que seguimos presentes en el mundo de los vivos como fantasmas, apareciendo en los fondos de fotos y cerrando y abriendo puertas sin razón alguna, o un infierno ardiente en el que seremos ubicados en un círculo dependiendo de nuestros pecados y se nos torturará por toda la eternidad, probablemente con K-pop de fondo. Pero cuando vamos al caso, en realidad hay pocas pruebas sobre su existencia, menos aún que sobre otros eventos religiosos o paranormales. Sin embargo, hay una pieza de evidencia que para muchos confirma la que morir no es el fin de todo: las experiencias de aquellos que se han encontrado al borde de la muerte y han visto cosas.


Exactamente qué cosas varía de persona a persona; muchos ven un túnel oscuro con una luz al final, con seres amados que ya fallecieron ayudándolos a llegar a ella, o visiones de figuras vestidas de blanco que unos interpretan como ángeles, o como mensajeros del dios de la muerte (dependiendo de la creencia religiosa). Otros ven su propio cuerpo desde una perspectiva externa, siendo capaces de ver las circunstancias de su (casi) muerte y concluyendo que quizás fue mala idea probar eso de asfixia autoerótica. La mayoría ve un resumen de su vida pasar por delante de sus ojos, mientras que les llega la sensación inequívoca de que están muertos, y sienten una tremenda paz interna, o angustia insufrible, dependiendo de si dabas el diezmo en la iglesia o sólo ibas a escuchar música y jugar Angry Birds.


El punto es que las experiencia cercanas a la muerte, aunque tengan pequeñas variaciones dependiendo de la religión de quien las padece, tienen una descripción generalmente uniforme. Además, no se trata de un suceso nuevo; hay evidencias escritas de experiencias cercanas a la muerte en libros de la edad media, y se cree que incluso desde antes que eso. La descripción médica más antigua de una ECM que se ha encontrado hasta ahora viene de un diario escrito por un doctor francés en el siglo XVIII, por lo que se sabe que el suceso ha resultado destacable para la ciencia médica desde hace más de 300 años. Sin embargo, el primer estudio serio se realizó apenas en 1975, en él, un psiquiatra entrevistó a 50 personas que habían dicho tener una ECM, teorizando que quizás la conciencia existe en una forma inmaterial, independiente del cuerpo físico. Pero bien sabemos que la ciencia médica difícilmente acepta explicaciones de este tipo, por lo que desde entonces se han realizado varios estudios más, por médicos de diversas especialidades. Y al parecer, no todo es tan abstracto como pensábamos.

Muchos de los estudios fueron retrospectivos, es decir, se entrevistaba gente que había tenido visiones al sufrir algún accidente o enfermedad que los dejó al borde de la muerte. Pero el problema con esto es que en la mayoría de los casos, la ECM había ocurrido años antes de la entrevista, por lo que las memorias del evento podían estar alteradas. Además, una entrevista difícilmente puede explicar los cambios fisiológicos o en la química cerebral que puedan ocurrir mientras una persona atraviesa uno de estos eventos. Por estas razones, los estudios más conclusivos han tenido que ser preventivos, colocando instrumentos cerca de pacientes con alta probabilidad de sufrir un infarto y necesitar reanimación cardiopulmonar para estudiar sus cuerpos y química cerebral durante, o inmediatamente después, de una ECM. Puede parecerte poco ético el preguntar a personas moribundas si sintieron que su alma dejó su cuerpo y vieron como los doctores golpeaban su pecho como si jugaran Whack-a-mole mientras gritaban maldiciones al cielo, pero sabes, por la CIENCIA.


Estos estudios revelaron que prácticamente todos los fenómenos que ocurren durante una ECM tienen una explicación médica, y son todos estos procesos actuando en conjunto lo que resulta en una experiencia aparentemente paranormal e inexplicable.


Comenzando con lo más frecuentemente descrito, el túnel de luz: la explicación más aceptada, y probablemente la causa más frecuente, es que durante los infartos y demás incidentes en los que se puede cortar el flujo de sangre hacia el cerebro, es común que de manera preventiva se corte primero el flujo de sangre hacia áreas de la cabeza menos importantes, como los ojos. Esto casusa una isquemia retinalque se manifiesta como la visión de un túnel oscuro con luz al final; este tipo de eventos puede ocurrir también cuando el cuerpo se enfrenta a fuerzas centrífugas muy intensas, como al volar un avión de combate. Además, daño a la corteza occipital del cerebro puede provocar visiones de este tipo. En algunos infartos el flujo de sangre al cerebro se corta de manera repentina, en estos casos las visiones ocurren en los breves segundos antes y después del paro cardíaco; provocados por la hipoxia (falta de oxígeno) mientras se pierde la conciencia e inmediatamente después de recuperarla.

¿Los ángeles o seres de luz que se reportan en varios casos? Su explicación es bastante interesante; verán, todas las células vivas y neuronas producen partículas llamadas Biofotones (también llamados fotones bioquímicoluminiscentes ultradébiles, entenderás que biofotones es la mejor alternativa). La fluorescencia de estos biofotones normalmente es muy débil como para ser percibida por el ojo humano, razón por la cual no andamos brillando bajo el sol como los vampiros de Crepúsculo, pero en circunstancias específicas somos capaces de verlos por breves momentos, manifestándose como fosfenos (manchas luminosas que a veces vemos, como por ejemplo cuando nos frotamos los ojos). Estudios recientes han demostrado que la peroxidación lipídica (proceso mediante el cual se metabolizan los lípidos) puede crear biofotones como subproducto. Y, ¿adivina cuál es uno de los momentos en los que ocurre este proceso? Justamente después de una isquemia cerebral, cuando la sangre está volviendo al cerebro. Durante esta reperfusión se crea una gran cantidad de radicales libres de oxígeno en el cerebro y la retina, que al ser metabolizados producen biofotones que percibimos como fosfenos; luces brillantes en nuestro campo visual. Aunque admito que es más reconfortante pensar que son ángeles.


Pero, ¿y los sentimientos de euforia o angustia durante los ECM? Su explicación es algo más sencilla: desbalances neuroquímicos, que también explican las visiones de personas fallecidas que algunos dicen tener. Cuando el corazón entra en fibrilación ventricular (un tipo de arritmia que suele ser causado por infartos) el cerebro libera grandes cantidades de dopamina, un neurotransmisor que provoca sentimientos de euforia y placer, y norepinefrina, que causa un estado de alerta y vigilia. La combinación de estos dos neurotransmisores, junto con el efecto de las endorfinas (opioides producidos naturalmente por el cuerpo en momentos de estrés), crea el sentimiento de felicidad, y la norepinefrina en especial hace que el evento parezca tan real y sobrenatural como lo describen aquellos que lo padecen. Además, drogas usadas en el ámbito médico como la Ketamina y las Anfetaminas también pueden provocar estas sensaciones. ¿Y qué pasa con los que en lugar de alegría sienten angustia y desesperanza? Pues, se ha demostrado que la administración de Naloxona, un fármaco que bloquea el efecto de las endorfinas y opioides, puede llegar a causar este tipo de ECM.


Las visiones son causadas normalmente por otro neurotransmisor, la serotonina, en combinación con la noradrenalina, pero también influye la acción de la dopamina. La hipoxia también generalmente provoca alucinaciones visuales y auditivas, al igual que daño en los lóbulos frontal y occipital del cerebro, sobretodo en el hemisferio izquierdo. Ahora, ¿Por qué las visiones suelen ser de seres queridos, o con temática religiosa? Pues, aquí es donde entra en acción la psicología; vemos a personas fallecidas porque esperamos que una experiencia cercana a la muerte sea así. La hipótesis de la expectación teoriza que situaciones que ponen en peligro la vida pueden iniciar proyecciones mentales de lo que nosotros estamos condicionados a percibir como la vida después de la muerte, es decir, si creemos que iremos al Cielo, las visiones que veremos serán de nosotros ascendiendo hacia la luz, quizás guiados por ángeles (fosfenos), y siendo esperados por nuestros seres queridos que ya murieron. Por esta razón, una persona cristiana puede ver a Jesucristo durante una ECM, mientras que un musulmán seguramente verá a Allah, y haría un chiste sobre la Cienciología pero seguramente me demanden.

La sensación de “ver toda tu vida pasar frente a tus ojos” también puede ser explicada; se han realizado experimentos conectando pacientes que han sufrido ECM a electroencefalogramas y se han observado sus ondas cerebrales mientras se les pide que se recuerden eventos normales, y durante sesiones de hipnosis en las que se les solicita que recuerden su ECM. Estos estudios demostraron que durante este tipo de eventos habían oscilaciones en las ondas Theta, relacionadas con el procesamiento de memoria episódica y su organización espaciotemporal, y en las ondas Delta, que tienen que ver con la recolección de eventos pasados. Sin embargo, y al contrario de cuando se les pidió recordar otros momentos de su vida, no había presencia de activación de ondas Gamma, que están ligadas a la recolección de memorias reales; eventos que ocurrieron en el mundo físico. Dicho de forma sencilla, estos hallazgos sugieren que las memorias experimentadas durante las ECM son básicamente alucinaciones en forma episódica de memorias previas, pero no necesariamente reales, es decir, se puede “recordar” eventos que en realidad nunca ocurrieron, pero que posterior al evento (y por la acción de los neurotransmisores descrita arriba) parecen totalmente reales. La memoria es perturbadoramente fácil de manipular, en resumen.


Por último, ¿Qué ocurre con aquellos que tienen una experiencia extracorporal, siendo capaces de ver su cuerpo mientras flotan en el aire? Pues, si has estado prestando atención, seguramente puedes deducir que esto también tiene una explicación lógica. Pueden ser provocados por una variedad de factores, como falta de oxígeno al lóbulo temporo-parietal, relacionado con la percepción corporal y que básicamente junta toda la información sensorial que recibe del resto del cuerpo. Incluso, se ha logrado producir artificialmente este tipo de eventos en ambientes controlados, estimulando eléctricamente esta parte del cerebro en sujetos voluntarios, y se sabe que puede producirse de forma natural en episodios de parálisis del sueño. La Ketamina, usada como anestésico en ocasiones, también ha llegado a provocar alucinaciones y experiencias extracorporales.

Ahora, admito que hay varios casos en los que han ocurrido cosas que desafían cualquier explicación aquí escrita; pacientes que describen eventos que ocurrieron mientras sus cerebros estaban prácticamente muertos, niños teniendo visiones durante ECM sin estar psicológicamente condicionados para esperarlas, y un largo etcétera. Pero como me gusta decir, el hecho que no podamos explicarlas ahora no quiere decir que en unos años sigan siendo un misterio. Lo cierto es que el tema de experiencias extracorporales y ECM sigue siendo relativamente controversial en el ámbito médico, y requieren muchos más estudios para llegar a entenderlo del todo, además de que nos hace plantearnos incógnitas sobre la vida después de la muerte, la religión, la naturaleza de la conciencia, la filosofía y la existencia del alma. Continúo siendo escéptico, pero, ¿Quién sabe? Me he equivocado muchas veces antes.

Referencias:

• Experiencias cercanas a la muerte: una hipótesis multidisciplinaria
• Realidades de los recuerdos en las experiencias cercanas a la muerte: evidencia de un estudio psicodinámico y electrofisiológico integrado
• La ciencia de las experiencias cercanas a la muerte
• Una explicación científica para las experiencias cercanas a la muerte
• Experiencias cercanas a la muerte: lo que dice la ciencia sobre el “túnel” y la “luz”
• Experiencias cercanas a la muerte: ¿Qué son y qué explicación tienen?
• Fosfenos – Wikipedia

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