Lo que no se ve desde el Mirador del cerro El Morro

Aquello que me intriga de los lugares turísticos más visitados es eso que no se muestra a primera vista, porque pienso que las maravillas de un lugar están en lo opuesto a lo que el hombre ya tocó; y aunque este es uno de los miradores más populares de Venezuela lo que realmente lo convierte en un sitio atractivo es lo que esconde tras él.

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El Cerro El Morro de Lechería es uno de los principales lugares turísticos en el estado Anzoátegui. Se trata de un relieve que limita con el Mar Caribe, sobrepasa los 100 metros de altura y tiene una extensión de 15 kilómetros.

Pero este no es como cualquier cerro; sus virtudes han sido resaltadas a través del acondicionamiento del terreno, con la construcción de carreteras, delimitadores, señales de tránsito, ornamentos, postes de luz que funcionan con energía solar, y más. Todo para facilitar el paso y la comodidad tanto a los turistas como a los habitantes que residen en la variedad de edificios que están construidos allí.

La popularidad de El Morro se debe principalmente a su mirador. Desde la cima puedes visualizar la infinidad del océano: islas cercanas, la Bahía de Pozuelos y las costas de Puerto La Cruz, y allí no importa si es de día o de noche pero el paisaje siempre es impresionante.

Otra de las atracciones es el Fortín de la Magdalena, un castillo de valor histórico para el estado, desde donde fue defendida nuestra costa de los saqueos de piratas en la época de la colonia. Además, la amplitud y diversidad de los espacios del cerro son un escenario especial para los deportistas, que a demás de los turistas, son quienes más frecuentan el sitio.

Sin embargo, este post no es para decirles lo mismo que pueden leer en internet acerca de El Morro, al contrario, quiero enseñarles aquello que no se logra ver desde sus alturas, pero que es igual o más impresionante.

🗺️ La ruta

Nací aquí en Venezuela, en el estado Táchira, pero hace 23 años vivo en Anzoátegui y desde que tengo uso de conciencia recuerdo que mi papá, a quien le encanta pescar, me llevaba a explorar los rincones de El Morro; gracias a tantas visitas aprendí a percibir su valor en muchas características más que en una vista privilegiada, y esa es la esencia del siguiente registro fotográfico.

El día que decidí hacer el recorrido tenía que levantarme más temprano, porque salí de mi casa cuando ya hacía mucho sol, y 5 horas después no tenía agua, me insolé, estaba hambrienta y me dolían las piernas.

La verdad pensé que la travesía duraría menos, pero me distraje tanto que el tiempo se me pasó volando. Ahora, si en algún momento piensas en conocerlo te recomiendo ir muy temprano en la mañana o cuando esté finalizando la tarde; a menos que tengas suerte y logres ir en un día nublado.

Aunque lo bueno de visitar El Morro cuando el sol está en su máximo esplendor es que los colores y figuras de la naturaleza se ven más nítidos, es como si la luz hiciera que tomaran más vida ¡Y eso sí que es un espectáculo!

Una vez que llegas a los pies del cerro tienes dos vías: a la derecha está la carretera principal, está asfaltada y apta para transitar, esa te lleva al mirador; mientras que a la izquierda está el camino de tierra hacia la parte posterior.

Al tomar el camino de la izquierda la primera imagen con la que te encuentras es un deslumbrante paisaje de cielo azul con aves planeando, el mar turquesa navegado por buques petroleros, un follaje multicolor de diversa vegetación, piedras de diversos tamaños por todos lados y una carretera de arena.

A continuación, el resto del paisaje es básicamente parecido pero a medida que avanzas te vas encontrando con detalles que lo hacen aún más increíble; todo dependerá del ángulo desde el que lo mires. Y cautivada por esos detalles en total caminé alrededor de 10 mil metros rodeando todo El Morro; sé que suena a mucho pero cuando estás ante tanta belleza cada paso vale la pena.

⛰️ Geografía

El término "accidente" no siempre tiene un significado negativo, por ejemplo el Cerro El Morro es uno de los maravillosos accidentes geográficos que le dan forma a este estado.

Está formado básicamente de Rocas Areniscas, Silicias, Dolomiticas, Arcilla y Lutitas, con la predominancia de suelos de tipo arcilloso y arenoso.

Desconozco la cantidad de años que este relieve pueda tener pero su apariencia actual indica que a través del tiempo se ha generado un continuo proceso de erosión y sedimentación.

En aquella época de mi infancia donde acompañaba a mi padre a pescar ya habían comenzado a modificar el cerro para fines turísticos.

Además de las construcciones en el área frontal, se estaban elaborando vías y un malecón a lo largo de toda la franja costera del área posterior. Eso permitió el libre acceso a los turistas, y entonces pasó a ser muy frecuentado.

Pero ahora es totalmente distinto: el paso para vehículos está cerrado, y de aquellas modificaciones sólo quedan restos que han sido invadidos por la misma naturaleza. Las carreteras no fueron terminadas, y los tramos construidos están ocupados por la vegetación o cubiertos por piedras que se han derrumbado; mientras que los movimientos del mar rompieron el malecón dejando solo orillas con trozos de concreto.

Creo que si hubiesen culminado ese trabajo seguro sería un gran proyecto turístico, pero nada superaría la belleza de este lugar tal y como es. Considero que un espacio natural de esta magnitud entre menos sea modificado por el hombre, más atractivo resulta.

Por otro lado, aquellos cientos de metros de malecón desmoronados contribuyeron a devolverle al cerro el aspecto natural de sus costas, que tienen características muy particulares. El color y la textura de la "arena" varían en todo el litoral al igual que el oleaje, la profundidad y la transparencia del agua.

Las playas de El Morro no son como las costas tradicionales, aquí las orillan están formadas por rocas de diversos tamaños, siendo muy pocas las áreas de arena fina, ya que en general abundan granos gruesos mezclados con pequeñas piedras.

Respecto al color de la arena, sus tonos varían entre naranja, marrón, gris y negro. En ciertas zonas las franjas tienen un aspecto común, pero en otras se tornan llamativas, como en los tramos de playa con arena negra. Todo esto debido a los tipos de rocas de los que provienen.

En esas mismas visitas que hacía al cerro en mi infancia hallé algo precioso. Se trataba de unas "piedras mágicas", eran de varios colores y brillaban mucho cuando el sol las irradiaba. Habían montones a lo largo de toda la costa, y me gustaba coleccionarlas.

En ese entonces no comprendía de dónde provenían, pero años después investigué y resultaron ser piedras marinas, o mejor dicho, trozos de vidrio erosionados por el mar. Realmente se transforman en algo muy bonito, pero yo preferiría que no siguiéramos contaminando el océano.

Pareciera que con los años el cerro se hubiese ido desintegrando o moviéndose, dejando sus rocas regadas por todos lados. Curiosamente en algunos tramos se pueden visualizar grandes piedras que sobresalen del agua, y en sus bases los corales y moluscos desarrollaron sus hogares.

Muchas de estás piedras han servido para armar estructuras funcionales a lo largo del litoral, como los 5 rompeolas encargados de reducir la intensidad de las olas, y que a la vez son utilizados por los pescadores para lanzar sus anzuelos.

Esas mismas rocas también han sido utilizadas como ornamento. En uno de los extremos del cerro se encuentra el "Sendero del Dharma", un punto donde muchas de ellas han sido apiladas unas sobre otras. Para mí esto simboliza el equilibrio y energía positiva que inspira el lugar.

La palabra Dharma se podría traducir como "protección", por lo tanto transitar por aquí representa circular por un camino de protección. A diferencia de otras modificaciones hechas por humanos me parece que esta no es destructiva y aporta un valor espiritual a los atractivos de El Morro.

El cerro también tiene un tesoro marino: está rodeado por arrecifes de coral. Incluso hay una zona llamada "el acuario" donde el agua es tan cristalina que desde el interior o exterior se pueden visualizar estás estructuras y los peces que en ellas se resguardan.

Eso explica por qué en la ruta hay un Jardín de corales, o al menos esa fue la impresión que me dio encontrar los restos de corales apilados como las piedras del sendero. Todas esas piezas blancas de diferentes formas y texturas están distribuidas sobre una de las pocas franjas de arena del cerro. Es impresionante poder detallar la morfología de los corales, parece que hubiesen sido tallados cuidadosamente.

@engelmiranda, quien me acompañó al recorrido, me dijo que este lugar no parecía un jardín sino un cementerio de corales porque ya todos estaban muertos, pero ya va ¡Es imposible no encontrar belleza en estos restos! Aunque deseo que no se multipliquen estos decesos, prefiero verlos desde adentro del mar.

Todos estos detalles que estoy compartiendo son sólo de la ruta general, pero hay muchas rutas que atraviesan el relieve, unas más extremas que otras por la inclinación de las cuestas, pero puedes tener la seguridad de que sin importar cuál escojas en el camino siempre encontrarás maravillas naturales.

🌵 Flora

La vegetación típica de las costas del estado Anzoátegui es el Bosque Xerófilo, un tipo de ecosistema capaz de adaptarse al clima semiárido de la región, donde sólo llueve en una temporada específica del año, pero en los otros meses es muy seco debido a las temperaturas que sobrepasan los 30° centígrados.

Las plantas que predominan en el El Morro son las espinosas, arbustivas, herbáceas y arboladas, y se presentan de manera abundante sobre todo el lugar, alcanzando poca altura pero formando un colorido follaje a pesar de reproducirse en un clima con dicha temperatura.

El cerro es un perfecto observatorio de Cactus; hay un desarrollo importante de esta familia allí, numerosas especies de este tipo de plantas han proliferado, y aunque tienen distintas formas, tamaños, flores y frutos, es posible reconocerlos principalmente por sus espinas.

En este recorrido aproveché para probar por primera vez uno de los frutos de la Tuna. Al igual que la planta, el fruto tiene espinas por fuera y por dentro tiene semillas, es de textura gelatinosa y tiene un sabor muy dulce. Después de quitarle cuidadosamente la piel la mordí y mis dientes y boca quedaron manchados de un color entre fucsia y morado.

Estas pequeñas frutas no son comercializadas aunque crecen muchas en la zona; realmente pienso que son muy deliciosas pero creo que eso se debe a que comerlas llega a ser doloroso si nos herimos con alguna de su púas.

Cierta parte de la vegetación de El Morro es muy particular e incluso extraña. En la vía encontré un árbol que tenía una especie de frutos verdes alargados colgando en unas ramas, y en otras ramas colgaban los que parecía ser el mismo tipo de fruto pero ahora daban la impresión que a estos los hubiesen pelado al igual que a una naranja, porque su concha quedaba colgada en espirales, pero ahora revelaba un interior rojo brillante.

Aunque no encontré datos exactos sobre esta planta aprendí sobre la Dehiscencia, el proceso en el que el fruto se abre de manera natural cuando madura, para liberar sus semillas y esparcirlas. Y por la forma en que se abre este fruto, asumo que se trata de este efecto.

Hace unos años fui con unos amigos a hacer senderismo al cerro, y ascendiendo una cuesta donde prácticamente debíamos arrastrarnos alguno comenzó a gritar que tuviésemos cuidado con el Guaritoto, pero era tarde, ya varios estaban quejándose de el ardor en las piernas. Y lo chistoso es que la cura era lavarse con orines.

Así que es cierto, esa planta de bonitas flores blancas, de hojas y tallos peludos y que parece inofensiva es un engaño. Aquí en Venezuela tiene muchos nombres, Guaritoto es uno de ellos pero Pica Pica es el más popular, porque literalmente el efecto que causa al rosar la piel con sus pelos es una comezón que finalmente arde; y El Morro está repleto de ellas.

Pero hay un árbol y un fruto con el que debes tener mucho más cuidado al explorar el cerro. Su nombre es Manzanillo, aunque se popularizó como "Árbol de la muerte", gracias a la letalidad del líquido que segregan todas sus partes.

En las faldas del cerro hay una gran concentración de estos árboles, y los acompañan avisos que alertan a los transeúntes sobre la venenosidad, advirtiéndoles que eviten tocar al Manzanillo.

Sinceramente me enteré de la existencia del "árbol más peligroso del mundo" gracias a esos avisos que apenas tienen unos años, porque anteriormente no existían y pasaban desapercibidos estos árboles.

De toda la vegetación que hace vida en el cerro mi favorita es la "invasiva", la llamé así porque son plantas que crecen en lugares inesperados, como si desafiaran a los materiales artificiales, para demostrar que el planeta en su totalidad está lleno de vida.

Por ejemplo, en el camino hubo algo que llamó mi atención: una planta que se levantaba desde adentro del orificio de un trozo de concreto. Y así como esa hay muchas zonas más de las antiguas construcciones donde sorpresivamente han echado raíces estas "invasivas".

A mi parecer El Morro es un lugar con una diversidad natural ideal para estudiar o simplemente conocer la flora tropical. Es increíble hallar plantas con características tan distintas en el mismo sitio, y lo considero como uno de los atractivos que puede hacerte disfrutar mucho del cerro.

🦎 Fauna

Antes de escribir esta parte del post hice un repaso mental de todos los animales que he visto en el cerro todas las veces que he ido, y curiosamente sólo recuerdo haber observado reptiles, aves, insectos, peces y crustáceos. Me resulta interesante la manera como todas esas especies se adaptaron para convivir en el mismo lugar, a pesar de ser de ecosistemas distintos.

Últimamente he aprendido mucho sobre animales gracias a @engelmiranda, que desde niño ha estado en contacto con ellos. La verdad siempre me han llamado la atención, pero antes solo prefería verlos de lejos porque por alguna extraña razón crecemos creyendo que si los tocamos nos van a atacar, o al menos eso piensan la mayoría de personas acostumbradas a la ciudad.

Sin embargo, me di cuenta que al contrario de esa falsa creencia, parece que son la mayoría de animales quienes tratan de huir de nosotros. Hagan el experimento, acérquense a alguno y es muy probable que se aleje. La única manera de que un animal te ataque es que tú lo ataques primero, así que relájate.

Ahora trato de hacer más empatía con ellos, y me han ocurrido situaciones extrañas en las que ellos se me acercan o se quedan muy tranquilos donde están y permiten que yo me acerque. Como me pasó con el siguiente lagarto, quien se encontraba sobre un letrero en El Morro "tomando el sol" y posó despreocupadamente para la cámara.

A los únicos animales del cerro que no me he acercado es a las iguanas, se dice que los golpes con su cola son muy potentes y lo usan cuando se sientes amenazadas, así que a ellas sí prefiero observarlas únicamente por ahora.

Están por todo el sitio. Es común ver árboles repletos de ellas, e incluso las he visto caminar entre las piedras a orillas de la playa. Lo que no se me hace tan común es que sean amigas de los pájaros, porque hace días vi cómo un ave le quitaba las garrapatas a una iguana en la rama de un árbol, fue muy gracioso.

Caminando entre unos arbustos una figura de dos colores que resaltaban entre tanto verde llamó mi atención: era la mezcla entre amarillo y negro de este insecto, que seguramente ya es una preciosa mariposa.

Descubrí que se trata de la oruga de la mariposa Monarca, y que sólo viven como oruga alrededor de dos semanas para luego convertirse en crisálida, encerrándose en su capullo al rededor de 10 días, para finalmente transformarse en mariposa ¡Es fascinante!

Cuando voy al cerro a hacer ejercicio no es necesario que use audífonos para escuchar música, allí ya tienen su propia orquesta. Hay una variada cantidad de aves que parecen ponerse de acuerdo para cantar, y son cantantes profesionales porque su sonido es sublime.

Allí los pájaros siempre se mueven en grupo o en pareja, es extraño ver pájaros solos; normalmente están volando de un árbol a otro. Este tipo de aves suelen ser las que sólo se alimentan de semillas. Las que se concentran más cerca de la playa o sobrevuelan esa zona son las cazadoras de peces.

Si hay un animal que solo piensa en comer esos son los pelícanos; en serio, siempre los veo tratando de cazar. Para los pescadores deben servir como una alerta de que hay pescados en el área, porque las he visto en numerosos grupos sobre los rompeolas o en el agua. Aunque me contaron que en algún momento fueron perseguidas porque acababan rápido con los peces y no dejaban suficientes para los pescadores. A mí no me parece una "plaga", el océano es bastante grande y hay espacio para todos.

En El Morro tuve la oportunidad de tratar de entender un poco la manera como actúan los animales. Pienso que nosotros somos una especie de "versión evolucionada de ellos", porque se parecen en muchas cosas a nosotros. Ellos también tienen sentidos y a través de estos es como podemos conectarnos con ellos.

💫 Fin del camino pero no de la historia

Tengo que confesar que elaboré este trabajo con mucho amor, y cada palabra o foto que observaste tiene impregnada un poco de mi alma. El Morro es uno de mis lugares favoritos en el mundo, y con sólo pensar en él siento cosquillas en el pecho.

Cuando comencé a redactar este artículo pensé en darle más prioridad a las fotos que al texto, pero a medida que avanzaba iba descubriendo información cada vez más increíble y hubiese sido muy egoísta de mi parte no compartir aprendizajes tan valiosos con ustedes. Este recorrido, y todos los que he hecho por el cerro, representan una experiencia enriquecedora para mí.

Los humanos a veces observamos un paisaje, una planta, o a un animal y decimos "¡Qué lindo!" y ya, pero cuando investigas sobre ellos y conoces sobre su desarrollo, sobre su estilo de vida y sobre la función que cumplen en un ecosistema, comprendes que es más que algo "lindo"; y eso lo corroboré en este recorrido.

¡Por cierto! Si pensaste que ya habías visto la mejor parte de El Morro te equivocas, aún no has visto sus atardeceres...

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📣 Todas las fotografías son de mi autoría y fueron tomadas con una cámara Canon Rebel EOS T2i.

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