Soy Mireya….

Y les contare mi vida en 1793 palabras…

Tengo 27 años y nací en Maracay, cuidad en el centro de un país que estaba en el mejor momento de su historia… Venezuela.

Uso ese nombre porque mi papa decidió que llevara el nombre de mi madre, ya que luego de 18 años, 4 hijos varones, nueva casa, nueva ciudad (mi familia siempre vivió en Caracas) por fin mi mama estaba embarazada de la siempre buscada y esperada niña…

Si tengo 4 hermanos mayores, específicamente 18 20 23 y 24 años mayores que yo. Esto quiere decir que indirectamente siempre he tenido 5 padres; crecer en este mundo siendo mi mama mi mejor amiga, un superheroe que siempre ha sido mi papa (mejor que Superman, iron man y toda la liga de la justicia) y 4 hermanos defensores y orgullosos de su hermana ha sido genial….

Siempre fui la niña con papas mayores de los papas promedios, lo que para muchos era raro y fuera de lo común, para mí era lo máximo. Siempre los defendí y recalqué lo divertido que era tener una mama llena de experiencias e historias de mis hermanos y un papa historiador por carrera, viajero y estudiado en el exterior con mil historias geniales que relatar.

Así crecí, 5 años ya sabía escribir y leer, poco después ya escribía mis propios cuentos, siempre fantasía siempre ciencia ficción. Mi mama solo me decía que escribiera todo lo que quisiera y me compraba cuadernos de hojas totalmente blancas (mis favoritos) donde escribí historias cortas y muy muy largas las cuales conservo todavía…

Con 13 años aprendí a tocar guitarra y escribí mi primer poema, que lleva por nombre Amor siempre inexplicable, donde describí mi admiración por mi profundo amor inexistente, que por cosas de la vida mi profesora leyó y me hizo leerlo frente a todo el salón de clases. En ese momento la odie porque pase de escribir poemas en secreto, a ir a competencias y declamaciones públicas de poemas e historias para niños en la casa de la cultura de mi ciudad natal.

A los 14 años dividí mi vida entre escribir gran parte de mi día y jugar fútbol. Viví una adolescencia un poco monótona…. Estudiar, escribir, jugar fútbol y dormir. Todo trajo sus cosas buenas, muchos amigos, mucho crecimiento personal, mucha responsabilidad y puntualidad que solo te crean los compromisos a corta edad. Me toco madurar rápido aprender a defenderme sola, ante todo. (consejo que siempre me dio mi papa “mujer no necesita de un hombre para resolver. Aunque no siempre estuve totalmente sola.)

A los 16 años ese amor profundo por alguien se personifico y me ilusione y “enamore” por primera vez. Recuerdo que cuando lo sentí, hablé con mi mama, le dije que estaba enamorada y solo me dijo “vive tu amor, que es lo mejor ese primer amor”. Totalmente ajena y desinformada de quien era ese “primer amor” y como se llamaba.

Ese amor no vivía en la misma cuidad, lo había conocido a través de amigas en común y vivía en Caracas más o menos a 2 horas de mi casa. Con ese amor viví todas las primeras veces que se tienen entre los 16 y 23 años, primer beso, incertidumbre, amor profundo, familia, lugares nuevos, sentimientos nuevos, dolor profundo, decepción, amor otra vez, cansancio, falsedad, ganas de mejorar, recuperación, perdida terrible de la confianza, soledad, amor falso y luego simplemente darnos cuenta que no podíamos avanzar más en una mentira, que ambas teníamos nuevos amores y que debíamos avanzar.

En medio de todos estos cambios estudie mi carrera, soy diseñadora gráfica por casualidad de la vida, ya que nunca me lo imagine y siempre tenía la idea de que sería ingeniero como mis hermanos y abogada como mis primas etc. Me Salí del molde como siempre y fui en contra de los que mis padres tenían planeado para mi futuro. Estudie en una ciudad cercana a mi casa la cual odie todos los días de mi carrera, y que solo iba únicamente porque quería graduarme. Me gradué en el tiempo que quería y comencé a trabajar en el mismo sitio donde hice mis pasantías. En ese mismo lugar pase de ser pasante a ser directora de toda el área de producción, aprendí mucho, resalte y mejore todo de mí.

Casi 3 años después, me sentí estancada y ese primer amor me presionaba de que la siguiera a ella (si ese amor era ELLA. Es un cuento sumamente largo que lo dejare para luego) en su proyecto de vida que era totalmente suyo al final. Y en mi caso tenía que dejar todo atrás, familia, trabajo amigos y mi hermosa zona de confort. Cuando “me decidí” a cambiar y seguirla tuve que hablar con mi jefe en ese momento y después de casi darle un infarto me pidió que buscara a alguien en mi reemplazo, la cual pudiera guiar e introducir al sistema laboral de la empresa antes de irme… Por varias semanas entreviste a varias personas, luego de esas varias personas un día llego una chica fuera de lo común, introducida en su mundo estando muchas personas alrededor. Me cautivo su espontaneidad, su toque de locura y pasión desenfrenada por el arte. Lleno todas las expectativas de todos los que estábamos evaluándola y consiguió el trabajo al día siguiente después de una prueba que invente solo por seguir formalismos de la empresa porque para mí ya tenía el trabajo totalmente asignado…

Mi novia en ese momento estaba cansada de mis distintas escusas y atrasos en mi ida a su lado. Y comenzaron las distintas discusiones sin sentido diariamente mientras a su vez yo conocía a esa nueva chica del trabajo que lo que hacía era deslumbrarme. Pasaron días luego un mes y la relación con esa persona se hizo imposible y nos dimos un tiempo para pensar. En ese tiempo para pensar solo podía pensar en esta nueva persona que me sacaba de lo conocido, de lo normal en mi vida, de mi monotonía y mi vida totalmente cuadrada y coordinada por decisiones de otros.

Ese tiempo se extendió varios meses donde mi ex estuvo con varias personas y yo pase por mil altibajos con este nuevo amor. Hasta que al final la decisión fue alejarme de ella y volver con mi antiguo amor e irme de mi cuidad y de alguna manera olvidarla.

Me mude lejos, lejos de todo a una isla en mi país llamada Isla de Margarita…

Nueva ciudad, nuevas personas, nuevo clima, pase de vivir en lugar muy verde lleno de montañas a un lugar azul en su 80%.

Nuevo trabajo…. Si un nuevo y totalmente distinto trabajo, fuera de mi zona de confort que era el diseño gráfico litográfico a un mundo totalmente nuevo que era la arquitectura e ingeniería… los primeros días estuvieron llenos de dudas gigantes, momentos que me sentía incompetente y donde cada día fui forjando en mí una seguridad muy grande en mi nueva pasión.

Conté cada día hasta que por fin llego el mes donde volvería a mi casa, esta vez por vacaciones, pero igual me hacía enormemente feliz…

Volví a mi ciudad natal, con mi vida cambiada al 2000%. Soltera (si mi relación no funciono para nada), nuevos temas de conversación, mucha seguridad y muchas ganas de ver a mi familia y a ella… mi eterno amor platónico…
Fue un mes perfecto, reencontrarme con ellos fue magia y valorar aún más cada segundo con cada uno de ellos fue lo que hizo darme cuenta que cada paso que di, tuvo un gran fruto.

Sí, me encontré con ella y fue inexplicable. Fueron momentos y días que no olvidare pero que en mucho tiempo quise olvidar. Me repetí muchas veces que ella nunca sería mía totalmente y que debía seguir…

Volví a la isla y trabajé todo un año en mi crecimiento personal, aprendí inglés y aprendí 2 programas de arquitectura primordiales para crecer en mi trabajo. Salí con diferentes personas, conocí nuevos lugares, viajé, caminé descalza por la playa, subí montañas y pasé mis días del año 2016 bastante rápido y sin planear nada.

Todo era trabajo, cursos, deporte, mujeres ocasionales y un pensamiento inconsistente en ella.

A finales de ese año perfeccioné mucho mis momentos en la guitarra, me comprometí mucho más con mi salud y conocí a una persona especial, persona que cambio mucho en mí, me hizo madurar mucho y aprender de la vida en cosas sencillas. Los días pasaron el cansando y la situación país hizo que todo se convirtiera en un día a día tormentoso. Si fui feliz y la vez muy infeliz pero siempre es mejor ser feliz solo, que vivir infeliz a lado de una persona infeliz.

Ese diciembre la volví a ver a mi eterno amor secreto, la viví de nuevo y la perdí otra vez. Más de lo mismo, aprendizajes para la vida y crecimiento para el nuevo año 2017.

El 2017 tremendo año…

El 2017 fue el año donde volví a vivir muy cerca de mi familia, donde me tuve que adaptar a una de las ciudades más peligrosas del mundo (y me fue genial) y viví nuevamente una relación intermitente con la persona con la que cambie muchas cosas de mí y como a los 6 meses simplemente termino.

Volví a mis aventuras sin sentido, viví un despecho corto pero profundo y me reencontré con mi eterno amor secreto. Fue algo fugaz muchas promesas sin cumplir, muchos no puedo y una vez más un final triste.

Septiembre volví a vivir a la isla que me hacía feliz, volví a vivir sola y volví a encontrarme conmigo misma, octubre y noviembre trabajé 14 horas al día por 6 días a la semana.

Y diciembre por fin volví a mi casa… decidida a verme con ella de nuevo y de alguna manera lograr tenerla solo para mi…

Estuve con mi familia, compartí con ella, la recupere y la conquiste y por fin es solo mía, nos vivimos soy enteramente feliz y me siento bien…

Mi vida dio nuevo cambio de esos que me gustan. Ahora vivo en la isla con la mujer que soñé en cada esquina por muchos años, somos felices, genuinamente feliz por fin. Mi felicidad de depende de mí y de su sonrisa. Todos los días son distintos, son cambiantes y desafiantes. Siempre una sorpresa, siempre un nuevo detalle nuevo. Reírnos hasta que nos duele la barriga, miles de fotos juntas, miles fotos de ella. Besos inesperados, besos que planifico todo el día…

Simplemente magia, magia que quiero que sea eterna.

Hoy por hoy soy Mireya Falcon 27 años, amo escribir, leer y enseñar

Amo con toda mi fuerza a mi familia, son mi motor, mis razones y soy muy feliz con la mujer de mi vida.