El intestino realmente tiene una mente propia. Junto con esa cosa gris y blanda dentro de nuestro cráneo, también tenemos un "segundo cerebro" en nuestro tracto intestinal. Los científicos ahora han documentado un patrón totalmente nuevo de neuronas que disparan dentro de esta red y observan cómo afecta directamente el comportamiento del intestino.
En términos simples, básicamente descubrieron cómo nuestro segundo cerebro nos ayuda a defecar.
El "segundo cerebro" es científicamente conocido como el sistema nervioso entérico (SNE). Es esencialmente un sistema similar a una malla de alrededor de 400 millones de neuronas, con docenas de diferentes tipos de neurotransmisores (señales químicas) que pasan entre ellos, que gira alrededor del tracto gastrointestinal. Es la mayor colección de neuronas que se encuentran fuera del cerebro y puede funcionar casi independientemente de su sistema nervioso central. Aunque se comunica con el "cerebro principal", se podría cortar el nervio vago y el SNE continuará funcionando normalmente.
Se cree que su influencia en el cuerpo es de gran alcance, aunque no participa activamente en la toma de decisiones y la conciencia: no te ayudará a decidir qué quieres para el almuerzo. Su trabajo principal es controlar y administrar el desordenado proceso de la digestión.
Como se informó en la revista JNeurosci, este nuevo estudio vio a los científicos australianos dar un salto considerable en la comprensión de esta red misteriosa mediante la observación de un patrón de disparo neuronal nunca antes visto en dos puntos en ratones.
Los investigadores notaron un "patrón novedoso de activación neuronal coordinada rítmica" que parecía generar directamente el movimiento de los músculos alrededor del intestino grueso, haciendo que bombeara gránulos similares a heces a través del intestino del ratón. Utilizando nuevas técnicas de imagen neuronal, observaron las neuronas disparando simultáneamente en ráfagas repetitivas para activar las células musculares a la misma velocidad. El nuevo hallazgo se describe como un "patrón previamente desconocido de actividad neuronal".
"Esto reveló que la actividad en el SNE puede coordinar temporalmente la actividad eléctrica en distancias significativas a lo largo de dos puntos", escribió el equipo en su artículo.
El "segundo cerebro" aún contiene muchos misterios, y cuanto más aprenden los científicos sobre él, más complejo e intrigante aparece. Hay evidencia considerable para sugerir que el SNE podría incluso desempeñar un papel en la influencia de nuestras emociones y estado de ánimo. Solo como un ejemplo, más del 90 por ciento de la serotonina del cuerpo, el neurotransmisor para "sentirse bien", se produce en el intestino, como casi la mitad de nuestra dopamina. Quizás la más loca de todas, la evidencia ha sugerido que el SNE en realidad evolucionó antes que el cerebro y el sistema nervioso central.
Fuente: JNeurosci
Fuente: Science Daily