Concurso de Microrrelatos de Terror #MicroTerror256 - Semana 6 - Isla desierta

Quiso abrir los ojos. Los párpados le pesaban. Sentía que su cuerpo pesaba tanto que parecía hundirse en el duro colchón sobre el que boca arriba reposaba. Volvió a cerrar los ojos. Le pareció escuchar el batir de olas, bruscamente contra rocas. El ruido aumentó el peso de sus párpados y a sus ojos,  cubiertos por ellos, llegaron vacilantes primero, nítidas después, las imágenes del parque; aquel parque diminuto de su infancia, con bellos árboles y arbustos en cuyos verdes se reflejaba el sol. Pronto llegó una cascada que incorporó el fuerte sonido del agua chocando con las rocas en las que caía. Se desvaneció, en un sopor que no identificó; pero un intenso dolor se apoderó de su carne, haciéndole vibrar todo el cuerpo. Jamás había sentido algo igual. Levantó las manos (En su mente). En físico, no pudo realizarlo. Puso toda su concentración en el esfuerzo de levantar las manos, para colocarlas sobre el intenso dolor que la desgarraba.  En vano. Seguía pegada a la cama. ¿Cama? Era tan dura.

 Con el dolor,  la consciencia hacia esfuerzos por abrirse paso, ráfagas de dolor en medio de los rayos de sol, en medio del intenso verdor de los árboles y arbustos que miraba desde la ventana. Un descomunal alarido irrumpió sobre el golpear de las olas con las rocas. El alarido se repitió un par de veces más,  seguido del débil llanto de un niño y los estertores de la parturienta, en la abominable isla desierta.