Es normal que el tedio nos consuma día a día. Días de trabajo arduo, estrés, estudio, tareas, los niños, tus padres, tu pareja… A veces simplemente quisieras escapar de todo y todos para tener un momento a solas contigo. Y es aceptable.

Pero hoy te traigo un pequeño pensamiento, de algo que leí hace mucho tiempo en un libro que no recuerdo. De hecho esto tampoco lo recordaba, pero se me vino a la mente uno de estos días en los que el agotamiento me tenía al borde y no sabía qué hacer para tranquilizar mi mente. Y es el siguiente:

Todos los días hay un tesoro escondido esperando ser encontrado. Puede ser una sonrisa. Un abrazo de alguien desconocido. Un cumplido de tu jefe. Cualquier cosa. Siempre estará ahí, depende de ti si lo encuentras.

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Los vemos todos los días y hay veces que no los descubrimos porque estamos invadidos de pensamientos negativos, improductivos que nos consumen y consumen nuestro valioso tiempo. Demasiado ocupados en cosas cotidianas, sumidos en estrés o en el miedo.

Así que tenemos tarea a partir de hoy

Quiero que pongas atención a lo que te rodea. No te pierdas de vista las cosas buenas de la vida. Desde que me acordé de la sentencia que señalé anteriormente, comprobé que sin duda todos los días tenemos un tesoro que ansía que lo notemos cada día. Y mi ánimo cambia totalmente (si es que es negativo en el momento) cuando lo descubro y entonces respiro hondo y el día se vuelve mejor.

Así que la tarea es simplemente esa: pon atención a lo que te rodea y sonríe cuando encuentres tu tesoro. Si no lo encuentras al final del día, el siguiente si lo notarás. Y poco a poco, el día se va llenando de pequeñas cosas positivas.

Qué hacer cuando todo está a oscuras.

Así como el día a día puede traernos pequeñas alegrías, también hay momentos en los que nos sentimos completamente a oscuras. No vemos solución por ningún lado a nuestros problemas. En este sentido, hay otro pensamiento que también me gustaría compartir. Fue algo que aprendí de una hermosa novela que tiene por nombre “Sencillamente Henry”. Recientemente también escribí una reseña sobre esta novela y si te gustaría leerla, da click aquí. En ella existe un personaje que, cuando se siente totalmente a oscuras, entre la espada y la pared o en una situación amenazante para ella o sus amigos, se da la tarea de buscar un rayito de luz que puede ser cualquier cosa, literalmente, desde una persona hasta un obstáculo, que pueda convertir en ventaja.

Ciertamente es algo que parece algo más difícil de hacer ya que requiere una pizca de serenidad para “buscarle la vuelta” a una situación negativa. A veces hasta creatividad, perspicacia e ingenio hacen falta para encontrar un aspecto que puedas aprovechar como una oportunidad. Este es básicamente el rayito de luz

Que no panda el cúnico

Sí, ¡calma!. La principal recomendación que puedo dar personalmente para lograr ver una oportunidad en una amenaza es tener serenidad. La desesperación que podamos sentir, en un momento donde no conseguimos ver una salida, precisamente nos nublará más la vista. Y ciertamente hay situaciones en los que debe haber respuestas rápidas, pero estar desesperado solo resultará en medidas desesperadas y poco pensadas. Es por lo que en lo posible se debe mantener una medida aceptable de serenidad en la que las ideas fluyan de manera más natural y las opciones se puedan sopesar con mayor facilidad. Buscar tu rayo de luz depende sólo de ti.