Iba a poner "Choque de bloggers" pero la verdad se lee muy alarmista.
El asunto es el siguiente: se ha descubierto en las altas esferas de promoción turística que invertir en bloggers de impacto (o influencers) que recomienden el destino, es una buena idea. Ergo, junto con una empresa armaron un selecto grupito que habría de venir a Puerto Peñasco para disfrutar y recomendar con entusiasmo por todas sus redes el destino de playa.
Y tengo la gracia de informarles que mi presencia fue requerida. Obvio no incluida aún en esa categoría de blogger superstar, pues mi honesto número de seguidores no da la talla para tales expectativas. Entonces si anteriormente me sentí diva en yate, ahora fui una humilde fotógrafa de celebridades (o pseudo celebridades).
Sin embargo, disfruté de todas las bondades reservadas para las celebridades, sin realmente tener la obligación de reportarlo. Por otro lado tenía que tomarles foto, lo cual fue un safari interesante pues este selecto grupo de chicas blogstars resultó muy celoso de su imagen. Obvio, no lo juzgo, pues en eso se basa todo su rollo, no se iban a arriesgar a que yo les tomara una foto en donde salieran poco agraciadas.
Por ejemplo en la comida, que fue en la Casa del Capitán (famoso por sus vistas y creo sus margaritas), llegaron con tal descaro, sin decir hola, qué hay, ni nada, ensimismadas arreglándose el cabello, tomándose selfies. Nunca me había dado cuenta de lo alienados que nos vemos en esa situación (y ahora no me puedo tomar un selfie sin sentir pena extrema). Pero llevaron el asunto más allá, pues el selfie fue solo una práctica introductoria; sus acompañantes eran su equipo de producción. Entonces imaginen de pronto en un restaurant, a una que le avientan luz en la cara, para tomarle una foto con una cámara canon, mientras ella hace como que se toma una foto con el celular (no supe si se la tomó o no, no la vi en sus redes), a otra que se recarga en la pared con un sobrero con los lentes a medio puente de la nariz, y como que viendo "pallá como que no se da cuenta" (candid). A otra buscando la luz ideal, la mayoría en su celular.
En fin, sí me dio una vibra tipo pasillo de higiene mental. Y es contagioso, pues yo también entré en la vorágine del selfies ya después de mi michelada.
Luego, todo se compuso cuando llamaron a comer. Tomaron fotos de la comida, pero bueno, puedo vivir con eso. Pusieron los platillos al centro, para compartir; camarones a la esto, camarones a la aquello, deditos de pescado, ensalada con mariscos, guacamole, frijoles y unas quesadillas.
Uno de mis grandes problemas con donde vivo, es que es puerto pesquero y es famosísimo por sus camarones. Obvio, éstos son tema central en mucha de la comida. Y yo, pues soy alérgica a los mariscos, gracias. Entonces comí, las quesadillas y tantito guacamole. Todo lo demás me pasó por debajo de la nariz, así que no podría decirles que tan buena estaba la comida.
Después de comer, los ubicarían en sus respectivos hoteles y luego nos veríamos para la excursión en ATV (all terrain vehicle).
Fue muy extraño, pues en todo el tiempo que llevo aquí, por alguna u otra razón extraña, siempre he pospuesto andar por las dunas en carritos cuatro por cuatro o cuatrimoto, pero no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague (aunque Coppel y los bancos te digan lo contrario).
Con cámara en mano me subí con Fernanda en un Rhino (así se llama o así le dicen a lo que parece un carrito de golf a gasolina que acude al crossfit). Al principio ella tímida al volante y yo muy en mi papel, pero en cuanto llegamos a las dunitas recreativas y que todos se fueron perdiendo (buscando la locación perfecta para sus fotos) empezamos a dar vueltas, buscándolos y de paso botándonos de la risa, literal. Permítantme les explico, con cada brinco del carrito en los caminos, nos arrancaba una risotada. Era como una montaña rusa de elige tu propia aventura.
Parece una bobada, pero en realidad es divertido. La velocidad, los nervios, los vados de arena, las subidas y las bajadas, el viento en la cara, los gritos de nervios que hacían reír a la otra. La aparente ausencia de seguridad (solo un cinturón), yo tomando fotos y la conductora (Fernanda) concentrada como si fuéramos en cacería.
De pronto nos pasó otro carrito que iba en friega en reversa ¡EN REVERSA!. Era evidente que el conductor era más experimentado y derrapaba junto con los grititos de su pareja. Así como apareció se esfumó no sin antes crear una cortina de arena, en reversa.
Dimos una última vuelta (no en reversa, aunque Fernanda lo sugirió) para avisar a los que viéramos que era momento de regresar, pero en realidad era para puro pretexto para seguir jugando.
Al bajar estaba desgreñada, empanizada, divertida y congelada. En cuanto cayó el sol en el horizonte, todo se enfrió.
Los blogstars irían a sus respectivos, para cambiarse y nos veríamos en una hora y cachito, poco más para cenar.
Yo me quedé así como iba (anteriormente descrita). Si venía a casa, seguro que no llegaría a tiempo, entonces me quedé en el Lobby del Hotel Peñasco del Sol, donde iban a cenar, esperando mi copita que se tardaron horrores en traer, pero que el buen chico compensó consiguiéndome un cigarro. Ahí aún no sentía los peligros de la garganta cerrándose.
Llegaron, y el Hotel les hizo un tour para que conocieran sus mejores cuartos. Tal vez era que me sentía cansada y no tan fresca como las otras bloggers todas fabulosas, pero ese Honeymoon room, con tina de hidromasaje, se antojaba como para pedirlo para mi solita (algún día, cuando sea y cobre como blogstar, supongo).
En otro cuarto nos ofrecieron una bebida tipo frappé; un chocolate monkey (o algo así) sin alcohol, pero muy bueno. Le di dos tragos y entonces empecé a sentir la molestia de que me costaba pasar un tercer y cuarto sorbo.
Y cuando ya se estaban acomodando todos ¡Zaz! Ya sentía que ni podía jalar aire bien. Sugerí tomarles foto antes, en vez de después. Sé que las organizadoras no estuvieron muy contentas o de acuerdo, porque querían foto al final ya satisfechos y bien cenados, una todos juntos, pero lo sentía (literal) en lo más profundo de mi ser, que no iba yo a aguantar hasta entonces.
Tenía yo que estar bien, pues al día siguiente tocaba levantarse temprano (mi coco) e ir al campo de golf del Mayan. Otro de los lugares a los que nunca había ido, ahí sí, por falta de interés. El golf no es uno de los deportes que me atraiga. La verdad que ir por puro gusto, solo lo imaginaría con a mí misma manejando el carrito y andando por todos lados con una corneta de aire (cosechando el odio de los tranquilos golfistas). Pero en esta ocasión, ni una ni otra; ni manejé (le tocó de nuevo a Fernanda, porque mis dotes de paparazzi ninja aun no están bien desarrollados) y no traía corneta de aire porque a esas horas ni me acordé, y ni tengo (lo cual lamento muchísimo).
Pasaron por mi y fuimos a esperar en el lobby a los bloggers que irían. Solo dos eran los aparecieron con verdaderas intenciones de jugar; palos, zapatos y todo el show. Los demás llevaban maleta ¡maleta! con ropa y accesorios, además de todo el equipo de soporte fotográfico para tomarse fotos. Me tocó ir sentada junto a un complicado entramado de tubos para sostener y balancear la cámara en los videos.
Cabe señalar que unos sí eran buena onda, pero otros no. Eras demasiado poca cosa para su magnánima presencia, entonces, ni el buenos días. Entonces hacían lo que querían, y muchas cosas las hacían a regañadientes. Eran las chicas cool chic fiesteras, the silent Scream Queens. Las de las típicas fotos tumblr instagrameras.
En el campo de golf, valiéndoles queso las sugerencias, se perdieron entre los hoyos para hacer sus sesiones. No las vimos hasta después.
Los que si quisieron jugar, empezaron a calentar en el range. Y con ánimo de cacería me trepé con Fernanda en un carrito, hasta que el carrito nos dejó tiradas en medio campo. Al parecer tienen como un botón debajo del asiento donde se leen las letras F y R que significan Foward y Reverse... y que si se queda en medio, pos no avanza ni pa´tras ni pa delante. Y ahí se desperdigaron todos entre la enormidad de los 18 hoyos.
Cosa curiosa. En sus fotos no vi gran cosa del lugar. Si vi playa (que el campo de Golf del Mayan tiene una vista padrísima y una playa ahí a escasos metros), pero lo que más me llamó la atención fueron unas fotos en medio de la carretera.
Vi unas fotos en el insta de una de ellas, sentada de piernas cruzadas a mitad de una carretera y dije para mis adentros «¡Pero si esto era lo que traía puesto!» Qué ociosidad, como si de donde vienen no hubiera caminos de este tipo. Obvio es que iba acompañada de una frasecilla iluminada.
Fuera de eso, ya no supe a qué se habrán dedicado. Los que jugaban golf iban muy diligentes siguiendo solo dios sabe que ruta y se mostraban renuentes a ser importunados.
Entonces nos encontramos a un grupito. Que había elegido el hoyo ocho (creo) para sus tomas. La morrita iba ataviada de pies a cabeza con el outfit de golf... Lástima que no supiera ni agarrar un palo. Su diversión consistió en acomodarse para que la falda se viera un poco más corta para el photoshoting. He de admirar su profesionalismo: se estaba congelando, pero aguantó estoica el frió y las corrientes de aire. Aún cuando dijeron que repetirían unas fotos, ella se quitó la chamarra y sin hacer muecas, volvió a posar en el green. El que sí sabía un poco de golf (su camera man) iba de jeans rasgados y una camisa a cuadros de franela.
Seguimos en la búsqueda y congelación. En cruza el camino un cuadrúpedo y ambas gritamos ¡Coyote! y bajamos la velocidad, buscándolo y esperando verlo de nuevo. Estaba bonito, esponjado. Se me había olvidado que en toda la extensión del campo de golf, convivía la fauna endémica. Ya poniendo atención, puedes distinguir varios tipos de aves (sí le sabes un poco a eso y si no, pues... también puedes ver que son diferentes, aunque no sepas ni como se llamen).
Seguimos el camino y llegamos a la casa club, donde ya había algunos desayunando o tomando algo y aprovechamos para tomarles fotos; de dos en dos afuera en la terracita bien coqueta. Luego una todos juntos. La morra pseudo golfista ya había cambiado el look, lo mismo que otra que andaba por ahí, y me impresionó porque lo hizo en friega, incluido el peinado y el maquillaje. Está cabrona esa habilidad. Yo me tardo nada más como quince minutos en una planchada de cabellera (y es corta y lacia).
De ahí, al gran hotel del Mayan. Impresionante su lobby. Ahí cada quien agarró de nuevo para su rancho; según a algunos les andaban dando un recorrido, y otros andaban en la playa y áreas de la alberca tomándose foto con los trajes de baño y demás indumentarias. Y yo, después de un tour que me di y que me confundieron con fotográfo de bodas (bien buena onda el staff del hotel, me hicieron plática y todo), me quedé sentada como Chilly Willy junto a una chimenea que estaba ahí.
Ya cuando se organizaron todos (y les dijeron que no podían andar por todos lados porque no traían brazalete ), nos juntaron como ganado y fuimos al restaurante.
¡Nombre! nos dieron de comer como si nunca lo hubiéramos hecho. Sacaban y sacaban platillos. Hasta hicieron un platillo estrictamente vegano porque una de las bloggers era, obvio, vegana. Una pizza deliciosa de queso fuerte con láminas de pera y arúgula, otra de camarones (a esa no le entré pero nadita), otra de carne asada con aguacate y demás cosas ricas, otra pizza vegetariana, una lasagna vegana, y las bebida minerales de sabor frambuesa y otra de maracuyá. Pura tragadera hecha y derecha. Desde que llegamos en la mesa ya había ensalada y unos palitos con dip. Salimos de ahí para reventar. Si me hubieran dejado ahí en la mesa, me hubiera quedado dormida.
Y ya, esa fue toda mi aventura de blogger no famosa. Me pasearon y me divertí bastante. Ya no fui a los globos, pero bueno, no se puede todo en la vida.
Contenido original de @mokamisschievous para Steemit. Las fotos y el texto son de mi autoría.
Pero que experiencia tan padre tuviste mujer.. jajaja algo que le falta a un blogger superstar es la capacidad de escribir que tienes mujer.. como en otras oportunidades me sentí como en la película historia sin fin.. saltando entre dunas y burlándome de los bloggers jaja..pero algo que lamento muy dentro de mi alma es que seas alérgica a los mariscos =(
eso no se vale.. la medicina moderna debe encontrar una solución para ese tipo de alergias..
@mokamisschievous agradezco compartas esos detalles, nos alegras ( o por lo menos a mi ) con tus posts.. tienes una calidad creativa envidiable.. saludos =)
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Jajaja ¡Gracias! Digamos que la medicina moderna me ha permitido seguir viva (o por lo menos en una recuperación confortable) a pesar de mis esporádicos deslices, lo cual agradezco mucho jajaja.
¡Saludos! y es un placer leer sus comentarios tan llenos de halagos a mi estilo jajajaja.
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blogger superstar.... jajajajajajajajajaja... blogstar jajajajajajajajajajaj... muy bueno
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Ya ves, jajaja, es la meta de todos
¡Saludos!
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jajaja me encanta tu estilo @mokamisschievous! Maravillosa aventura, casi te lograba imaginar con lujo de detalle, aunque me da flojerita las divas debe ser divertido y un buen aprendizaje jajaja, paisajes bellos, aventura arenera y demás ... padrísimo!
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¡Gracias @sulemna! (me acabo de dar cuenta que tu nombre tiene una ene)
Fue bastante divertido, de repente si me harte pero bueno, en una de esas que me fastidiaron me fui a dar una vuelta y terminé perdida jajajaja.
¡Un abrazo!
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