Así una mañana me levante llena de energía y alegría para comenzar el día, UN NUEVO DÍA, excelente y productivo. Me prepare para trabajar y tener un día prospero y abundante.
El día pintaba nublado y frió, pero aun así mis energías eran suficientes para calentar y calentarme.
Comencé con todas las ganas y todo iba bien, hasta que…… taraaaaatataaaan; llego la lluvia. OOOHHH POR DIOS….!
Y así fue mi cara cuando en medio de la tempestad, me encontraba con un paraguas que la brisa cada vez destruía mas (ja ja ja ja), inmóvil bajo un arbusto, paralizada del frio y casi empapada como pollito remojado…
Pues ni modo, la lluvia se empeño. Y aunque me regalo un momento incomodo y casi desesperanzador, allí estuve yo de nuevo, fuerte y luchadora.
De nuevo a seguir mi día, como si nada hubiera pasado.
NAMASTE.