Buenas tardes amigos, hoy les traigo una pequeña historia de un perrito, para reflexiónar y saber valorar a nuestras mascotas, que si tienes uno quiérelo con cariño y amor, pero no lo maltrates ni lo abandones, el perro es el mejor amigo del hombre y es más fiel mucho más que un amigo humano, somos todo los que ellos tienen, si piensas abandonarlos porque no puedas tenerlo, es mejor que no lo obtengas desde un principio, más daño le harás al maltratarlo y abandonarlo en las calles. Sin más comencemos con esta historia de reflexión.

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1.- semana: hoy cumplí una semana de nacido, me siento muy feliz de a ver llegado a este mundo.

1.- mes: mi madre me cuida muy bien, es la mejor madre del mundo.

2.- meses: hoy me separaron de mi madre, ella estaba muy desesperada y triste, con sus ojitos me dijo adiós, ella espera que mi nueva familia humana, me cuide también como ella.

4.- meses: ya estoy más grande, he crecido rapido, todas las cosas me llaman la atención, en la casa hay varios niños para mí son mis hermanitos, somos muy imperativos, ellos me jalan la cola y yo también los muerdo jugando, nos divertimos mucho.

5.- meses: hoy me regañaron, mi ama se molesto mucho porque me hice pipi en la sala de la casa, pero ah mí nunca me han enseñado donde debo hacerlo, como duermo en la recamara ya no me aguantaba.

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8.- meses: soy un perro muy feliz, tengo el calor de una familia, me siento muy seguro, y muy protegido, mi familia humana me quiere muchísimo y me consiente mucho, cuando ellos están comiendo me invitan a su lado.

12.- meses: ya tengo un año, soy un perro fuerte y adulto, mis amos están contentos, dicen que crecí mucho mas de los que ellos pensaban, que orgullosos se deben de sentir de mí.

13.- meses: que mal me he sentí hoy, estaba jugando con mi hermanito y él me quito la pelota, así que se la quite, pero mis mandíbulas y dientes son más fuertes que antes y lo lastime sin querer, después del susto me encadenaron sin poder moverme justo en el sol, dicen que me tendrán en observación y que soy mal perro, no entiendo nada de lo que está pasando.

15.- meses: ya para mi nada es igual, vivo en la azotea y me siento muy solo y triste, mi familia ya no me quiere, se les olvida que tengo hambre y sed, cuando llueve no tengo un techo que me cubra.

16.- meses: hoy me bajaron de la azotea, seguro mi familia ya me perdono, yo me puse muy contento que daba saltos de alegría, mi rabo se movía a todas partes, y para el colmo me van ah llevar con ellos de paseo, íbamos en la carretera y de repente se detienen, abrieron la puerta y yo me baje feliz y contento, pensando que era nuestro día de campo, no comprendo por qué cerraron la puerta. Y se marcharon “oigan, esperen, ladre, se olvidaron de mi”, corrí detrás del vehículo con todas mis fuerzas, y ellos no se detuvieron, me abandonaron en la carretera.

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17.- meses: he buscado en vano el camino de regreso a casa, pero estoy perdido, he visto gente de buen corazón que me ven con tristeza y me dan algo de comer, yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo de mi alma. Quisiera que me adoptaran y les seria leal como ninguno, pero solo dicen… “pobre perrito”, debe estar perdido.

18.- meses: el otro día, pase por una escuela y vi unos niños tan jovencitos como mis hermanitos, me acerque, y un grupo de ellos, riéndose me lanzaron una lluvia de piedras para ver quién de ellos tenían un buen tiro, una de esas piedras me lastimo, y perdí un ojo.

19.- meses: que tristeza, cuando era más bonito me tenían más aprecio y me daban mucho amor. Ya estoy muy delgado, mi pelaje no es el mismo, la gente me corre a escobazos cuando intento echarme en una pequeña sombra. ¿Qué sucede?

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20.-meses: estoy inmóvil no me puedo mover, hoy estaba intentando cruzar la avenida por donde pasan muchos coches, uno me arrollo, según yo estaba en un lugar seguro pero. Nunca olvidare la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeo con tal de centrarme, ojala me hubiera matado pero solo me disloco la cadera, mis patas traseras no me responden y con dificultad me arrastre a la hierba del camino, tengo diez días bajo el sol, la lluvia, el frio, sin comer, no puedo moverme.

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El dolor es insoportable, me siento muy mal, quede en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo, casi estoy inconsciente, pero la dulzura de su voz me hizo reaccionar. Pobre perrito mira como te han dejado tan mal, “decía”, junto a ella venia un señor mayor con una bata blanca, empezó a tocarme y le dijo, -lo siento señora este pero ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir-, a la gentil dama se les salieron unas lagrimas y suspiro, como pude moví mi rabo y la mire muy agradecido, al fin podre descansar en paz, después sentí el piquete de la inyección, y me dormí por siempre. Pensando porque llegue a este mundo si nadie me quería…

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¡QUIÉREME SERÉ SIEMPRE TU AMIGO!

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