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El matón apuntó su arma directo a mi pecho. La luz infrarroja en mi ojo derecho se encendió, apuntando directo en su frente. Pude escanear sus sistemas en menos de una fracción de segundo, lo que me dio control de todas sus mejoras y partes artificiales.

Intentó apretar el gatillo, pero fue en vano. Estaba inmóvil, en mi control.
Roadtrip apareció a mi izquierda. Apuntó a la cabeza del matón y jaló el gatillo. El cuerpo sin vida se desplomó en el suelo.

Media docena de matones salieron de las compuertas del almacén con armas en mano, corrieron a nosotros. Detrás de Roadtrip y de mí, las dos bandas se reunieron, más de una docena de personas totalmente armadas, sedientas de sangre y con suficientes mejoras para atravesar un edifico de alta seguridad como este.

En el momento que los matones se acercaron pude escanear sus armas. Las balas eran de alto calibre y producían una fuerte descarga que podía freír no solo nuestros circuitos, sino también nuestro sistema nervioso.

Alcé la mano y extendí la palma. Cuando las armas se dispararon, un campo de fuerza se generó frente a nosotros, protegiéndonos a todos. Las balas impactaron, produciendo destellos azules, pero no lograron hacer nada.

Por otro lado, las bandas al otro lado del campo abrieron fuego, incluso alguien lanzó una granada. Los seis matones se convirtieron en una pila de miembros destrozados y partes artificiales en cuestión de segundos. Roadtrip gritó, alzando su arma al aire, y todas las personas detrás de nosotros comenzaron una incursión hacia el almacén, donde más matones mejorados y otros con trajes esperaban pacientemente.

Roadtrip y yo comenzamos nuestro avance. En segundos, mi mano derecha se abrió en dos, y una espada de treinta centímetros emergió entre mi dedo del medio y anular. Le transferí a Roadtrip un plano del almacén que pude escanear antes de empezar el ataque.

Vivimos en una época donde la tecnología superó al estilo de vida, de un modo tan radical que esta es mucho más importante que la calidad de vivir. Habitamos en un Salvaje Oeste moderno, aunque existe una ley es muy fácil vivir fuera de ella, puedes andar armado y nadie te dirá nada, ahora cada persona puede ser un arma viviente, intercambiamos el alma por los procesadores.

Todo esto ya es lo suficientemente malo.

¿Por qué tienen que hacerlo peor?

La codicia del ser humana lo obliga a hacer cosas estúpidas aun cuando a este ya no le hace falta nada. Toda acción lleva a una consecuencia. Yo soy la consecuencia de estas personas.

Un cuerpo es dispensable, pero la mente es para siempre, y si no tenemos esto en cuenta, cometeremos un grave error. Ellos cometieron el error de darme la oportunidad de hacer un cuerpo ideal para mí.

Han sido largos meses de pelear, espiar, y de hackear mentes de personas en busca de información. He visto tantas cosas en las mentes que ya empiezo a sentir asco por las necesidades básicas del ser humano. Toda acción es impulsada por el dinero, la codicia o el sexo. Demasiado primitivo.

Caminando por el almacén, un matón apareció detrás de mí. Percibí el movimiento y antes de que pudiera dispararme me giré tranzando un arco con mi espada. Le corté el estómago tan profundo que sus entrañas se asomaron. Se quedó allí, gritando de dolor.

Disparos y gritos podían escucharse por todos lados. Di un último escaneo en el interior. Había una habitación secreta en la parte de arriba, con tres señales de calor en su interior. Allí es a donde tenía que ir
Le hice una seña a Roadtrip, y mi ojo emitió un brillo rojo.

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