Estaba quitando unas tablas bofas que las termitas habían comezado a desaparecer, cuando vi que Sebastian, el hijo de Carmela iba muy agüitado.
-Que pasa mi buen, porque andas buscando monedas en el suelo- le dije
-Que hay Don Nica, es que ando muy agüitado, porque tuve una discusión con mi esposa-
Entonces, quité el cartón de cerveza que ya sólo tenía botellas vacías, y le pasé una mecedora para que se sentara, el vato hasta parecía que quería llorar, yo me hice guey como que no vi.
Yo -Siéntate Sebas, cuentamelo todo-
Sebas -lo que pasa es que me preguntó que si yo era homosexual-
Yo -Que? y porqué? que le hiciste?-
Sebas -No nada, es que últimamente anda muy rara, de la noche a la mañana, me pidió que le pusiera sirvienta y que le comprara un auto del año y que nos cambiáramos a una casa mas grande, y yo pues no gano tanto, pues pensé que era una broma.
Yo- A chinga, con perdón tuyo, ni que estuviera tan buena.
Sebas- Pues si es muy bonita, pero eso no le da derecho a pedirme las "perlas de la virgen" porque ni en sueño puedo darle eso-
Yo -Si, pero eso que tiene que ver con tu homosexualidad, digo con que te halla dicho homesexual-
Sebas -No pues con todo eso que me ha estado molestando los últimos meses, ya aquello no se levanta ni a saludar-
Yo -Que?
Sebas -Si, el de en medio.
Yo -ah ya entiendo, y ya fuiste al médico-
Sebas- No, me da pena, es que mi esposa me ha estado tratando muy mal, un día me pide el divorcio, el otro me dice que me quiere mucho, y luego otra vez me dice que ya no me va a lavar la ropa, que no me hará de comer y que no la tocara, hasta me llamó impotente.
Yo -y tú que le dices-
Sebas -Pues le dije que yo lavaría mi propia ropa y que me haría de comer a mi mismo, y que "lavaría a mano limpia" cuando lo necesitara. Pero luego ella me dice que se sentiría inútil, y al siguiente día, me hace una comida especial y tiene mi ropa limpia y planchada, y luego al siguiente día me vuelve a pedir el divorcio, yo ya no se que hacer.
Yo- Ha ya entiendo, no te apures yo tengo la solución.
Yo -Mira aquí en la sala, está Isabel, vino a hacerme el aseo, ya vez que mi sobrino le paga para que arregle aquí y me lave la ropa, está agradecido porque le pagué los estudios. Bueno, pues cada vez que te ve, no te quita la vista de encima, platica con ella y llévatela a la recamara que está sola y vamos a ver si de veras eres impotente como dice tu esposa.-
Ni tardo, ni perezoso, Sebastian se dirige a la sala-
Yo -espera, que vas a hacer, primero tráeme unas caguamas para que no sospeche, llévate la hielera, te traes tres y que les pongan bastante hielo-
Unos minutos mas tarde, Sebastian, después de traerme las cervezas, se va a platicar con Isabel, mientras yo me refresco, en eso pasa la esposa de Sebas y voltea para otro lado mientras frunce la nariz como si estuviera oliendo mierda, pues han de saber que no le caigo bien.
Yo -Buenas tardes María, quieres sentarte un rato en el porche, quiero platicar contigo-
Pero ella ni contesta, sigue su camino, como quien ignora a un perro sarnoso que ladra débilmente-
Una hora mas tarde, sale Sebastian con una sonrisa de oreja a oreja y en la sala Isabel se le ve mas feliz que nunca.
-Que pasó mi buen, eres impotente o no-
-No Don Nicanor, para nada, Chavelita si que me traía ganas, voy a venir todos los martes y los jueves, a darle mantenimiento, nos vemos el jueves, le traigo sus caguamas-
-Claro, aquí estoy para ayudarte con tus problemas, tu confía en Don Nicanor.
Unos minutos mas tarde sale Chavelita y se sienta en la mecedora que despreció María.
Yo -Que paso, no te dije que te lo conseguiría, me debes una carne asada, como quedamos.-
Chavelita -Si don Nicanor, valió la pena, se lo ganó-
Eso no fue nada, lo complicado fue convencer a Laura para que hiciera creer a María que su esposo era impotente, pero esa es otra historia.
Esta historia es ficticia, lo único real fueron las cervezas.
Imagen de uso libre recuperada de pexels
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