A las 9:00 am desde la entrada de Sabas Nieves en Altamira , un espectral y colorido túnel me tele-transportó, al pulmón vegetal de la gran ciudad, el Parque Nacional Waraira Repano, aquí fue el comienzo de mi recorrido hacia el Hotel Humboldt, que se encuentra a 9,6 Km de distancia desde el punto de inicio de esta aventura.

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Entre la humildad que caracteriza al venezolano, encontré un señor que sumergido en el más sublime hilo musical, tocaba su bandola sonriendo y transmitiendo su alegría a todo el que veía pasar.

El único kiosko que hay en todo el trayecto lo podemos encontrar al inicio del recorrido, donde podrás comprar unas Cocadas deliciosas, no es casualidad que vendan esta bebida, ya que el Coco, es la fruta con el valor calórico mas alto, nos provee de fósforo, que participa en el metabolismo energético de nuestro organismo y para la actividad muscular normal, el potasio es muy favorable, ademas, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

Cuando subes al Ávila caminando, te das cuenta que Caracas tiene un hermoso pulmón vegetal, sin duda alguna, esta ciudad se encuentra repleta de gente de todos lados, y cuando te adentras en el recorrido al Ávila, puedes observar como una gran cantidad de personas van a distraerse, ejercitarse, relajarse en familia, con amigos, en pareja o con los perritos.

Lo mas sorprendente fue encontrarme con personas de la tercera edad, subiendo y bajando, con tal energía que ni yo sentía tener, el espíritu de jovialidad que transmitían era increíble y cada vez que me encontraba con uno, le hacia la pregunta ¿Cuanto falta para llegar al Humboldt? Me respondían entre risas, falta poco, unas 5 horas y en la medida que mas subía, mas tiempo me decían que faltaba.

Entre la diversidad de la naturaleza y la inmensidad de los árboles, note algo que llamó mi atención.

Me encontré con las raíces de un árbol que simulan desde mi perspectiva, como si el árbol intentara pisar a una persona, me sorprendió lo que mis ojos veían y no pude evitar fotografiar tan maravillosa escena.

La experiencia fue única, entre el cansancio y las ganas de querer llegar a la meta, duré 9 horas caminando dentro de la montaña, pase por trochas, por lugares muy estrechos y espacios muy abiertos.

En el recorrido tuve que detenerme aproximadamente 4 veces, porque empecé a presentar malestar general y fiebre, cada vez que subíamos, la altura y el frío me pegaban más.

La aventura de subir al Humboldt, fue muy grata de verdad, tuve la dicha de tener la compañía de dos amigos caraqueños que pertenecen a la comunidad de Steemit @jimhutch y @manuelramos. Me parece curioso e impresionante como el lazo cibernético nos unió, para subir ha está mágica e imponente montaña.

A pesar del malestar que invadía mi cuerpo, las ganas de seguir adelante eran más fuertes, y mi fuerza de voluntad mucho más grande, ya que regresarme significaba para mi rendirme e irme sin conocer el histórico monumento.

Tras varias horas de caminar y caminar llegue a un lugar impresionante, en donde pude observar el majestuoso cielo repleto de nubes, hacia mucho frio. Para mi fue algo tan relajante, que me senté a ver, aquel paisaje, no se imaginan la buena vibra y la energía que se siente allá arriba, por un momento el malestar se me quito, sin embargo aun estaba un poco cabizbajo pero mis fuerzas seguían allí.

Ahora, con un poco más de aliento, el Hotel Humboldt se veía a los lejos, no era una ilusión, era verdad, por primera vez y en tan solo un día subí el Waraira Repano, hasta una de sus cimas. Entre los arreboles en el cielo apareció un hermoso atardecer que marco mi memoria.

Solo les puedo decir, que esta experiencia es única, no duden en aventurarse y vivir un momento diferente. Vengan a Caracas hagan de ella una gran aventura.

Con una sonrisa y con los ojos achinados por el frío, deseo que tengan la oportunidad de vivir esta experiencia que es única, no duden en aventurarse y vivir un momento diferente. Vengan a Caracas y hagan de ella una gran aventura, les dejare un vídeo con anécdotas de esta experiencia.