Hay varias canciones que me recuerdan el ir a vivir fuera. No por su letra, por el momento que estaban sonando. Amiga mía y Corazón Partio de Alejandro Sanz, Ironic de Alanis Morrissette, Joan Osborne con What If God Was One of Us. Conocí otras canciones de Rubén Blades aparte de Pedro Navaja, Perdóname de Gilberto Santa Rosa, su disco Esencia. Tengo un amigo de esos tiempos que es rockero a morir, de esos que se tatúan hasta la piel por dentro, con él escuchaba Metallica, Nothing else Matter, The Unforgiven, The Memory Remains, Master of Puppets. Huele pega de Sandy & Papo, El Grillero de Proyecto Uno. Escuché Guaco, Korn y mucha música más.

Fue mi compañera en muchos viajes San Fernando-Caracas. Caracas-San Fernando. Viajes en el metro rumbo a la universidad o en las camioneticas. Hay una canción específica que recuerdo con mucho cariño porque me acompañaba en algunos momentos de sentirme un lobo solitario, en algunos momentos vivir fuera de casa pega el despecho. Esta canción se llama Soledad, nunca falta en mi repertorio.

En el tiempo que duré por aquellos valles, vino esta banda mexicana a dar un concierto a Venezuela. El sitio elegido en Caracas fue el poliedro. Hicimos planes un grupo de amigos para ir pero no se pudo, por mi parte el tiempo para ahorrar el dinero de la entrada no me bastó y los tickets se agotaron pronto. Del grupo solo llegaron a ir dos amigos, el rockero y su hermano. Un buen amigo llamado Rubén estaba tan despechado como yo por no poder ir, tomamos la difícil decisión de llegarnos hasta el recito para escuchar el concierto, así fuera desde el estacionamiento.

Llegamos al sitio y lo caminamos cual fanáticos que entrarían al show, compré una franela negra con letras grandes al frente que decía Maná y la foto del grupo en la parte posterior. Escuchamos por un rato el concierto, creo yo que casi todo, hasta que decidimos retirarnos. Aunque no entramos, salimos del sitio contentos por haber escuchado nuestra banda favorita. Al llegar a la casa del amigo Rubén, compramos una botella de ron para esperar contentos a los amigos que sí entraron al concierto. Los locos llegaron con algunos presentes, bandanas, vasos, stickers y dos franelas. Una para Rubén y otra para mí. Tuve dos franelas de aquel concierto de Maná para un final feliz.

Esta fue mi participación final de reto 7 días de las canciones de tu infancia, propuesto por @lilianajimenez, gracias a mis amigos que decidieron compartir sus historias, seguro ya habrá tiempo de crear retos nuevos para seguir la tertulia steemiana.