Centauros fue un equipo de baloncesto que surgió en la extinta “Liga Superior de Baloncesto”, que sería como la confederación paralela de la Liga Nacional de Baloncesto Venezolano.

Recuerdo que yo contaba con 16 años, cuando comenzó la centauromanía. Un grupo de personas influyentes de la región donde se pueden nombrar el exgobernador Luis Lippa, un reconocido médico de apellido Vicente Barbato, los comerciantes italianos Cipolla, junto al gobernador en turno Marcelo Oquendo Rojo, lograron comprar una divisa de baloncesto y la traen al Estado Apure, causando vehemencia en el pueblo san fernandino.

Las primeras prácticas se hacían en una cancha pública de esas normalitas, la famosa cancha de la caujarito. Las personas que se acercaban a ver a aquellos aparatos de casi 2 metros de altura, quedaban impresionados con la agilidad de esos jugadores para jugar a la pelota. Día a día crecía la popularidad de los jugadores, y la cancha se llenaba más y más. El equipo tenía dos importados de nacionalidad trinitaria, no recuerdo sus nombres, solo se comentaba que los negritos eran unos demonios clavando la pelota, que brincaban altísimo, corrían rapidísimo, tenían unos afros rarísimos, y un violín horrible. Los jugadores nacionales llegaron a ser unos divos apenas llegaron; el Coco Tovar, Julio Morillo, Abraham Castillo, Daniel Seijas, y uno del patio, Carlos Carrasquel. Los importados trinitarios duraron muy poco, no convenció el trabajo realizado a los técnicos y dueños, por lo cual los despidieron. Allí llegaron Robert Youngblood y Keith Hill, con estos dos señores si fue la total locura por la forma como jugaban. Ellos más que estrellas, fueron dioses del mismo olimpo, creo yo que después de llegar centauros, la estatura promedio del apureño subió muchos centímetros.

La temporada comenzó el 17 de Septiembre contra Lanceros de Barinas, en un fórum Simón bolívar lleno a reventar, con capacidad de 4500 personas, ahí estaban más de 7 mil. Todo San Fernando estuvo en la inauguración. La cola para comprar entradas parecían las que hoy vemos para comprar harina pan o la bombona de gas. Para entrar al juego que comenzaba a las 7 pm, se tenía que llegar desde la tarde, muchas personas llegaban desde la mañana. El calor dentro del recinto era enorme, pero el fanatismo era más. Fue un debut histórico, comenzaba la canción que fue icono de aquella divisa deportiva.

Frase utilizada para cuando el equipo local convertía una cesta de dos. Imaginen a todos los jóvenes de la época en las caimanas de la calle, gritando al son del rebote del balón, entonando el nombre de su jugador favorito, meter la pelota y gritar; chuuuuupa bufito. Todavía al día de hoy se puede escuchar a algunos gritar así.

En ronda eliminatoria el equipo dejó marca de 23 ganados y solo 7 derrotas, llegando a titularse campeón ante Panteras del Táchira, en la mejor final del baloncesto de Venezuela, el planeta y los mundos vecinos. Recuerdo que los juegos se realizaban viernes, sábados y domingos. Un fin de semana en casa y el próximo en carretera. Eran los 15 días más largos de mi vida. Centauros creo una hegemonía durante 10 años, donde logró ser campeón en tres temporadas y subcampeones en 4 más.