Ser transparente no significa exponer sólo sus puntos débiles, sino permitir que el otro conozca su forma de pensar, sentir y actuar...
En la medida que vamos creciendo e interactuando con el otro, nos vamos formando debido a la acumulación de informaciones de las cuales entra en contacto. Como las informaciones que se van articulando internamente, van a determinar en mucho lo fuerte, o débil que será este individuo. ¿Qué tan nebulosa o cuán transparente será?. ¿Cuánto mostrará sus contenidos internos, cuánto guardará para sí, no queriendo o no sabiendo cómo compartir? Este es un terreno fértil para la incomodidad, desconfianza y sufrimiento en la relación del otro y con el otro, además de sí mismo.
A veces para protegernos de ataques externos, vamos creando una "cáscara" tal cual una tortuga o caracol. Esta cáscara tanto puede protegernos del dolor, como impedir vivir con más flexibilidad. La justa medida es el equilibrio, el sentido común. Necesitamos saber con quién usar cada papel, cada forma de ser. Como ciertas personas usan los puntos débiles del otro para herirlos en los peores momentos, hay que tener cuidado. Muchas veces con amigos, con las personas que amamos, es importante ser transparentes. En la medida en que hay buenos sentimientos compartidos, esa transparencia será benéfica, se espera que usen a favor de ambos.
Ser transparente no significa exponer sólo sus puntos débiles, sino permitir que el otro conozca su forma de pensar, sentir y actuar. Una esposa necesita la transparencia del marido y viceversa. Una relación seria y duradera tal vez sólo se mantenga buena, en la medida en que hay transparencia. El simple contar sobre el día, sobre diferentes actitudes, sobre un momento de nerviosismo, de lucidez, de euforia, de comportamiento frente a determinada situación, lo hace más transparente para el otro, es usted siendo quien realmente es.
Muchas veces no percibimos que no estamos siendo suficientemente transparentes, y esa nebulosidad trae la desconfianza. Donde no hay explicación prolifera la imaginación, la fantasía, la alucinación. "De buenas intenciones el infierno está lleno", reza el sabio dicho popular. Podemos tener incluso la mejor de las intenciones, sin embargo, dejar el otro inseguro y desconfiado. La creencia es más fácil, podemos hacer incluso sin haber visto, pero confiar va mucho más allá, la confianza requiere actos, requiere ejemplos. El otro confiará en usted en la medida en que haya transparencia, en la medida en que se sabe qué esperar de su parte.
A veces es necesario ser transparente, incluso sabiendo que donará en el otro, contará la verdad, pues ésta cicatriza más fácilmente que la omisión o mentira descubierta. Si no sabes aprende a ser tanto transparente como mate, y sepa donde usar cada una de las dos posibilidades. Así podrás tener grandes amigos, buenas y duraderas relaciones. Aprende a quién abrir las puertas de tu intimidad, de tu vida y para quién va a cerrar. Es claro que todo acto incurre en un cierto riesgo, sepa cómo calcular ese riesgo y construye relaciones fuertes y saludables.
Dr. Odair Comin | Psicólogo, Hipnoterapeuta y Escritor