Donde todo inició.

 Llegamos, paseamos, comimos helados y mientras caminábamos por los alrededores de la plaza Las Heroínas entramos al puesto de Guamanchi Expeditions, yo quería intentar el famoso Salto en Péndulo, así que pregunté el precio que en ese entonces era de Bs. 1.300, mi presupuesto total era más o menos de Bs. 3.000 para los 4 días que esperábamos pasar allí, pero luego de unos "cálculos" rápidos y pensarlo por un par de horas decidí llamar a mi mamá para avisarle...

 Y así hasta que aceptó, pero la entiendo, ninguna mamá espera recibir una llamada de su hija diciéndole que va a saltar de un puente. 

Acto seguido llamé a la agencia y reservé mi cupo para la mañana siguiente, no había tiempo que perder!

 Esa noche nos reencontramos con nuestra amiga Mariana a quien teníamos tiempo sin ver, fuimos a cenar en la pizzería "El sabor de los 4 quesos" que era la mejor que había en la ciudad, no sé si lo seguirá siendo ahora... Terminamos el día comiendo helados de vasito en Plaza de Milla, nada muy alocado.

La gloria.

 

Día 2: Amaneció, nos alistamos y fuimos a Guamanchi, donde nos presentaron a una chica y a una pareja de americanos, también a un español muy particular; todos íbamos a saltar, menos Jesús, así que tendría que hacer de camarógrafo durante mi turno.  

Mientras esperábamos en el viaducto Miranda conocí a Germán, el hermano de Belén. Todos veíamos a quien alistaba las cuerdas de seguridad, la gente que pasaba sucumbían ante la curiosidad y se detenía a hablar con nosotros, como la señora María y bueno, ya lo postergué mucho, aquí vamos! 

La seguridad ante todo.

Here we go!

AAAAAAAAAAAAHHHHHH, vean el vídeo de mi salto aquí.

Créanme que dio miedo, ese grito que se escucha en el vídeo no es de gratis, ha sido de las experiencias más arriesgadas y divertidas que he tenido, al uno estar ya columpiándose se siente una libertad indescriptible. 

Nuestro amigo el español.

¿Serían capaces de hacer algo así?

  Luego pasamos un rato con nuestros nuevos amigos Olivia y Kyle, quienes nos brindaron unas 🍻 de tercio y después de hablar un rato quedamos en salir a comer algo el día siguiente, fuimos al Ático del Cine donde nos contaron un poco más sobre ellos y sobre lo que estaban haciendo aquí en Venezuela, en fin, son personas súper amables. 

En el Ático del Cine.

 Nuestro paso por Mérida terminó con una visita a Chorros de Milla,que mejor se las hago visual:

  Y así comenzaron mis viajes; con planes de madrugada y decisiones de último minuto que resultarían en recuerdos para contar el resto de mi vida.

 Espero hayan disfrutado esta pequeña historia, ¡nos vemos en el próximo destino!