(Foto desclasificada del archivo del servicio secreto de Picholetera)
Cuesta verla por su talento innato para el sigilo y el camuflaje, pero si se observa bien podemos ver a Yuka desempeñando una arriesgadísima doble misión de espionaje.
El soberano rey-dios Trufo no tardó en ver en Yuka una serie de talentos extraordinarios y decidió ponerla al servicio del Imperio. Silenciosa como la noche y letal como el viento, sus patitas acolchadas le confieren reducción del impacto de caídas; su pelaje perfectamente acondicionado es versátil y adaptable a situaciones climáticas extremas; su cuerpo ergonómico y compacto está perfeccionado para aprovechar al máximo la energía de los mimos y sobrevivir largas temporadas sin ellos. Sus habilidades en el dominio del combate adorable y el camuflaje con el entorno le permiten realizar misiones como esta, donde intentaba robar para Trufo una fórmula experimental de las fuerzas de la oposición, diseñada para extraer más energía de las carantoñas humanas.
A la vez espiaba para el jefe de la oposición (que no olvidemos que no es otro que el propio Trufo) las actividades del rey-dios en un intento de demostrar que no es quien dice ser...
