Hace muy poco tiempo, estaba revisando las publicaciones de los blogs que sigo y encontré un post de @happyvoter en que hacía un recuento de lo que había pasado durante el año 2019, me pareció interesante hacer un recuento y evaluación de las actividades y desempeño, aunque admito que no tengo la costumbre de hacerlo por mi cuenta.

Cuando comenté el post, recordé a una vieja deidad griega, Janos, el Dios de las dos caras que mira tanto el pasado como el futuro. Resulta que es un buen símbolo para la fecha actual, después de todo es por el que se dió nombre al mes de Enero en el viejo calendario que aún usamos hoy en día en el hemisferio occidental y en todas partes donde su influencia se ha extendido.

Esta deidad marca tanto la introspección como la planificación, vive en un constante presente, pero recordando todo cuanto aprendió y planificando todo cuanto hará, su conocimiento es amplio y sus acciones no dejan puntos ciegos. En buena medida me gusta su simbología.

Después de todo, estos días festivos son apropiados para la reflexión, la evaluación de lo que se ha hecho hasta el momento actual y plantear nuevas metas o hitos a lograr en el futuro cercano. Puede que no suene muy normal para algunas personas más jóvenes, pues nos hemos ido acostumbrando a un aceleramiento del ritmo de la vida cotidiana que se niega a dar tiempo para pararse a pensar, además de que nuestro sistema de valores ha convertido el tiempo de las festividades en un período de alto consumo y movimiento de capital, pero lo ha despojado de buena parte de su sentido ritual y sagrado.

¿Acaso me voy a quejar de eso? No, realmente no lo haría, pero tampoco es que lo acepte irrestrictamente, soy partidario de hacer negocios y de usar los recursos que tengamos disponibles para brindar algunas satisfacciones a nuestra gente y a nosotros mismos, pero también soy del tipo de gente que le gusta pensar lo que va a hacer, a pesar de que no lo haga de una manera tan organizada como se podría hacer, no soy de los que se niegan a meditar y pensar sobre lo que ha pasado antes de planificar lo que voy a hacer.