Colorín colorado este cuento aún no se ha acabado.

Metafóricamente hablando el cuento de la vida es muy dramático, en todos los casos presenta escenarios de conflictos intensos, llamados problemas o encrucijadas, pero ampliando la visión se revela una oportunidad, donde ves un obstáculo puede ser un puente, cada vez que una persona quiere ver un problema, lo verá, así no exista, pero si quiere crear una ventana, aparecerá. Vivir la vida tranquilo, buscando una solución sin admirar el conflicto como comúnmente sucede, es el camino correcto. Por ejemplo, la vida de un viajero o mejor conocido como mochilero es tan intensa y pueden recorrer el mundo sin muchas preocupaciones, resolviendo cada circunstancia con ingenio, manteniéndose preparados a cualquier evento inesperado y saliendo radicalmente de su zona de confort. Allí está el detalle, nadie quiere salir de su espacio de comodidad. Las zonas de confort no duran por siempre, tienen su límite, son como etapas, se cierran en algún momento. En la mayoría de los casos las personas se cierran con ellas y es donde emerge el problema. La vida continua, siempre lo hace, cada problema parece el final, pero es uno de muchos que se aproximan.

Todos tenemos la habilidad de expandirnos grandemente a la magnitud del problema y luego retomar nuestro tamaño original, pero con más forma, parecido a un pez globo. El nombre de esta descripción es resiliencia, es la capacidad de llegar a estados extremos, superarlos y luego aprender de ellos. Renacer desde la dificultad como un retoño nace de un árbol cortado, igual a un fénix renaciendo entre las cenizas.

En esta lluvia de eventos inesperados debes abrir tu paraguas de resiliencia para sobrellevar la tormenta, no te dejes mojar con la lluvia, has algo, puedes resfriarte. Aceptar los numeroso conflictos futuros es importante, los problemas siempre estarán presentes, pero nada dura por siempre, por mas grande que sean pueden superarse.