Los siete pecados capitales representan una clasificación de los vicios indicados en las primeras enseñanzas del Cristianismo con la finalidad de que sus seguidores mantengan un grado de educación adecuado. Lo de capital tiene que ver que dan orígenes a muchos pecados más (Santo Tomas de Aquino (II-II:153:4), ellos son los siguientes: LA SOBERBIA, LA AVARICIA, LA ENVIDIA, LA IRA, LA LUJURIA, LA GULA y LA PEREZA. Te presento un análisis de cada uno de ellos.
LA SOBERBIA: Es uno de los más serios y original pecado capital, y de él se generan muchos pecados mas. Se caracteriza por indicar en tratar de ser más importante que los demás y le resulta casi imposible halagar a otros. Se rumora que Lucifer practicó este pecado cuando trató de ser igual que Dios.
Se trata de una sobre valoración del “yo” con respecto a otros y con ansias de superar, lograr, o superponerse a cualquier obstáculo o tratar de alcanzar un nivel muy elevado considerando que puede lograr y superar lo que hagan los demás. También se caracteriza por que mantiene que la opinión de sí mismo es una figura de alta exaltación, llegando a niveles extremos y desmesurados. Desea ser visto admirado, honrado estimado, alabado por los demás con mucha frecuencia.
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LA LUJURIA: Es considerada el pecado producto de pensamientos excesivos de naturaleza sexual o quizás un deseo sexual incontrolable y desordenado. Se trata de una compulsión sexual o adicción a las relaciones sexuales. Es un comportamiento muy repudiado por la sociedad y diversas religiones.
LA GULA: Es lo que se conoce como glotonería, consumo excesivo de comidas y bebidas, considerado este aspecto en el pasado como pecado. Realmente es como una manera irracional de consumo de comida y bebidas sobre todo cuando es innecesaria su práctica.
LA AVARICIA: También como la Gula y la Lujuria es un pecado en exceso. Aunque la Avaricia se refiere mas al exceso en bienes (riquezas, propiedades, ropa etc.) . La persona atesora cosas temporales frente a las virtudes que Dios considera. En ningún momento el avaro piensa en sentimientos, ayuda u otro asunto cuando planea con su avaricia adquirir un bien.
LA PEREZA: Es un pecado que destaca la capacidad de no aceptar hacerse cargo de sí mismo. El ocio que acostumbra a practicar crea muchos problemas en su entorno, con el agravante que no considera que esté haciendo algo incorrecto. Presenta con frecuencia desgano, tristeza, aversión contra el resto de las personas. No considera amor a Dios. No pasa por su mente disculparse o rectificar su conducta.
LA IRA: También llamada Enojo Se considera como un sentimiento sin ningún tipo de orden, ni control, está presente un odio y enfado elevado. En algunos casos es una negación profunda a la verdad hacia los demás y hacia sí mismo. Generalmente se nota en personas fanáticas a asuntos políticos, y religiosos y con alto grado de intolerancia incluso con deseo de hacer daño y perjuicio a los demás. Es la ira el único pecado que no tiene raíces de egoísmo e interés personal, aunque puede estarse con ira por causa de un determinado egoísmo.
LA ENVIDIA: Se caracteriza por un deseo insaciable pero a diferencia de la avaricia que se refiere a bienes materiales únicamente, la envidia es más amplia y además el envidioso desea algo que otro tenga y no necesariamente asuntos materiales que consideran que a ellos les hace falta así viven deseando el mal al prójimo y lo que otra persona posee.
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