CURSO DE RIEGO IV. FACTORES QUE CONDICIONAN EL RIEGO

Hola de nuevo, sigo con la cuarta parte de este curso de riegos ver capítulo anterior, en esta ocasión nos referimos a:

Los factores ambientales que influyen en el riego

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Entre otros son principalmente el clima y el suelo. La climatología nos va a condicionar las temporadas de riesgo y las horas más apropiadas para regar, y el suelo nos puede condicionar la dosificación y la frecuencia de riego. También la topografía y la geometría de la parcela que influirán en la elección del sistema de riego.

1. El agua y el suelo.

Las características o propiedades físicas del suelo son las que condicionan el comportamiento del suelo frente a la intensidad, el tiempo de duración y la frecuencia del riego. Si regamos con un gran caudal en un suelo insuficientemente poroso puede que el agua no se infiltre lo suficientemente rápido, y por lo tanto tenemos que reducir la intensidad del riego. Manejando la intensidad y frecuencia de riego tenemos que garantizar que el agua penetra lo suficiente a la profundidad adecuada sin producir escorrentías.

Propiedades físicas del suelo
El suelo es una mezcla de materiales sólidos (minerales, orgánicos y seres vivos), líquidos (agua) y gaseosos (aire y otros gases). La proporción y calidad de estos materiales nos influye en gran medida en la fertilidad del suelo.

La proporción en que se encuentran las partículas minerales, clasificadas por tamaños es la Textura del suelo, según el tamaño de la partícula se denominan:

• Arena de 0,05 mm (la arena muy fina) a 2 mm la arena gruesa.
• Limo de 0,002 a 0,05 mm
• Arcillas son partículas menores de 0,002 mm.

Cuando en un suelo predominan las partículas más finas se denomina suelo arcilloso y si no tiene una buena estructura puede presentar problemas de baja infiltración, encharcamientos, escorrentías, asfixia radicular…
Si en un suelo predominan las partículas más gruesas se le denomina arenoso y puede tener problemas de exceso de drenaje y que no pueda retener suficiente agua.
Podemos hacer un test casero para orientarnos en cómo es la textura del suelo con el que trabajamos:

• Se toma una muestra del suelo y se pasa por el tamiz de 2 mm
• Con lo que pasa por el tamiz se humedece y se hace una bola como una nuez (si no se puede es arenoso)
• Con la bola hacemos un rulo de 3 mm (si no se puede es más bien franco-arenoso o limo-arenoso)
• Con el rulo de 3mm y 10 cm de largo hacemos un círculo (si no se puede es limoso o franco-limoso)
• Si se puede es un suelo arcilloso, puede ser muy bueno para los cultivos, pero tiene que tener una buena estructura para serlo.

La estructura del suelo es la forma en la se agrupan las partículas simples en aspecto de partículas mayores y se denominan agregados, formando poros o canalículos. La estructura puede ser más o menos fuerte, en la formación y la estabilidad de la estructura intervienen el contenido en materia orgánica, la química del suelo y el manejo que se haga del suelo.

De forma genérica, el laboreo intensivo e incorrecto, el pisoteo y la circulación de la maquinaria, sobre todo en suelos húmedos, contribuyen a destruir la estructura. La estructura más apropiada para jardines y agricultura es la Estructura granular y migajosa: son partículas individuales de arena, limo y arcilla agrupadas en granos pequeños (~1-2mm) casi esféricos. El agua circula muy fácilmente a través de esos suelos. Por lo general, se encuentran en la capa superficial, el horizonte A de los perfiles de suelos.

En líneas generales la porosidad varía dentro de los siguientes límites:

• Suelos ligeros: 30 - 45%
• Suelos medios: 45 - 55%
• Suelos pesados: 50 - 65%
• Suelos turbosos: 75 - 90%

Capacidad del suelo para almacenar agua

Un suelo franco, con una estructura migajosa, que desde el punto de vista de su textura, contendría entre 30-50% de arena, 30-50% de limo y 20-30% de arcilla; sería capaz de almacenar unos 300 litros de agua por metro cúbico.
El agua queda retenida en los poros o capilares que quedan entre las partículas, cuanto más pequeños son los capilares más fuertemente está retenida el agua. Cuando regamos, el agua se mueve por los capilares más grandes y con el tiempo se va introduciendo en los capilares pequeños.

El volumen de agua que un suelo puede retener después de saturarlo (encharcarlo) y dejarlo escurrir libremente durante 48 horas es la Capacidad de Campo, pero no toda esta agua puede ser aprovechada por las plantas porque prácticamente la mitad está retenida en el suelo con mucha fuerza.
Agua fácilmente utilizable por las plantas es el agua que las plantas pueden absorber con poco esfuerzo (0,5-1 atmósferas), la que se encuentra en los capilares más grandes. Por esto a las plantas les resulta más fácil extraer el agua cuando estamos regando o al poco tiempo de regar.

Filtración o permeabilidad de los suelos se relaciona con su textura y estructura. El tamaño de los poros del suelo, en sus distintas capas, reviste gran importancia con respecto a la tasa de filtración. Nos interesa conocer, al menos aproximadamente, los litros por metro cuadrado que puede absorber un suelo en una hora sin que se produzca escorrentía.
El tamaño y el número de los poros guardan estrecha relación con la textura y la estructura del suelo e influyen en su permeabilidad.
Por regla general, como se ve a continuación, cuanto más fina sea la textura del suelo, más lenta será la permeabilidad:

La estructura puede modificar considerablemente las tasas de permeabilidad mostradas anteriormente, y la estructura se puede modificar con el manejo del suelo. La estructura más permeable es la granular o migajosa.

Clima: ETP, insolación, viento… junto con el tipo de cultivo que tengamos en nuestra hidrozona y el manejo del suelo nos van a dar las pérdidas de agua del jardín y por tanto, los riegos que tendemos que hacer, si no hay lluvias.
La EvapoTranspiración Potencial o ETP y la Evapotranspiración de referencia ETo, es la cantidad de agua que puede perder el suelo por evaporación y transpiración; se realiza por cálculos en función de la insolación, el viento, temperatura, el suelo, humedad del aire y la cantidad de agua que extrae el cultivo determinado que se está estudiando, en función del tamaño de las plantas, densidad de plantación y la propia naturaleza del cultivo.
Estos cálculos aproximados nos darán una idea de los riegos que tendremos que dar.

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continúo en otro post, pondré su enlace en un comentario a este post