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Parece increíble, pero en alguna ocasión hemos estado convencidos de que “algo” ha sucedido según como pensamos…y lo afirmamos de tal forma, que hasta creemos haber visto, escuchado y hasta vivido tal evento. De esta manera, cuando encontramos que los hechos no han sido así como lo habíamos asumido siempre, se adueña de nosotros una sensación de inconformidad que entonces nos hace pensar: ¿de dónde saqué esa idea equivocada?. Al respecto cabe mencionar, que el llamado Efecto Mandela representa el ejemplo por excelencia de éste fenómeno; cuya data es del año 2010, cuando se pudiera decir que en la memoria colectiva yacía la idea de que Nelson Mandela había muerto en la prisión.
No obstante, el líder referido fue liberado después de muchos años y muere algún tiempo después. Sin embargo, una considerable cantidad de personas estaban convencidas del fallecimiento en la cárcel y les fue difícil asumir la realidad, pues aseguraban haberlo visto y escuchado en la transmisión de los noticieros y otros hasta haberlo casi presenciado.
Así pues, yo también he sido víctima de mi propia memoria, con la historia de Roberto Benigni “La vida es Bella” película de 1997, escrita, dirigida y protagonizada por el mismo, y donde narra una historia que se desarrolla durante la segunda guerra mundial acerca de un judío italiano (Guido) que se enamora de una maestra (Dora) que se encuentra comprometida con un hombre al que no ama. Posteriormente se va con Guido y tiene un hijo. Más adelante, son llevados a un campo de concentración; ya estando allí, él hace creer a su hijo q todo se trata de un juego en el que el ganador será el que no sea encontrado por los guardias alemanes. Luego de varios sucesos los soldados reciben órdenes de eliminar a los reclusos, en medo de todo Guido logra esconder a su hijo y corre a buscar a su esposa. Pero sólo logra poner a salvo a su pequeño y hasta último momento hace ver al niño, que se trata de un juego. Finalmente es fusilado y paralelamente las fuerzas norteamericanas el vencen a los alemanes, quedando en libertad todos los judíos y pudiéndose reunir el niño con su madre.
Se evidencia entonces, la fuerza y el valor humano en esta bellísima y aleccionadora historia. Ahora les quiero recordar lo que expuse al principio, lo que creí haber visto en la película pero que en realidad no fue así…y es nada más y nada menos, mi convencimiento de que el hijo de Guido no era suyo sino de Dora con otro hombre, pues en mi memoria estaba la escena de que cuando la pareja se conoció, ya la señora era madre del chico y Guido había pasado a ser el padrastro!.