Hola a todos, mi nombre es Rafael, soy el creador de Tierra de bestias: una historia que estoy publicando en una plataforma llamada wattpad. Si por alguna razón tienen duda sobre mí, pueden escribirme a e esa plataforma y con gusto les responderé.
El mundo de Graltall será una historia que publicare primeramente en steemit y luego en las demás plataformas.

TITULO

EL MUNDO DE GRALTALL

PORTADA

INTRODUCCIÓN

El mundo de Graltall: es un lugar llenó de historias, criaturas mágicas, reino, y diferentes tipos de razas inteligentes. Todo lo que un buen juego mmorpg quisiera tener.

CATEGORIA

Aventura, magia, reinos, bestias místicas, +18

Nota

CAPITULO 1
Mi nueva vida

Me dirán que estoy loco. Pero… En esto momento me encuentro debajo de un gran árbol en este inmenso bosque, completamente desnudo.
▪ ¿En qué parte de Graltall estoy? ¿Es un lugar seguro? ¿Por qué Dios me dejó en medio de la nada? ¿No se supones que es un ser misericordioso? ▪, Son unos de los pensamientos que me vienen a la cabeza.
Mi nombre en mi vida pasada era Damian: un joven delgado, demasiado endeble que vivía con sus padres. En mi cuarto tenia poster y figuras de colección Anime, una silla gamer y una súper computadora: donde disfrutaba de mis juegos MMORPG todas las noches ante de irme a acostar. Parte de mi quincena me la gastaba en los benditos videojuegos.
No han pasado ni cuatro días desde que morí de una manera muy vergonzosa. Me encontraba de rumbo a mi empleo: salí corriendo hacia al trabajo, porque el despertador no sonó. No me percate de un proyecto de construcción que se hacía a una cuadra ante de llegar a la empresa.
En ese instante me distraje: solo pensaba en el nuevo traje de maid que quería equiparle a mí Followers: una hermosa semihumana con cuerpo de Loli, ojos violetas, orejas y cola de zorra. Sus guantes en forma de gato y rostro angelical me enamoraron.
Mientras corría y mi mente en otro planeta, un andamio se cayó de una altura de quince metros dirigido hacia mí… Afortunadamente lo logre esquivar, pero no me percate que salte a la carretera y fui arrollado por un autobús que pasaba en el momento.
Mi muerte fue inmediata, solo sentí un solo golpe y mi vista se oscureció, en ese momento no creía en más allá: era ateo, odiaba todo lo que tenía que ver con religión, porque pensaba que era un simple negocio para manipular a los ciudadanos y sacarle su dinero.
Estaba completamente equivocado el purgatorio si existía, lo que significaba que si había un cielo y un infierno, mi espíritu: era una masa redonda de color blanco y un rabo. Parecía un espermatozoide gigante rodeado de muchas más almas esperando el juicio final.
El lugar era una simple escalera del mismo color de nosotros sin tener un principio ni un final, cuando de repente escuchamos una hermosa voz.
—Hola, soy el ángel que custodia el purgatorio, en esto momento todos ustedes participaran en un sorteo —dice el guardián— el alma ganadora, tendrá el privilegio de hablar con Dios y pedirle cualquier deseo.
▪ Y los pescados que hayas cometido en el pasado serán perdonados. Que empiece el sorteo.
Una enorme esfera en forma de reloj con alas de ángel apareció al frente de nosotros, el objeto era inmenso, tenía más de 30 metros de altura y la manecilla empezó a rodar entre todos los números que estaban en él.
Aunque… Era una simple masa blanca, mis pensamientos seguían intactos, me sorprendió la manera que como jugaban con nuestras almas. ¿Quién iba a ser el ganador? Era, un buen interrogante.
—Tim, tim, tim. —Suena como un despertador.
—El ganador es el alma con el número 1, 111,945 —exclama el espíritu celestial.
Muchos globos cayeron con diferentes colores, trompetas se escucharon, el afortunado no salía, entre nosotros, hasta que mi cuerpo se elevó y rápidamente subí por las escaleras y pase una especie de portal azul que se hallaba al final.
El ambiente cambio por completo: era un jardín rodeado con muchas flores, parecía el campo de elíseos de la saga de Hades en Saint seiya.
Una voz gruesa en un tono muy dulce se escuchó desde el hermoso cielo azul.
—Hola Damian— exclama la divinidad.
—Hola. —respondí de una manera muy cortante, mi mente no procesaba, que fuera el ganador.
—Ha sido el afortunado entre millones de almas para decidir tu destino —expresó el todo poderoso—. Y como soy el creado todo lo existente, tengo la capacidad de cumplirte cualquier deseo.
▪ Reencarnaras en unos de mis mundos con habilidades especiales, que superaran a cualquier individuo de ese lugar.
▪ Podrás decidir en qué persona te quieres convertir y cualquier pecado que cometas en el mundo de Graltall será anulado.
▪ Pero… Nunca debes faltarme el respeto o creerte superior a mí. Si llega a romper esa regla, serás llevado directamente al infierno.
— Entendido, Rey supremo. —Voz temblorosa— ¿Es como si tuviera en un juego MMORPG?
—Exacto —comunicó la deidad suprema—. Sé que te encanta este tipo de videojuegos y que mejor regalo, que mandarte a un mundo de fantasía.
—Gracias, Dios. —Mi cuerpo redondo saltó de la emoción y pase del temor a la admiración—. Como voy a tener habilidades especiales, ¿no podría crear mi personaje y parecerme a él, en ese mundo?
—Claro —susurró la voz suprema— ¿Cómo quieres reencarna?
—Gracias por su gentileza.
▪ Quisiera ser un joven con el cabello largo de color rojo, tener un cuerpo atlético, ojos azules y un rostro fileño.
▪ Mis habilidades físicas y mágica sean ilimitadas y sobre todo tener el poder de crear habilidad a mi antojo.
▪ Entender todos los lenguajes de ese mundo.
▪ Una mochila virtual, donde pueda guardar objetos infinitamente y que siempre aparezca un resumen de qué tipo de esencia es.
▪ Información, sobre cualquier ser vivo.
▪ Como todo juego MMORPG, quisiera empezar desde un lugar inhóspito.
▪ Quiero reencarnar siendo ya adulto sin perder mi memoria actual.
▪ Eso es todo.
—Tu deseo será cumplido —dijo la divinidad—. Ante de despedirnos, te comentare algo más.
▪ Como vas a hacer un aventurero, solo tendrá una información básica sobre mi mundo, lo demás te tocará descubrirlo por tu cuenta.
En ese instante sentí un pequeño vacío y al abrir los ojos estaba en mi nuevo cuerpo.

Continuara…

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