Nadie come pollo todos los días

Pesan las manos,
para nadar en la hoja titilante
se necesitan ilusiones
y hoy no vinieron a tocar
la puerta de la azotea.

-Esto no es para cobardes,
eso me repito para despusilanimarme,
con música visto mis orejas
maquillo con pestañeos las ojeras.

Estiro los brazos para tronar
las vigas del pecho,
salgo, camino y busco en las hojas
el caliz perdido de la narrativa,
con la mirada a media asta,
llevo mis manos al rostro
saboreo el despeñadero de mis lentes,
los arrebato de mi visión.

Mi cabeza, puesta de sol
en las colinas que esperan
para esconderla de la vida,
no necesito ver.
Cierro los térreos cafés para
mirar con el alma,
no estamos aquí para cazar fortunas,
estamos para librarnos de nosotros.

Doce días han pasado
y el estomago reclama tu atención
de amor con hambre no se vive
sal, a la calle, busca redención,
el pan nuestro de cada día,
la historia que te llene el alfajor.
Todos los días pollo no comes
igual da, gracias por tu atención.

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