Ayer, estaba en la iglesia, participando de un servicio maravilloso con un evangelista internacional, cuyo ministerio está basado en sanidad divina.
Cuando el servicio finalizó, el pastor pidió una ofrenda y esbozó ciertas frases que me causaron mucha gracia. Sin embargo, ya yo había ofrendado en el culto anterior, por lo que no lo hice otra vez.

Hoy, entré a mi cuenta de Facebook y vi un video de una predicadora pidiendo "pactos", cosa que para mí es normal, ya que conozco la figura de estos actos, sin embargo, mucha gente se asombra porque se pide dinero en volúmenes elevados.

Por ello, dedicaré este post a explicar estos 3, dejando por fuera otros actos que los considero más complejos de explicar.

Tengamos consideración de que, al momento en el que una persona va a realizar un acto dadivoso a la iglesia, lo hace por fe. No lo hace por principios científicos, ni racionales, sino porque cree en algo que en el tiempo presente para muchos no existe, pero esta persona considera que sucederá. Esto parece ridículo, pero cada persona es libre de creer en lo que quiera.

Si esta persona decide actuar en fe y usted se incomoda por ello, su incomodidad es propia y a la otra persona no le debe importar lo que usted piense o deje de pensar. De igual manera, ocurre en el sentido contrario. Cada uno hace lo que considere correcto, según su contexto e importancia.

El dinero mal usado por parte de los pastores

Por mucho tiempo se ha criticado a los pastores que piden los diezmos y ofrendas. No solo pastores, sino sacerdotes católicos, líderes religiosos, etc.
Esto suele suceder porque, como en todo, siempre habrán personas, quienes, a pesar, de predicar acerca de un ser divino que ama, pero a la vez corrige, tienen afinidades personales por cometer actos que atenten contra la moral aplicada y se les olvida que hay ojos y personas que siguen cada uno de sus movimientos, ya sea por admiración o para atacar, posteriormente.

Estos personajes han dañado la imagen de lo que son diezmos y ofrendas, además, de lo que representa o debe representar para las congregaciones.

Qué es la ofrenda

En términos sencillos, ofrendar es dar, voluntariamente, algo que se tiene. Es decir, tú decides qué dar y cuánto dar.

Qué es el diezmo

Según la Biblia, el diezmo es el 10% de todo lo que te venga a la mano. Ni más, ni menos. Es decir, si tienes 24 horas en un día, a Dios le debes dedicar 2.4 horas diarias, ya sea en oración, ayuno, vigilia, etc.

Qué es el pacto

En la Biblia, cada vez que Dios hablaba a un hombre y le hacía una promesa, el hombre hacía un pacto, con el fin de sellar dicha promesa. Es aquí, dónde ser levantaban altares a Dios como señal del pacto. Usualmente, se derramaba sangre de un animal virgen o nuevo. Existen algunas condiciones de pactos para comprender mejor el proceso de pactar.

En la actualidad, no vas a degollar un bebé de animal para hacer un pacto, normalmente, crees en una promesa y decides hacer algo que te represente un sacrificio para pactar.

Qué representa el diezmo, las ofrendas y los pactos a los templos

Ahora, si yo puse varios ejemplos, distintos de dinero, por qué, entonces se pide dinero y cómo debe ser administrado.

Bien, para entrar en esta materia debemos comprender que los templos son estructuras físicas y por ello se debe tener en cuenta que, como toda estructura, requiere ser atendida. Atender una estructura significa, brindarle mantenimiento, hacer frente a los gastos de administración y demás.

También, los templos están dentro de la categoría de Organizaciones sin fines de lucro, por lo que, no hay actividades comerciales como tal, por ende, todo lo que ingrese, representará donaciones. En este caso, los administradores del templo, identificarán que otras actividades podrán realizar, con el fin de mantener la estructura. Esto, no significa que los administradores no puedan ejercer negocios personales, pero esta se encuentra separado de la administración de la organización sin fines de lucro.

Entonces, la manera en cómo debe ser administrado un templo sería, de los diezmos y ofrendas se distribuyen con el fin de dar mantenimiento a las instalaciones y gastos de representación. El pastor no debe estar involucrado en este proceso de administración, sino de velar porque los administradores realicen todos los procesos adecuados para garantizar la operación de la organización.

Es decir, si en algún momento ves que en un templo, sus congregaciones ofrendan y diezman y este templo está en ruinas y falta de mantenimiento, preocúpate, sin embargo, si el templo hace actividades, brinda servicios sociales, no presenta deudas o carencias, puedes estar seguro de que dicho templo está siendo muy bien administrado. Y todo sea, por predicar y darle una palabra divina a las personas.