Bendiciones hermano @hiroyamagishi. El día de hoy, el Señor Henry muestra inquietud por los celos infundados de su esposa y pide ayuda para sanar esos celos enfermizos de ella. El hermano Eli Soriano hace hincapie en que existen dos tipos de celos. Los celos mundanos y los celos que son de caracter celestial, que vienen de parte de nuestro Dios.
“El amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” (1 Corintios 13:4-5).
Con este pasaje, Nuestro Señor nos está indicando que mientras más nos concentremos en nosotros mismos y nuestros deseos, seremos menos capaces de centrar nuestra atención en Dios. El Dios verdadero, es el ejemplo más claro que podemos tener de un ser celoso, en el buen sentido, pues sus celos para con nosotros son limpios y con el fin de protegernos. Por este motivo nuestro Señor nos ha provisto de su palabra en las Santas Escrituras, para que podamos actuar con sabiduría. El caracter celoso de Dios, lo impulsa a protegernos de todo mal, pues sus celos para con nosotros no son egoístas.
“Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Isaías 48:17).
Por el contrario, la esposa del hermano Henry se ha enfrentado a él a través de sus celos que son de carácter mundano e infundados. Ella, no debería caer en esa trampa de conductas escasas de sabiduría y que no se basan en la Palabra de Dios. Los celos celestiales hace que dirijamos nuestra atención a Dios pues solo a él debemos entregar nuestras cargas y preocupaciones para que sean sanadas.
Debemos defender la verdad de Nuestro Señor, sus caminos y a su Pueblo. No llenemos nuestros corazones de celos egoístas pues todo esto será cobrado por Dios el día del gran final. Un abrazo a todos hermanos. Gracias por el tema del día de hoy. @hiroyamagishi