La opinión se ha convertido en un delito?
Durante el apogeo de la revolución rusa, la terrible muerte de Lenin y el aislamiento en que quedó colocado Trotsky, permitieron que Stalin imponer una contrarrevolucion a las actuaciones del Partido bolchevique de allí en adelante, las barbaridades políticas del stalinismo están latentes en el propio campo revolucionario y en los gobiernos comunistas.
El madurismo imperante en el país en su afán totalitarista. Continúa pensando que la “victoria” que logró por escasos 600 mil votos sobre los sectores de oposición en las pasadas elecciones regionales, la mayoría de esos votos fueron logrados sobre la base del chantaje y el amedrentamiento social, incluyendo el ruin acto de exigir el sufragio a cambio de satisfacer parcialmente el hambre con una bolsa de comida que escasamente, podrá durar unos cuantos días.Por ello, no es exagerado establecer un estudio comparado entre lo que derivó la “revolución rusa” en manos de Stalin, y en lo que se ha convertido la mal llamada “revolución bolivariana” bajo el control de Maduro.
Con la muerte de Chávez, junto con la salida de importantes pensadores que se apartaron del madurismo (conformado por grupos neoestalinistas, neonazistas y neofascistas), incluyendo aquellos que a pesar de que se mantienen en ese espacio, son echados de la cúpula del poder cuando se vuelven incómodos, por citar a Isaías Rodríguez.
Representan no sólo una deformación del poder, sino que la creación “ilegítima” e ilegal de una “constituyente” son parte de ese centralismo burocrático que funciona para perseguir a aquellos que piensen diferentes al gobierno, pero además es inútil para generar beneficios económicos y sociales a la población, a tal nivel que desde que se instaló semejante abominación política, tal y como lo pronosticaron muchos intelectuales internacionales y nacionales, la inflación se ha acelerado y el dólar paralelo va galopando como caballo desbocado a las seis cifras¹, es decir la población se empobrece aceleradamente cada día que pasa, pero ellos insisten en echarle la culpa a la “guerra económica”, lo cual para cualquier analista, termina siendo una frase para ingenuos y que intenta justificar los errores propios del madurismo a otros.
De tal forma la cúpula madurista, o lo que es lo mismo la “constituyente”, porque de los mas de 500 miembros que integran ese “órgano político”, al realizarse encuestas en la población venezolana preguntando los nombres de sus integrantes, y se comprueba como la mayoría de la personas, ni sabe quiénes son, y menos que funciones cumplen tales “constituyentes”. Representa la más asquerosa forma de burocracia política. Es decir, sus integrantes, además que no aportan nada a la sociedad, son unos individuos ignorantes, e insensibles de la realidad social, que sólo cumplen funciones ante los designios de la cúpula del PSUV.
Ahora por medio de la “constituyente” usurpando funciones que son competencia de la Asamblea Nacional aprueban una ley “contra el odio”, la cual desde una perspectiva lógica, termina por odiarse a sí misma. No sólo porque se equivocan quienes piensan que cada vez que un venezolano observa cómo su salario queda pulverizado con la compra de tres o cuatro artículos, tambien porque no encontrar medicinas, o los malandros que asaltan dentro de un autobús, después de esperar horas por una unidad, o el ver como los corruptos o la nueva burguesía, viven como jerarcas, ellos pretenden que con esa “ley”, desaparezca el malestar social, ¡No! Por el contrario, por más que intenten desviar o forzar una represa al cauce de la sociedad, al final ese cauce buscará su vía natural.
En consecuencia, cuando aparezcan los “comunicadores” de los programas estelares de Venezolana de Televisión (VTV) o el propio presidente de la República, insultando a cualquier político, pues, ya dirán esa “constituyente” y sus voceros, que esas son palabras para el llamado al amor y la tolerancia¡Hipócritas! Es claro que esa ley lo que plantea es un nuevo chantaje y autocensura sobre quienes disienten contra el neototalitarismo.
El madurismo quien pretende ir a contracorriente de un pueblo que está muriendo de hambre,ese es el juego final de esta ley “contra el odio”. Que una parte del pueblo termine odiando a la otra desde un vértice cognitivo dominado por el poder. Lo que diga el poder será “odio contra el pueblo”. Lo que diga esa poder incluyendo que, Maduro, Cabello, y toda la cúpula del PSUV hablen de “guerra” para lograr la paz, en ese caso estaremos en presencia de un acto de “bondad”, pero cualquier ciudadano que se le ocurra protestar, porque este gobierno no genera las respuestas económicas y sociales que necesita el país para salir de este hundimiento histórico, porque será sospechoso de generar “odio”, y si alguien del PSUV dice que dicha persona es promotor de odio, pues, la cárcel será su destino.
Por lo pronto, esa ley del odio solo termina siendo una falacia y la razón es simple ¿Cómo harán por ejemplo, aquellas crápulas, defendidas por Cabello, agreden cayéndole a palos a diputados de la Asamblea Nacional en el propio hemiciclo nacional? ¿Qué van a decir a los venezolanos esos “constituyentes”, cuando escuchen individuos defensores del madurismo, cuya lengua solo utiliza el empleo de palabras ofensivas? La ley “contra el odio”, no quitará la arrechera “malestar”, contra el gobierno de Nicolas Maduro.
Por el contrario, esta malestar está incrementándose en la ciudadanía, porque el país no encuentra solución pacífica a esta terrible crisis, razón por la cual, sólo está quedando la acción sobrevenida como única salida, hecho sobrevenido, que no se puede predecir el cómo será, pero si se puede asegurar que estará cargado de mucho odio, aunque intenten decretar con una “ley” la desaparición de las repudiables emociones.
“La paciencia del pueblo venezolano tendrá un límite, llegara el día de la retribución y a toda la cúpula del madurismo se le hará pequeño el mundo y donde esconderse de la ira y furia de un pueblo que tiene una gran historia capas de liberar un continente entero de un imperio”.
Aunque concuerdo en algunos puntos contigo, no estoy a favor del revisionismo histórico en el que rescatas a Lenin y a Chávez, o no le das la responsabilidad que tienen. Tanto en la revolución rusa como en la venezolana los máximos responsables del malestar social fueron Lenin y Chávez. Stalin siguió el legado de Lenin y fue traicionado por la nomenklatura soviética por temor, ni Jrushchov ni Brézhnev son más leninistas que Stalin.
En Venezuela la situación fue una bomba de tiempo, todos los problemas que vivimos ahorita se vivieron cuando Chávez, la diferencia es la magnitud. La criminalidad, la inflación, la corrupción, la mala administración económica, la escasez de alimentos y medicinas, etc, etc. No son problemas desde hace 4 años, son problemas que venimos arrastrando desde cuando Chávez y en algunos casos desde antes. La única diferencia es la magnitud de cada uno de esos problemas, tengo que admitir que Chávez tenía un poco más de astucia e inteligencia que Maduro, pero tampoco era un genio, tarde o temprano los problemas que ahorita vive el país iban a explotar, la diferencia es que no llego en su tiempo.
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