¿Pueden las palabras cambiar tu estructura cerebral? ¿Tienen el poder suficiente como para poder curar?
En pro de responder a estas dudas, se debe explicar y entender que hay una conexión inherente entre el estado mental-emocional y el estado físico-cuerpo, por lo tanto, los mensajes enviados de manera consciente o inconsciente al cerebro, interactúan irremediablemente en el estado físico.
¿Una frase destructiva o negativa desencadenar una serie de respuestas biológicas en el organismo?
En ocasiones se escucha el dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”. Sin embargo, una palabra puede contener un poder enorme o puede llegar a ser demoledora. Así son las palabras en la vida de las personas y son capaces de tomar las acciones que tienen las palabras que se dicen. Es por esta razon que pensar antes de hablar toma mucho sentido.
Según estudios realizados, por la neurosiquiatra y psicoanalista “Boris Cyrulnik”: (las frases que transmiten afecto, alivian y hasta curan las9 depresiones, ansiedades y daños emocionales. Mientras que los mensajes negativos que son generados a nivel cerebral, generan ansiedad y depresión.
Dado a la estrecha vinculación entre la mente y el cuerpo, cuando se expresan palabras con una alta carga positiva, de inmediato se genera y aumenta la serótina en el organismo y de esta manera elevando el sentimiento de alegría.
En toda la historia de la humanidad, en su gran mayoría han sido las culturas fieles en el poder que contienen las palabras. Por ejemplo, en el budismo se utilizan Mantras (palabras o frases que se cantan) y por medio de estos lograr una elevación mística, que se convierte en energía, regularmente, el mantra “Om”, según esta cultura, es el sonido original del universo en su creación.
“La palabra crea y la palabra destruye”. Utilizarlas con cuidado para no afectar a quienes nos rodean es nuestro deber.