Muchos docentes vienen a la escuela con la idea de que entregarán un valioso aporte al sistema educativo y que se convertirán en lo más importante para sus estudiantes, esos maestros que serán recordados toda la vida, o así pensaba yo al aventurarme en el que fue uno de los mayores retos de mi vida.

En mi país Venezuela debido a la crisis migratoria prácticamente no hay profesores en las escuelas, unos compañeros de la universidad me pidieron ayudar y dar clases por un año, acepte dar matemáticas a varios cursos de segundaria y quiero compartir mi experiencia y algunos consejos.

Vale la pena decir que no ofrezco mis consejos y recomendaciones como guía metodológica. Esto es solo un resumen de mi experiencia en este año de trabajo, que puede dar a otros recién llegados a la profesión algo en qué pensar.

Primeros problemas.

El nivel de responsabilidad es muy grande. El profesor de segundaría se ocupa de plazos difíciles casi todos los días. Es necesario corregir los trabajos, hacer la tarea (y yo soy un partidario de la creatividad, es decir, no solo copiar del manual de capacitación, sino tratar de inventar), sin olvidar las solicitudes de los padres.

En tal sentido, una persona sin preparación (y yo, en la universidad, para ser honesto, no era el estudiante más diligente) podría confundirse fácilmente. Por lo tanto, a todos los que dan sus primeros pasos, les aconsejo que optimice su trabajo con la ayuda de aplicaciones (Yo utilicé ToDolist en android), le recordará las cosas que podrían salir de su cabeza cuando hay muchos asuntos que atender. Los maestros de la vieja escuela llevan un diario, pero me parece que esto es más una cuestión de hábito y el uso de aplicaciones aquí será más efectivo.

Otro problema que surge para los profesores principiantes es la preparación de las lecciones. Para muchos, la guía es ese profesor brillante que nos dio clases en el pasado (Todos tenemos en nuestro recuerdo un profesor así), quien, a primera vista, dirigió con facilidad y eficacia lecciones sorprendentes. Este fue también mi ejemplo, sin embargo, esta impresión puede ser engañosa.

Me di cuenta que los métodos de enseñanza que utilizaron en mi no funcionaban, esos viejos libros de prácticas están escritos en un lenguaje seco y duro, incomprensible para la generación actual de escolares. Tuve que crear todos los días durante un año sin experiencia previa una serie de diversas lecciones que combinarán ciertas cualidades. Tenían que ser divertido, emocionante, informativo, fácil de digerir y combinar una forma de juego que les facilitara la comprensión de los temas.

Está claro que un revolucionario con un toque de marxista juvenil vive en todos los maestros jóvenes, pero la forma de crear un contenido propio eficaz dura muchos años, años de prueba y error, pregunte a cualquier docente. Por supuesto, a veces me las arreglé para idear una idea de lección en un minuto, tales lecciones fueron incluso valiosas e interesantes, pero la inspiración es una cosa difícil de alcanzar y bastante variable, y hay lecciones que requieren atención a los detalles. Hay que crear un programa propio e implementar nuevas ideas que deben llevarse a cabo de manera gradual y cuidadosa.

¿Todo el día en la escuela?

Otra trampa para un profesor principiante está en el delicado límite del trabajo y lo personal. Para mí, en la escuela, la profesión del profesor me pareció fácil: Pensarla lección, impartirla por dos horas y bienvenida libertad. Pero de hecho no es así, el trabajo del maestro no termina al sonar la campana, no tiene un límite definido.

Los chicos de hoy en día son difíciles, están sobre expuestos a mucha información, son imperativos y bastante impertinentes, pero con un gran hambre de aprender.

La escuela como lugar de trabajo.

Aquí el nivel de responsabilidad es mayor mas que un trabajo en una empresa, es necesario abandonar inmediatamente la zona de confort (que es una condición importante para el progreso personal) y corresponder con el modelo de comportamiento de la persona adulta.

Otro aspecto digno de mención es que las habilidades para hablar en público mejoran notablemente. Después de seis lecciones por día, no tendrá miedo de hablar frente a cualquier audiencia, el profesor se convierte en aquí un poeta, un artista, un demagogo y un moderador de discusiones. La escuela para maestros jóvenes tiene la oportunidad de perfeccionar muchas habilidades.

Para aquellos cuyo el dinero es la única y principal motivación para el trabajo, aquí puede haber frustración. Tal vez sea por mis creencias idealistas, pero aún así, para mí, un maestro siempre tiene más que ver con la vocación.
Después de todo, los muchachos, a quienes enseñará, no tienen la culpa del hecho de que no obtuvieron el mejor maestro. Por lo tanto, debes ese maestro.

Por supuesto, es imposible llegar a ser ideal, pero es necesario acercarse constantemente a esto.

Un verdadero gran maestro es aquel que ve su trabajo en la escuela como un ministerio y su papel en él como una especie de misión. No solo es dar una lección maravillosa, transferir conocimientos a los niños y formar habilidades intelectuales basadas en ellos, dar valor al conocimiento, es ser consciente en que la idea principal de la educación es salvar al niño. Un maestro es una persona que señala el camino, y a cada alumno en particular, ya que todos los niños son diferentes. Hay que ayudar al niño a convertirse en él mismo, a revelar en él todo lo que la naturaleza le ha dotado, ayudar a superar el analfabetismo moral y formar en el habilidades que lo ayudarán a vivir entre las personas.

No continuare dando clases, fue una experiencia maravillosa pero busco otras caminos en mi vida, pero a los que siguen ese camino les deseo mucha suerte y éxito en ese duro pero satisfactorio camino, tienen mi admiración.

Gracias por leer.

@rikrd3