ACTO 1:
En el centro una columna cuya base, firme en el piso, se encuentra rodeada de cinco conos anaranjados. Una luz amarilla alumbra la columna en cenital, y no se le puede ver la punta. Se escuchan ruidos de celda, lluvia y conversaciones lejanas como gritos.
Lilith: (desde lejos) Hágame el favor y me abre la puerta.
Guardia: Señorita. Disculpe pero no la puedo dejar entrar. Mire la hora que es…
Lilith: A mí no me importa la hora. ¿Usted vio acaso el palo de agua que está cayendo en la calle? ¿Usted cree que el periodista venezolano gana suficiente para comprarse un carro? ¿Se lo ha comprado usted?
Guardia: Señorita, por favor. Entienda que no la puedo dejar pasar porque el museo está cerrado.
Lilith: Yo lo que veo aquí es a una cuerda de analfabestias que ponen un letrero de “Muestra Permanente”, que deja de ser permanente en la noche. La cultura de trasnocho para los que no podemos dormir pensando, porque uno piensa en el país, en la sociedad en la que vive, y se asoma y de repente viene usted…
Guardia: Señorita, disculpe, pero si no se retira voy a tener que llamar a la policía.
Lilith: (se ve un flash) Listo. Ahora tengo una foto suya…
Guardia: Señorita. He mantenido la calma lo suficiente. Pero yo no la he autorizado a tomarme una foto.
Lilith: Ábrame la puerta. Le regalo la cámara con foto y todo y de repente le paso una vainita pa los frescos. Entienda. ¿Qué le van a decir? Afuera dice “Muestra Permanente”. Si sus jefes se meten con usted le garantizo primera plana en el periódico. ¿Cuánto le pagan como vigilante?
Guardia: No mucho señorita. Pero yo no puedo hacer eso.
Lilith: ¿Por qué no? ¿Quién nos está viendo?
Guardia: ¿Y las cámaras dónde las metemos?
Lilith: ¿Y usted no conoce el aparato donde se graban las cintas? ¿No tiene amigos en su trabajo?
Guardia: No señorita. Soy nuevo. Por eso no la puedo dejar pasar.
Lilith: ¿No entiendo?
Guardia: Soy nuevo señorita. Y la única regla que me dieron para cumplir con mi trabajo fue “Ante la duda, abstente”.
Lilith: ¿Qué?
Guardia: “Ante la duda…”
Lilith: (sshhhhto) Yo entiendo. No soy bruta.
Guardia: No estoy diciendo que lo sea. Solo que no puedo dejarla pasar porque me meto en un problema y no creo que usted se acuerde de mi mañana cuando me quede sin trabajo.
Lilith: Amigo. ¿Qué le pasa? Quiero que quede bien claro que yo, como profesional de la comunicación, tengo memoria fotográfica. Y aparte de eso memoria ética. Usted me hace el favor y con gusto, una vez que termine lo que tengo que hacer, si es que llegara a tener algún problema, me encargaré personalmente de conseguirle… ¿usted tiene licencia? ¿Sabe manejar?
Guardia: No.
Lilith: Bueno, eso no importa. Yo le enseño a manejar para que trabaje como chofer en el periódico. Es una ladilla trabajar con el tráfico que ha crecido demasiado los últimos diez años pero me corto una teta a que gana más que aquí de vigilante en este museo.
Guardia: No puedo dejarla pasar.
Lilith: Si. Si puede. Mire. Véalo de esta manera. Va a mejorar su vida notablemente si me ayuda. Mire la cámara. Es suya. Tome mi tarjeta… debo tener una por aquí…
Guardia: Pero es que no puedo arriesgar mi trabajo de esa manera señorita. Entiéndalo por favor…
Lilith: Si puede porque es lo mejor para usted. ¿O usted está de acuerdo con lo que está pasando allá adentro?
Guardia: Yo solo soy un vigilante. No creo que mi opinión sea importante…
Lilith: ¡Ese es el gran error! Su opinión es la única importante. Por eso vengo a esta hora, porque no solo usted se iba a interponer entre lo que está pasando allá adentro y lo que necesita saber la opinión pública. Como mujer y madre que seré algún día, si tengo suerte con el abogado que conocí la semana pasada, no puedo dejar pasar esta oportunidad.
Guardia: Señorita. Entiéndame. No la puedo dejar pasar. El director del museo fue muy delicado al respecto.
Lilith: ¿Y cómo hacemos con lo de “Muestra Permanente”?
Guardia: Yo solo cumplo la orden que me dieron.
Lilith: “Ante la duda absténgase”. Por eso es que en Guayana no salimos del concepto eufemístico de provincia, cuando en realidad lo que somos es monte y culebra.
Guardia: Le pido una vez más, de la manera más respetuosa posible que por favor se retire.
Lilith: ¿Usted tiene hijos?
Guardia: ¿Y qué tiene que ver eso con esto?
Lilith: Mucho. Mucho. ¿De pana usted no tiene idea de qué es lo que está pasando allá adentro y las implicaciones para el futuro, no sólo de la ciudad, con eso nos limitamos, sino del país?
Guardia: Señorita. Yo soy un hombre muy sencillo. No me gustan los problemas y tampoco me gustan los museos.
Lilith: ¿Y qué es lo que le gusta?
Guardia: No sé. Ir al cine con mi novia. No sé, no sé. ¿Por qué me pregunta tanto? Voy a tener que llamar a la policía y que ellos se encarguen.
Lilith: Tome.
Guardia: ¿Qué es esto?
Lilith: Es el número del comandante de la policía. Fíjese bien en la tarjeta que le di con mi nombre y en la tarjeta del comandante. Fíjese bien. ¡Lea, lea! ¿O no sabe leer?
Guardia: ¡Claro que sé leer! Y sé muy bien quién es usted. Mi mamá lee su columna todas las semanas. (Pequeña pausa) No veo nada raro.
Lilith: ¿Se fijó bien en los apellidos?
Guardia: ¡Ah! Ok. Pero eso no quiere decir nada…
Lilith: Es mi hermano. Mi hermano mayor para ser más exactos. Mi hermano mayor por diez años. Cuando murió mi papá fue él el que prácticamente me crió y ayudó a mi mamá con las vainas de la casa. Así que si le parece conveniente llamarlo, hágalo. Esto es lo que va a pasar: en primer lugar la policía al venir aquí sin ninguna necesidad llamará la atención de las autoridades del museo, porque tienen que enterarse de eso, yo me iré de aquí muy triste porque no conseguí lo que vine a buscar por lo que mi columna de esta semana se la dedicaré a usted junto con la foto que tengo en la cámara, lo que traerá como consecuencia inmediata su despido.
Guardia: ¿Y a usted le parece que ponerlo a uno que no tiene dónde caerse muerto en ese plan es bueno? Como se ve que a los periodistas les hace falta…
Lilith: A los periodistas nos hace falta que la gente como usted nos deje hacer nuestro trabajo. Yo no vine a meterme con usted, pero si no me deja pasar tengo que justificar ante el medio el día que me tomé. ¿Usted cree que nosotros estamos tan lejos de ser unos obreros? Hay que mojarse bien duro para tener un nombre. Hacer favores o dejar de hacerlos, como jugando ajedrez. Eso es lo que estoy haciendo con usted. Para usted esto es una simple formalidad el no dejarme pasar. Para mí, es la vida. (Pausa corta) Es más. ¿Sabe usted cuántas leyes sobre la libertad de expresión está violando con su actitud?
Guardia: La cámara, el trabajo de chofer…
Lilith: Por si la cosa se pone color de hormiga…
Guardia: Será. De todas maneras si no cumple con su palabra esto quedará en su conciencia.
Lilith: Yo soy una mujer de palabra. Créame.
Suena el chirrido de la reja. Entra Lilith a escena (por fin).
Lilith: (deteniéndose ante los conos) Esto definitivamente es una muestra experimental. Mira la vaina (va subiendo su mirada por la columna hasta detenerse en la cúspide) ¡Aló! ¿Allá arriba hay alguien? No veo por la luz, me pega en toda la cara. Amiguito (al vigilante) ¿será que habrá alguna manera de apagar esa luz o de bajarle un pelo que no me deja ver bien?
Guardia: (desde el fondo) Déjeme ver.
Poco a poco va disminuyendo la intensidad de la luz hasta un punto tolerable para Lilith.
Lilith: (irónica) ¡Y cuando Dios dijo “Hágase la luz”, llegó la periodista y le dijo “Apáguela que no deja dormir con el resplandor”! (ríe un poquito) Ahora si la veo. ¡Hola! Señorita. ¿Estará despierta? ¡Mire! ¡Aquí abajo! Y a esta vaina no le pusieron un timbre pa que esa mujer se entere que uno está aquí. (Toma uno de los conos y lo usa como megáfono) Holaaaaaa. ¿Me escucha?
Eva: Si la escucho señorita. No es necesario ni el escándalo ni el sarcasmo. La vengo escuchando desde hace rato. Dígame ¿Qué se le ofrece a estas horas?
Lilith: El sarcasmo es necesario. La crítica sin el sarcasmo sería pura mentada de madre y las mentadas de madre carecen de toda creatividad. (Suelta el cono y saca la libretica para hacer las notas respectivas a lo largo de la entrevista) Quería saber si podría darme una entrevista.
Eva: No me parece ni la hora ni el lugar más apropiado.
Lilith: ¿En serio? ¿No le parece? Me pregunto yo cuándo será eso, pues a los organizadores de esta “exhibición” en varias ocasiones les pedí que me dejaran entrevistarla y en todo momento se negaron.
Eva: Nunca supe de eso.
Lilith: Estando allá arriba no creo que sea capaz de estar al corriente de muchas cosas que pasan por aquí abajo.
Eva: Sé que estuvo todo este rato chantajeando a ese pobre hombre…
Guardia: ¡Gracias!
Eva: … para que la dejara entrar.
Lilith: ¡Pero qué maravilla! Entre la espada y la pared. Será que podemos comenzar la entrevista.
Eva: Como se dará usted cuenta estoy un poco cansada…
Lilith: De hacer nada. No ha hecho nada, solo posar desnuda en ese pedestal a la vista de todos los visitantes que la conocen.
Eva: Es mi trabajo. Para eso me contrataron.
Lilith: Buen contrato. ¿Cuánto le pagan por hacer esto?
Eva: No sé si ese dato sea conveniente…
Lilith: Claro que es conveniente. Para usted más que todo. Pero es necesario entender hasta qué punto vale semejante sacrificio. ¿No piensa en sus fanáticos que viven pendientes de todo lo que usted hace? El público que no puede trasladarse hasta aquí y verla desnuda con sus propios ojos tiene que saber qué la llevó a tomar esta decisión.
Eva: El arte es subjetivo y el que propuso la idea es un muy buen amigo mío…
Lilith: Álvaro Méndez.
Eva: Si. Él mismo llegó un día a mi casa y viendo la situación deplorable que estamos pasando los artistas pues me propuso la idea, me pareció viable, original y me decidí.
Lilith: ¿El hambre tuvo algo que ver?
Eva: ¿El hambre?
Lilith: Si. El hambre de ser vista. Es algo muy recurrente en los egos de actores. Casi una maldición.
Eva: Ah. Ok. Pensé que se refería a la otra, porque de esa no he sufrido. Recuerdo los talleres que tomé con el señor Quijada. Él hablaba mucho de eso. Pero yo he tratado de evitarlo.
Lilith: ¿Ha tenido éxito?
Eva: En mi carrera muchísima. Tengo sólo 27 años y ya llevo 15 películas, he protagonizado 4 novelas, y también una que otra obra de teatro…
Lilith: Esas últimas las ha hecho en los últimos cinco años ¿cierto?
Eva: Si. Me vi forzada en vista de que el trabajo en la televisión está muy escaso.
Lilith: ¿Considera usted la escasez creativa o monetaria?
Eva: ¿Ah?
Lilith: Olvídelo. ¿Cómo se ha sentido con su experiencia teatral?
Eva: Fatal. Todo es un corre corre y estar viajando a cada rato. Muy sacrificado todo.
Lilith: ¿Y este trabajo que está realizando en este momento no le parece sacrificado? Digo, parece bastante complicado el tratar de romper un record guinnes montada allá arriba sin ropa por no sé cuántos días.
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