30 grados. Humedad a más no poder. Mal humor al tope. Como odio el verano. No entiendo como hay gente que lo disfruta, es una pesadilla.
Y bueno, merendando este budin que quedó de Navidad. Nada sofisticado, económico, pero rico muy rico. Y fresco, para esta tarde. Con frutas abrillantadas, para seguir estirando el espíritu navideño.
Y acompañado con agua helada, para hidratarme un poco y no morir deshidratada. Si, soy bastante exagerada.
Así está mi tarde. Tranquila y calurosa. Supongo que me compraré un libro para recrear el ocio un poco y que no se haga pedante.
Como me gustaría estar en Alaska en este momento. ❄⛄❄