Es temprano para dormir, no había luz por una fuerte lluvia que cayó, sin más nada que hacer y pensando en un mensaje sin responder y para no atormentarme más, decido tomar un té para caer en un profundo sueño, mi espíritu sale a volar y me lleva a un lugar oscuro, sentía mi alma angustiada, a mi alrededor solo había alborotos, gritos y muchas personas corriendo de un lado a otro tratando de escapar de algo, llamas de fuego por doquier y me pregunte -¿qué pasaba?-, las personas no me respondían, solo corrían desesperadas, angustiada también corrí, sin saber que rumbo tomar, en aquel recorrido desesperado me tope con personas conocidas, algo confundidas también.

Vi a un niño desamparado en medio de aquel alboroto sin sentido alguno y decidí tomarlo en mis brazos para sacarlo de ese infierno sin sentido que estaba viviendo en mi plano espiritual.

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El niño no paraba de llorar, su llanto me hacia desequilibrar, no sabíamos que pasaba, tampoco sabíamos el rumbo que íbamos a tomar, solo queríamos salir de aquel horrible sitio, lleno de perdiciones, luego llegamos a un lugar húmedo, donde solo habían personas viciosas, atrapados por los placeres de la carne, estancados en ese sitio sin poder salir, con caras demacradas y su ropa algo destruidas por el tiempo y la humedad del lugar, solo les decía que debían salir de ese sitio, ellos parecían estar sordos o sencillamente no querían escuchar, me sentía tan cansada de correr y caminar a la vez con el niño en brazo, que decidí quedarme un momento en aquel lugar para descansar, cerca de unas escaleras y recostada de una pared, en ese momento siento que alguien se me acerca, cuando me di cuenta era una anciana, ofreciéndome un poco de agua y mientras saciaba mi sed y la del pequeño, ella me dijo:

Es mejor que no te quedes mucho tiempo aquí, no es un buen lugar, sigue la ruta que te voy a señalar para que alcances el lugar donde deseas estar!

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La anciana solo con su dedo señalo hacia un camino pero la gran sorpresa me la llevaría más adelante, la anciana no me dijo que me encontraría en medio de varios caminos a elegir, cuando observe esas innumerables opciones que tomar, me desplome al piso a llorar, estaba tan cansada, ya no quería seguir, pero una voz con mucha fuerza me hablo y esto me indicó:

Solo escucha a tu corazón, deja de guiarte por tu atormentada cabeza.

Un momento de paz entro en mi ser y me levante, aquella seguridad volvió a reinar en mi, volví a tomar el niño en mis brazos y seguí, le hice caso a lo que dicto mi corazón en aquel momento y escogí un camino a seguir.

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Al final del camino, con una manada de delfines me conseguí, con ellos jugaban muchos niños, todos con muy tierno aspecto, entre risas y alegrías me llamaban por mi nombre y me invitaban a que también jugara con los mamíferos, el niño que conmigo andaba, se soltó de mis brazos y se metió en aquel mar, al ver su cara de felicidad, sentí que de una u otra forma fue una guía para llegar al sitio donde debía estar, un paraíso lleno de paz y de niños que para mi eran ángeles que me rodeaban en ese mundo inexplicable a donde muchas veces viajamos al caer en profundo sueño.

Los sueños muchas veces nos guían de forma extraña el camino que debemos escoger o nos muestra lo que ignoramos en nuestra vida terrenal, a pesar de que muchas veces son muy difíciles de comprender.

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Les deseo que tengan un dulce y tranquilo sueño esta noche, espero que les haya gustado mi historia, un gran abrazo lleno de steemcariño para ustedes.

Saludos!