Era un día de esos que es anormal, que la noche es muy oscura como si la luna nunca estuviera en el cielo alumbrando, un día de verano con un calor abrazor y la plaga de insectos volando en la noche por todas partes, allí estoy en la cama y son las 12 de la noche y me despierto porque siento que me tocan, pero tengo la cobija hasta la cabeza porque los insectos apenas me dejaban dormir.
Oigo ruidos de esos que no son normales, son muy extraños, siento que como se detuviera el tiempo y solo se siente una pequeña brisa que refresca el calor de la cama. Estoy oyendo este extraño ruido y no quiero desarroparme la cara pero el calor no me deja dormir.
De pronto no se agunta el calor y los insectos rodeandome como si fuera una presa para ser devorada succionandome toda la sangra, pienso en ese instante que no agunto mas ese calor que me derrite y el sudor es incontrolable como si se estuviera derritiendo una pasta de hielo, mi sudor es frío y los nervios son incontrolables y quiero que amanezca ya.
Me descubro la cara y de pronto veo que se mueve. Es un fantasma, una entidad vestida toda de blanco trasparente como si fuera un alma en pena que estuviera escondiéndose de todos los pecados que cometio en su larga vida, observo que cruza la pared y no vuelvo a escuchar mas ese espeluznante ruido que hacia que no pudiera dormir, espero mas nunca no poder sentir esa entidad que siempre estuvo en la casa y no quiso ser visto.