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Creo que todos en un momento hemos pasado por situaciones donde no sabemos como reaccionar, sentimos que nuestro mundo se viene encima, como si se hubiese acabado y empezamos a percibir las consecuencias de nuestros actos. Aplica para cualquier situación, genero, edad, no importa que tan fuerte seas o si los sentimientos no son tu fuerte, nadie esta salvo de esta horrible sensación. El trabajo, tu carrera, tu bienestar social, tu familia e inclusive tu futuro ya no importan queremos mandar todo a la mierda, empezamos a tomar decisiones incoherentes e irracionales que no forma parte de nosotros, ¡¿ya para qué?! si lo que nos importaba y tenía mayor peso, aquello que nos caracterizaba como persona, se ha desvanecido. Alejarte del miedo, la incertidumbre o poner reglas propias, barreras básicas para salvaguardar nuestro bienestar emocional, solo acentúa aún más la caída.

Me he atrevido a experimentar y me he enamorado de esa sensación libertad e independencia que me ha ofrecido, pero para lograrlo he fracasado una y mil veces, he perdido la visión del tiempo, de mi objetivo, pero sobre todo de quien realmente era, llegando a desconocerme y repudiarme cada vez, pensaba que tras cada caída las cosas no podían empeorar, pero no era así, cada vez era peor. Sin embargo, todo dependía de la visión que tenía para aquel entonces, solo me enfrasqué en ver las cosas que estaba haciendo mal y las consecuencias negativas de mis actos, no era consciente de que todo ello estaba trayendo un aprendizaje y un nuevo comienzo… Por primera vez me había permitido sentir, salir de mi zona de confort, de esa burbuja y barreras que me había autoimpuesto por miedo al dolor del fracaso.

Al principio puede ser lo más doloroso que vayas a experimentar, pero después que toques fondo no habrá más opción que enfrentarlo, ya nadie ni nada te detendrá para alcanzar tus objetivos sin perder tu visión o tu ser, te harás inmune ante las críticas, al fracaso o al dolor del rechazo.

Te daras cuenta que el dolor es solo parte del crecimiento, un sentimiento que debemos permitirnos experimentar para poder vivir a plenitud la esencia de la vida.