Primer Concurso de Fantasías Steemitas

Leo tus palabras mientras agarro mi taza de café quemado, mientras busco mis cigarros y no los encuentro… impaciente es el brillo de tus ojos, mientras relatas como caminas por la nieve helada, y con cada respiración se te clava una estaca en el corazón mal herido, que en momentos felices saltaba, al igual que aquellas tardes en el prado verde.

Una brisa dibuja una silueta que es muy familiar, pero sigues de largo porque no eres capaz de mirar a esa peculiar figura a los ojos, mientras apresuras el paso, y empiezas a trazar planos mentales, de cómo será ese encuentro, sin importar las miradas, sin importar las dudas, sabes que te espera una copa sobre la mesa, y una peculiar alfombra de piel, solo acta para gustos extravagantes, caprichosos, poderosos y sobre todo intocables por los mortales.

Te espero, porque el sofá esta tibio, porque las paredes destilan un olor a madera, casi nostálgico, porque tu mirada nunca se ira de mi mente, porque el sonar de las gotas cayendo por la ventana, desdibujando mis palabras, no me permiten moverme.
Recuerdo tu cálida sonrisa al amanecer, y tus miedo ese día, recuerdo con cierta simpática cuando decías que como yo no existiría nadie, porque este trastorno mental lo sufrimos muchos, lo entiende los expertos, pero lo aprovechamos pocos

-.Llegaste!
¿Porque tardaste tanto?

No hizo falta que me respondieras para ver el miedo en tu rostro, para ver que solo querías un cálido abrazo; pero me conoces bien, yo no soy de regalar mi sonrisa a extraños, creo que ni siquiera soy capaz de abrazar a quien lo necesite, pero igual lo hice…

Nunca entenderé porque lo hice, supongo que fue mi respuesta al hecho de que volviste, viste mis miedos en las manos, pero tú como siempre intentando animar mi alma con tus juegos, con tus canciones, con tus letras, con tus palabras, pero me negaste verte el rostro más de una vez…

-.¿Quieres que te diga cómo me sentí cuando te sentaste a mi lado, en aquel viejo sofá?

-.Recuerdas que te mire y te dije:
El frio de allá fuera no se compara con la dureza de mi armadura, la niebla de allá afuera es más visible que mis sentimientos, lo único que lamento es que la nieve estan blanda como tu habilidad para cautivarme…

Si te levantas de este cálido sofá, y sales por la puerta o la ventana, sabes que iré atrás de ti, porque no seré capaz de verte morir por el frio de esa cruda realidad.

Pero no sabes las ganas que tengo de ser yo la que atraviese la puerta, y morir congelada en esa fría y cruda tempestad, pero no puedo dejarte atrás, no puedo olvidar el olor de las calles, no puedo dejar atrás el sabor de tus labios, pero te propongo algo…

Puedes quedarte, dormir en mis piernas una noche mas, donde con tus trucos intentaras hacerme reír, o hacerme sonrojar, lo único que te pido es que si te quedas no me vuelvas hacer llorar…

Nuestro lugar