"Siempre hay una Salida"

Aparente oscuridad

¿Les ha pasado? En los días más soleados del verano con el cielo claro y el pensamiento nublado, creer estar en la esplendidez de los reflejos de los rayos salares como el camino de tu vida y de repente vez la oscuridad. No temas, ni te asustes, respira y sigue adelante, es solo cuestión de aptitud.

Pienso que esos momentos son los que nos determinan y hacen transformar nuestra personalidad para mejor. Superar cada uno de ellos es un escalón más para el éxito que tanto queremos lograr.

Esto hace venir a mi mente algunos recuerdos, en una oportunidad en un juego de voleibol, era el último set y estaba cubriendo la posición 2, no daré detalles técnicos acá. Estábamos en el desarrollo del último set y el contrincante tenía 5 puntos arriba. Habíamos perdido nuestra confianza y era la final del torneo, nuestro juego estaba confuso, entre nosotras no había comunicación ¿Esto les suena familiar?

Si, en plena final se maneja mayor estrés y no siempre se tienen las herramientas para manejarlo, puedes ser el mejor jugador en cuanto a aptitud física, resistencia, habilidades, inteligencia, pero nada de esto genera un gran resultado sino posees una inteligencia emocional ante cada paso que des. Y siempre pensado que el primer movimiento es mental.

Fue preciso pedir un tiempo, nuestra guía mi querida profe Dayi estaba allí para darnos el gran sermón, y no eran las palabras sino como lo decía, entre grito y secreto, la necesidad en sus ojos de hacernos recordar que tan buenas éramos.

“Lo hicieron en las practicas, en los juegos anteriores, háganlo ahora….Piensen en lograrlo, vean el juego es todo lo que necesitan”

Y no sé si eso fue todo lo que nos llevó a la victoria, pero LO LOGRAMOS. Teníamos pocas oportunidades de ganar. Particularmente para mí fue una experiencia única, es inexplicable como estando tan seguras y siendo tan buenas, nos dejamos apabullar de ese modo. El descontrol inició con dos o tres y de repente todas en caos, se contagian ciertas aptitudes negativas, una persona con una perspectiva equivocada puede llevar a muchos por ese mismo camino. En mi lugar de capitana, fue más la rabia quien me cegó que cualquier cosa, por ver tan desbastador escenario.

Hoy día he vivido muchos momentos similares, en los que he necesitado pensar controladamente y avanzar, en los que mi pensamiento tiende a intentar nublarse pero antes de ver la oscuridad total, empiezo a buscar la salida, es más provechoso eso que pensar en la angustia del problema.

Pienso que esos momentos son los que nos determinan y hacen transformar nuestra personalidad para mejor. Superar cada uno de ellos es un escalón más para el éxito que tanto queremos lograr.

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