Crítica a Hierba Maldita, la serie de Jackson Gutiérrez

En Venezuela, uno de los cineastas con mayor actividad en los últimos años ha sido Jackson Gutiérrez, máximo exponente del Cine Guerrilla en el país y experto en retratar la vida de barrio y crimen en películas de bajo presupuesto como Caracas: las dos caras de la vida, Azotes de Barrio, Complot, etc. Desde 2017 hasta hace poco (agosto de 2018), Gutiérrez mantuvo la producción de una serie emitida por Youtube llamada Hierba Maldita, donde hace gala de todas las constantes de su cine. ¿Merece la pena verla?

Antes que nada, en relación a cómo se realizó la serie, hay que notar que se repite el mismo factor que ha caracterizado a Jackson Gutiérrez en la mayoría de sus películas: el desconocimiento del lenguaje cinematográfico. A lo largo de los trece episodios de Hierba Maldita es común ver en repetidas ocasiones saltos de eje, errores de raccord de todo tipo y planos que no ayudan a decir nada. De hecho, la mayoría de los planos en la serie se usan solo porque sí y no comunican nada, notándose una falta de planificación y comprensión de las escenas, resultando en una experiencia a veces vacía. Así mismo, los guiones (si es que los hay) no tienen estructura y se basan en repetir acciones constantemente, donde la mayoría de las escenas son lo mismo: un grupo de personas reunidas en esquinas del barrio hablando de matar a alguien; y tampoco la ayuda el tener personajes planos y donde todos se comportan de la misma manera.

Con respecto a las actuaciones, lo que queda decir es que para actuar en Hierba Maldita, si eres hombre solamente necesitas hablar como malandro, usar gorra y tener un par de tatuajes; y si eres mujer, también necesitas como máximo hablar como malandra, usar short y una franela muy corta. Y otros detalles que hacen ver a la serie muy descuidada son el mal registro sonoro y edición del mismo, así como imágenes sobre-expuestas en muchos casos.

En total, Hierba Maldita es un producto chatarra, funcionando solo como entretenimiento fácil y que será del agrado de cualquiera que no tenga la manía de leer cada plano y cuestionar las ideas del director.