Un ¡Ja! por eso que nos pasa - Aprendamos a reírnos de nuestros problemas. / Por @sdeliz01

Aprendamos a reírnos de nuestros problemas.

^{por: Sheyla Deliz.}

El ser humano tiende por naturaleza a apabullarse ante las situaciones adversas de la vida, pero que distinto seria que en vez de dejarnos tumbar por los problemas, aprendiéramos a reírnos de ellos.

Los problemas son situaciones complicadas que se nos presentan, inconvenientes, dificultades. Los cuales pueden o no tener solución aparente, y he allí la clave: si tiene solución, ¿Para qué preocuparnos? Si no tiene solución, ¿Para qué preocuparnos?

Es mucho el desgaste físico y emocional que nos traen las preocupaciones excesivas, pero pueden ser muchos más los beneficios al comenzar a ver los problemas de una manera diferente, son muchos las ganancias que nos traería reírnos de ellos.

Estamos acostumbrados a estancarnos en las posibilidades negativas de las situaciones sin tener la capacidad de ver más allá de ellas y afrontar con tranquilidad lo que pudiera pasar, es un tema complejo, pero no imposible. Por pensar solo en lo malo que presume ser tal o cual cosa, no aprovechamos la ganancia que nos trae. Sí, estoy comenzando a ser fiel creyente de que a todo se le puede sacar algo bueno, o por lo menos, un aprendizaje que luego podemos utilizar en otras cosas a favor.

Preocuparnos demasiado ante las dificultades nos acarrea padecimientos que van a influir incluso en ámbitos de la vida que no están vinculados al problema, afectan en la familia, en el trabajo, en la escuela. Podemos comenzar a presentar ansiedad, falta de concentración, fatiga… Y pare usted de contar. Hagamos un stop por un momento y reflexionemos, ¿Vale la pena?

Es necesario que comencemos a disfrutar plenamente de la vida, es una sola. Es necesario aprender a liberarnos de las negatividades. Repito: si tiene solución, ¿Para qué preocuparnos? Si no tiene solución, ¿Para qué preocuparnos?

Aprendamos a relativizar lo que nos pasa y comencemos a reírnos de ello, hay gente que la pasa peor. Emprendamos el camino que nos envía detrás de aquello que nos hace felices y no nos estanquemos en las adversidades. Limpiemos el parabrisas para ver más allá de las suciedades que resultan ser los problemas.

Al reírnos de los que nos pasa estaremos evitando el estrés que es tan dañino para nuestra salud, ganamos tranquilidad, adiós ansiedad. En términos generales nuestro estado físico y emocional mejorará notablemente.

Mejorarán también nuestra relaciones interpersonales, una persona feliz es una persona con la que vale le pena estar puesto que suelen contagiar su estado de ánimo y positivismo ante la vida.

Está en tus manos, el control de tu vida lo tienes tú. Los problemas no van a desaparecer pero si marcará la diferencia la manera como los afrontes.

¿Te vas a sentar a llorar?

¿O decides reírte de los problemas?