Soy pensamiento clavado, en el verbo retorcido

Observo. Me asombra el nudo de tu pelaje, juega en las copas la pluma y en las raíces la matriz que te sirve de anclaje. Teje el hijo de la corteza, las laderas de tu cosecha y siembra de sombras el viejo semblante.
Vivo buscando versos en el fondo de mis labios, me sueño creando textos mientras escucho el ligero susurro que alimenta cada uno de mis nuevos años. Vivo queriendo contar, vivo queriendo escribir, lo bello de mi presente, lo irreal de mi pasado...

I

Vierte el agua alrededor mía,
la fuente cristalina que sosiega,
cataratas de placer y en continente
transforma las llanuras en praderas.

Si alguna vez creyera perder la mente
bendeciría la hora en que muriera,
respirar por respirar no es suficiente
esperando a que la muerte venga.

II

Descansa en paz el alma en mi sueño,
y aturde a gozos el letargo,
de pálidas voces se alimenta a veces
el profundo latido del desengaño.

De qué me sirve abandonarte,
si siembre estoy volviendo
del reloj de los recuerdos
para volver a estrenarlos...