EL CARGADOR DE SUEÑOS

Todos los días al levantarse Juan David se miraba al espejo y le daba gracias a Dios por haberle regalado aquellos poderosos brazos capaces de levantar al mundo.

Su trabajo era levantar cajas muy pesadas en aquella Empresa y llevarlas de un lugar a otro, cajas que parecieran estar cargadas de lo mas pesado que alguien pudiera imaginarse pero simplemente Juan con su poderoso torso y sus musculosos brazos hacía su trabajo de todos los días, levantar cajas pero el se imaginaba que en vez de cajas era como si levantara sueños,

Pues, así era, Juan David tenía el mas firme propósito de aliviar un poco su pesado trabajo ya que no era ya un muchacho y sus potentes brazos algún día iban a sucumbir ante el peso de cientos de cajas que diariamente tenía que almacenar el los elevados estantes de aquel depósito,

Ya en su casa, después de una ducha bien fría y mas relajado volvía a hablar con su mejor amigo y de nuevo le reiteraba por vez enésima infinitas gracias por haberle dotado de aquellos brazos de acero y otra vez se sintió cargando sueños, cargando esperanza, cargando mejores cosas para su vida,cargando nuevas metas en su trabajo y sobre todo cargando un futuro descanso para sus aún potentísimos brazos,

Una tarde en su trabajo y en la hora de descanso, Juan David siente un ligero y casi imperceptible movimiento en sus pies, loco de alegría empieza con sumo cuidada a levantar y bajar la planta de sus pies y ese día sus fuertes brazos movián com mas rapidez su silla de ruedas siendo el día donde mas levantó las pesadas cajas,

En verdad,era muy cierto que desde su silla de ruedas y gracias al regalo de su amigo que eran sus brazos que eran como tenazas de acero Juan levantaba mucho mas cajas que muchos que si podían caminar,

Al día siguiente, el jefe del depósito premiando el alto rendimientyo de Juan y sabiendo que podía mover sus pies le asigna un montacarga donde Juan solamente con el movimiento de sus pies y sus ganchos de acero sus brazos podía mover con facilidad las cajas que quisiera,,

Juan David no se rendía, seguía cargando cajas pero también sueños,

Tiempo después alguien llegaba en bicicleta a la Empresa portando un nuevo sueño cumplido,un nuevo regalo de su mejor amigo, unas poderosas piernas,